Día 25. Netflix and chill

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Esa noche los padres de Bakugou no estarían en casa. Era una oportunidad perfecta para invitar a Todoroki a dormir y, bueno, hacer cosas mucho más interesantes que dormir. Sin embargo, ya estaban en tercer año, lo que significaba que estaban haciendo las prácticas, y por ende, que no podían con sus almas. En cuanto el chico llegó, cenaron y se apoltronaron en el sofá con un par de mantas. No era el plan inicial, pero tanto uno como otro estaban exhaustos, y no tardaron en darse cuenta de que no tenían ni ganas ni fuerzas para hacer semejante esfuerzo físico. Por eso, ver una película mala de Netflix mientras se hacían cariñitos era una idea considerablemente más apetecible para ambos. Además, Endeavor se negaba a contratar Netflix (alegaba algo así como que las plataformas de visionado de pago eran los auténticos villanos) a pesar de la constante súplica de sus hijos, así que no iba a dejar pasar la oportunidad. El rubio había compartido su cuenta con él durante un tiempo para que tuviera acceso cuando estuviese en su casa también, pero dejó de hacerlo después de que Shouto dejase el último capítulo de la nueva temporada de Stranger Things al final y Katsuki se comiera unos cuantos spoilers. A causa de eso, siempre que el chico se quedaba a dormir, terminaban viendo cualquier cosa en Netflix, ya que decía que lo echaba de menos.

Era impresionante cómo incluso la peor producción que pudieran encontrar le resultaba interesante a Todoroki. No apartaba la mirada en toda la película o lo que fuera que vieran en ese momento. Contribuía a los mimos de Bakugou, claro, pero era mucho menos exhaustivo, y sus cariñitos se quedaban más en caricias, besos breves en su hombro y cuello, y él acurrucándose una y otra vez (aunque esto se debía más a un deseo de dar con la postura más cómoda que al deseo de mostrarle aprecio a su pareja, y el rubio era muy consciente). Bakugou, por el contrario, se desvivía, como si tuviera que ser el mejor hasta en los mimos. Le acariciaba brazos, piernas y espalda con el mayor de los cuidados, le besaba el cuello hasta el punto de hacerle soltar suspiros de satisfacción, le abrazaba y le pegaba a él todo lo que pudiera, frotaba la nariz contra su rostro con ternura, a veces depositando besos también. En ocasiones, a Todoroki le costaba mantener la compostura y no desviar su atención de la pantalla, porque de verdad que daba la sensación de que el chico estaba en una competición en la que le iba la vida. No obstante, ese día en concreto se encontraba demasiado cansado como para ceder ante los maravillosos cariñitos de su novio, y lo único que quería era ver aquella horrible película que no requerría esfuerzos ni físicos ni mentales para comprenderla.

  -Katsuki, ahora no, en serio -pidió, apartándole la cara con un cojín-. Estoy agotado, y tú también. Solo quiero seguir viendo la peli.

  -Pero si es un original de Netflix.

  -¿Y qué? Así mejor, la trama no es difícil de seguir.

  -Es que no hay trama -replicó el rubio.

  -Sigo sin ver que sea un problema. Lo único que me apetece hacer es ver esto y luego irme a dormir, por favor.

  -Bueno, está bien, pero no estoy cediendo, que conste. Solo lo hago porque yo también estoy cansado por las prácticas.

  -Pues a ver si se nota y sacas la mano de mis pantalones, que no soy tonto, Katsuki, sé perfectamente qué intentas.

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