A Xochipilli se le ocurrió otra idea.—¡Tamborcito!, Nuevo plan, ve hay que encontrar al creador para que distraiga más al señor humeante—Dijo el señor de las flores con emoción.—De esa manera...habrá más tiempo para que Xólotl esté con Tepe ¿Qué dices?—
—¿Al dios omnipotente, al creador? Te refieres a Tonacatecuhtli?.—Dice el dios cambiante con temor.
—Ay si amor ,¿Quién más?,¿Mixcoatl?—dice el dios de las flores sonriendo emocionado ante la nueva aventura, se siente llena de adrenalina.
—Ehh.. si.—No muy convencido de sus palabras asiente con la cabeza a su pareja.—D-de acuerdo... vamos con el.
—¡Ya estás!—dijo Xochipilli decidido.
De la nada el coyote le carga a su pareja en sus brazos y vuelve llenar de besos sus mejillas.—Mmm~ Xochipilli que bien hueles hoy~
—Ay doooooo, amouuurrrr, deben ser el badoh negro con el que vestí el día de hoy—dice el contrario sonrojado.
—Eres el ser más increíble~ siempre buenos por los demás antes que a ti, eso debe recompensarse ¿Sabes?.—Le susurra al oído mientras deja besos en su cuello y la flor corresponde abrazado más a su pareja pegándose a sí mismo.
El mayor lo ve desde abajo, sonriendo y haciendo que Xochipilli cruce sus piernas detrás de su cadera.
—No, no, no, tú eres el mejor chiquistriquis, después de terminar con nuestra misión deberíamos aprovechar las aguas termales al máximo y...—dijo el dios del amor pasando su mano por el abdomen de su pareja bajando hacia una zona más privada.—No se quizá...experimentar cosas en el agua—dice con un tono picarón.
—Me leiste la mente.—dice entre suspiros Huehuecóyotl y mordiéndose a la vez esos labios carnosos que le encantaban tanto a su flor.—Ohhhh ya se por donde va la cosa eh, travieso~.—Dice el dios de los cambios al mismo tiempo que hunde en el agua a su acompañante de tal forma que en uno de los escalones él quedara arriba de su flor.
—Ay ay ay Huehue—Dice la flor perdiéndose en las caricias de su pareja y ríe de puros nervios, parece un tulipán rojo por su rubor que se intensificó.
El mayor empezó a masajear suavemente la parte sensible debajo del agua de su pareja.—¿Te gusta, mi flor?—Dijo con un tono meloso.—Amo cuando te sonrojas~.—Le susurró acercándose a su cuello.
—Me encanta ...pero...—Decía Xochipilli sonrojadísimo hundiéndose en el agua como niño chiquito.—Después de nuestra misión, ¿recuerdas?—dice la flor tratando de alejar al mayor quien se estaba poniendo un poco intenso.—Ayayaya~ .—Suspiró el dios de las flores debajo del agua.—Espera amor, cuando terminemos... si queres.—Se acerca su oído y le susurra.—Tómalo como una recompensa.
—Seguro Xochipilli.—El coyote tardó en tomar mi respiración normal puesto que ya estaba un poco excitado por la situación, ahora lo único que quería era estar con su pareja a solas pero debía esperar un tiempo antes que eso pasara.—Te pasas, mi querida flor.
—Jsjsjsjs, tú te pasas de hermoso eso es lo que pasa—El dios tomó al contrario de la mano y empezaron a correr las aguas buscando al señor todopoderoso.—Sigamos lindura.
Llegan a una sala enorme donde agua cae de los cielos y está lleno de vegetación, a pesar de estar dentro de un templo que luce como las afueras del Tlalocan.
—Si yo fuera un Dios supremo, estaría aquí porque no hay nadie, jeje—rió bajo Xochipilli.
—Muy bonito, muy bonito.—dice con admiración el señor de las fiestas al observar detenidamente el lugar.
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I L H U I C A M E
RomanceDesde la era del mito, Tezcatlipoca; el señor de la noche, las tinieblas y la providencia le ha tenido un inmenso rencor y odio a su hermano menor Quetzalcóatl, la serpiente emplumada. Aquella insensible pasión del señor del espejo lo ha llevado a t...