Día 2. Angel/Demon AU

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Inefables. Así dicen los ángeles que son los planes de Horikoshi. Los demonios, por su parte, suelen referirse a errores narrativos que suelen pasar desapercibidos. Por eso, depende de cómo se mire, el apocalipsis puede verse como uno de los muchos planes incomprensibles de Horikoshi, una metedura de pata, o una señora putada. Para Katsuki y Shouto era más bien la última opción, aunque el segundo insistiera en que creía con devoción ciega en las acciones de su creador. Y por si las cosas no podían mejorar, Katsuki fue el encargado de entregar al Anticristo a su nueva familia. Intentó librarse, pero siglos de informes falsos acerca de lo que hacía en la Tierra pasaban factura. En el fondo, tampoco era realmente culpa suya, es decir, ¿cómo iba a saber él que los demonios se creerían que inventó las guerras de ships, a la policía del fandom, e incluso a Mineta? Pero era lo que había, así que le tocaba pringar. Aun así, a él y a Shouto se les había ocurrido una idea brillante: una vez Katsuki hubiera cumplido con su misión de entregar a la niña (porque nadie dijo que el Anticristo tuviera que ser un hombre, no seamos machistas, que estamos en pleno siglo XXI), ambos la vigilarían y le enseñarían tanto el camino del bien como el del mal, para de ese modo crear un equilibro de fuerzas en ella. Lo que no se esperaban era confundirse de niña.

Tardaron lo que viene a ser mucho tiempo en darse cuenta de su fallo, y ninguno de los dos sabía qué podían hacer para solucionarlo. Los Cuatro Villanos del Apocalipsis despertaron uno por uno. Primero, Guerra, conocida como Toga. Luego, Hambre, llamado Twice. Después, Polución, a quien se le conocía bajo el nombre de Shigaraki. Y en último lugar, Muerte, el que no era ni héroe ni villano, Stain. Los días pasaban, y el fin del mundo estaba cada vez más y más cerca, las opciones se les acababan. En el infierno, los demonios liderados por Dabi ya se preparaban para la gran guerra anunciada en los viejos tiempos, y la situación era similar en el cielo, con los ángeles encabezados por Hawks. Katsuki y Shouto habían tratado de hacerlos entrar en razón, sin embargo, nada era capaz de aplacar sus ansias de guerra, ni siquiera parecía importarles ya el camino de Horikoshi. Se habían quedado solos, y debían solucionarlo sin ayuda, ellos dos, juntos, hasta el final.

Podría decirse que dieron con Eri, nuestra preciosa Anticristo, por casualidades del destino. Así fue como decidieron llamar al fortuito encuentro en un pueblo de mala muerte con Shinsou, el cual era un brujo cuyo destino era detener el apocalipsis según el viejo libro de profecías que dejó su antepasado. Poco después se enterarían de que en el fin del mundo también se ligaba, y que él chico se había echado un novio, Kaminari, que, en teoría, se dedicaba a la caza de brujas. Su plan era sencillo, tenían que terminar con la vida de la pequeña en cuanto la encontraran, no se les había ocurrido otra forma de parar el apocalipsis. Sin embargo, algo les detuvo, quizá lo feo que estaría matar a una niña inocente que había sido criada por una pareja homosexual. No obstante, tanto Dabi como Hawks querían su guerra, y se negaban a dar su brazo a torcer, por lo que acordaron avisar a Overhaul de que su hija no pensaba cumplir con su cometido como Anticristo. Menos mal que las historias están hechas para terminar bien, y todo pudo solucionarse de una forma muy apropiada que no voy a contar. Ese mismo día, tras tantas emociones, Katsuki invitó a Shouto a comer. El ángel comió soba frío, y el demonio se limitó a observarlo, intentando por todos los medios ocultar su sonrojo.

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