Hermaphroditus

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La bella diosa se asoma al ventanal de cristal, las estrellas brillan mejor desde su propio palacio y ahora ella junto a sus hermanas viven tranquilas en la pequeña Isla de Chipre.

En la proximidad se vislumbra un remolino fosforescente y de pronto, surge una silueta conocida.

-Afrodita..

-Hermes..

-Te he extrañado.

Un abrazo los une y en el fondo Afrodita acoge en su corazón ese sentimiento de paz.

-Me mudaré aqui.

-Espera..qué

-Sí, Apolo decidió quedarse en Júpiter pero yo no tengo motivos para quedarme. Asi que viviré al lado por si necesitas que te proteja..

Ambos saben que solo es un excusa y caminan para contarse con elocuencia lo sucedido. En ello Hermes se detiene y recuerda contarle algo que pasó antes de que él saliera.

-Ares convocó a todos y..- suspira- anunció que si no acataban sus palabras entonces eran considerados traidores.

-Por eso viniste ¿verdad?

-No solo por eso, él también se encargó de decir que estabas casada con Hefesto, y que te acostabas con él a escondidas. Inventó otras historias sobre ti, incluyendo a Adonis y además dijo que tú habías hecho lo que en realidad Calypso había hecho mal. Pero eso ahora no tiene importancia, porque yo sé que no es verdad.

-Asi es, lo importante es que yo sé lo que es cierto.

La palma de Hermes toma la mano de Afrodita mientras ésta la observa en silencio solo escuchando el tintineo de las estrellas a lo lejos.

Pero Hermes, ha perdido sus casillas, y se acerca sin percibir rechazo, entregándole un dulce beso apasionado. Juntos se acercan al lago y en medio de él vislumbran el amanecer frente al mar.

 Juntos se acercan al lago y en medio de él vislumbran el amanecer frente al mar

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Ahora Mercurio arde cerca al sol por Venus.

Fin.

Ares & Afrodita: Nacimiento ÓrficoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora