La historia jamás contada sobre el verdadero origen de los Dioses legendarios Ares y Afrodita. La verdadera historia no es como te la han contado y ésta se remota hace millones de años antes de la creación del universo.
Afrodita levanta la mirada de su libro y escucha atenta la voz de una de las cortesanas llamándola señora, algo que nunca había sucedido. Era un título enaltecedor pero, ser llamada por el Consejo le preocupaba.
-Aqui estoy- dijo Afrodita, de pie y delante de los dioses, observó a cada uno de ellos: Zeus, Hera, Poseidón, Atenea, Hestia, Démeter, Dionisio y Hebe.
-Te hemos llamado aqui para juzgarte por utilizar inconcebiblemente tus poderes en contra de las inocentes diosas del jardín- se levantó Dionisio.
-Sin razón alguna has actuado contra ellas y debes recibir tu castigo por crueldad- se oyó decir de Zeus.
¡Vaya! La primera vez que se presenta ante Zeus y éstos la acusaban drásticamente y la habían sentenciado a diez latigazos sin escuchar ni una sola palabra de ella.
Un ruido restalla y cruje en una espalda blanca y tersa descubierta de Afrodita.
Pero su sorpresa en silencio calla y recibe uno a uno los látigos del dios verdugo. Pero algo parece no agradarle a éste, quien impaciente espera por los gritos de sufrimiento de ella. Uno a uno va aumentando su fuerza. Se ve abrirse la piel y brotar la sangre que salpica al compás del látigo, mas una Afrodita firme permanece inmutada.
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Afuera espera detrás de la puerta Ares, quien duda entrar, si pasa a defenderla tal vez Zeus le impida recibir el trono.
Al contar el décimo látigo. El verdugo, limpia el sudor de su frente y pregunta: ¿Eso sí que te dolió verdad?
-No- responde Afrodita; quien se levanta y abrocha sus vestiduras con suavidad dejando entrever a su piel cerrarse dejando ni una sola cicatriz ni rastro de sangre.
-Maldita..(susurran).
-Nadie había salido indemne de los látigos (se escucha decir entre el Consejo).
Zeus al ver que los castigos no eran eficientes en Afrodita decide liberarla.
-Ya cumpliste tu castigo, ahora retírate.
Afrodita da la espalda y camina al exterior.
-Amor..escuché que te castigaban por haber desaparecido a un grupo de diosas. Cuando me enteré, inmediatamente vine corriendo y al llegar ya estabas saliendo, llegué tarde.
Afrodita esboza una sonrisa tranquila ante la sorpresa de Ares y ésta le dice: "No te preocupes, no me hizo ningún daño, estoy bien. Creyeron que iban a lastimarme pero..les salió mal el plan"
-¡Afrodita!- gritó Apolo.
-Dime que estás bien- exclamó un preocupado Hermes.
-Sí..estoy bien, gracias por venir, ¿no se supone que ustedes eran parte del Consejo de Dioses Olímpicos?
-Sí, hermana. Pero nuestro Padre me envio a mi y a Hermes a misiones lejos de aqui y no estuvimos presentes en tu juicio.
-No me dejaron hablar, solo me sentenciaron a diez látigos.
Hermes traga su saliva y parpadea tratando de disimular sus ojos empapados.
-¿Qué fue lo que pasó?
-En camino a tu Cena de Gala, las diosas trataron de matarme entre los arbustos del jardín. Y yo..
-Esta bien, solo te defendiste, no te dieron opción- Hermes consuela a Afrodita abrazándola.
-Vamonos ahora, tenemos que planear una sorpresa para mañana en honor a ti amor- agregó un contento Ares.