CAP: 27
Dolor.
Fuera de escena, se encontraba la personificación del viento, Ehécatl quien apenas se había despertado de un largo y cómodo sueño y vaya milagro que él sí pudo haber dormido bien ya que todos estaban hartos de escuchar los ronquidos, maldiciones y gemidos de los cuartos de al lado.
—Menuda pedota la de anoche, puro bumbum-chao durante la madrugada...de verdad que hay entre gente ruidosa de entre los dioses.—El dios del viento se estiró del petate mientras abrió la ventana.—Cada día falta menos Ehe, cada día falta menos para salir de esta porqueria de lugar...—Se dijo a sí mismo.
Ehécatl quien se había mantenido firme ante todo, no podía evitar recordar y sentir claro, lo solo que se sentía sin su pareja ya que el bruto de Tezcatlipoca (desde tiempos inmemoriales al parecer) había encerrado como castigo a uno de sus nahuales quien era la pareja del dios viento como consecuencia de una falta a sus órdenes y por eso mismo conocía bien el carácter del señor espejo.
Tal vez en su momento ese nahual lo requería pero para Ehécatl y para muchos (quienes ya ni se acordaban de la existencia del dios prisionero) había sido como una eternidad sin estar con su amado, pero pronto ... con todo esto que la noche anterior en la fiesta se había afiliado con el gran jaguar ahora él tendría que ceder también.
Así que ese "pronto", era más próximo de lo que se esperaba...
Solo un poco más..
Solo un poco más..
—Un poco más... y eres libre.-Dijo al viento Ehécatl posando sus manos en su rostro y apoyándose en la ventana de su alcoba que daba al cielo nocturno viendo como era transformado en luz por el sol suspiró y siguió con su día.
Por otro lado, en una habitación no tan lejana a la del dios viento se encontraban la pareja del dios del ocaso y el dios de los terremotos durmiendo plácidamente juntos. Era tanto la paz que emanaban que parecía que uno se quería despertar o abrir los ojos y solo se acomodaban para estar más juntitos, sí incluso dormidos se veían tiernos pues ya necesitaban estar a solas y que mejor como la pasaron en la fiesta.
El pequeño jaguar se estiró entre las sábanas, desde sus pies, cuello y brazos, había dormido tan bien esa noche y mejor con el hecho de haber estado acompañado con su amante del cual se acurrucó y le despertó con un beso en sus labios.
—Buenos-Xolotl estaba a punto de desearle los buenos días hasta que
de pronto sintió una punzada en su pecho y se levanto de sopetón con este acto provocándole un rápido dolor de cabeza.—Quetzalcóatl...Quetzalcóatl tiene algo ...
—¿Qué pasa, amor?.—el pequeño dios le miró confundido y preocupado.—¿Qué tiene? Espera...
Por la respuesta del joven jaguar el dios le ocaso le miró preocupado y temeroso. Parece que Tepeyollotl había sentido una inquietud con su conexión con el hermano mayor.
—Mi-mi corazón... No deja de palpitar rápidamente.—Dijo con voz temblorosa al mirarle de nuevo a su pareja.—Sus marcas aparecen del linaje jaguar y desaparecen y volvían a reaparecer en su piel.—El señor Tezcatlipoca...
—No tengo idea...pero puedo sentir un enorme dolor en el pecho...—Dijo un poco nervioso el gemelo de Quetzalcoatl.—Oh Tepe, tus manos.—Notó el dios del ocaso que su pareja también podía sentir una energía inusual de un maestro así que le tomó de tus manos y las beso.
—Es..estoy bien, estoy bien.—Repitió un poco nervioso el joven jaguar
—¿Te parece si echamos un vistazo?—Preguntó el dios del ocaso a su pareja mientras le acariciaba la mano.—Lo anterior lo dice con un tono más calmado queriendo darle seguridad a Tepe y expresándole que todo está bien.
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I L H U I C A M E
Roman d'amourDesde la era del mito, Tezcatlipoca; el señor de la noche, las tinieblas y la providencia le ha tenido un inmenso rencor y odio a su hermano menor Quetzalcóatl, la serpiente emplumada. Aquella insensible pasión del señor del espejo lo ha llevado a t...