Vinalia Rústica

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Ares: Estamos invitados a una cena de gala, será esta noche, pero no podré pasar por ti asi que te pido que me esperes en la puerta para entrar juntos.

Afrodita: ¿Si? De acuerdo, ¿qué estarán celebrando?

Ares: Mi regreso, es decir, nuestro regreso..

Afrodita: ¡Qué bien! Iré a las 8pm (y asomó una sonrisa tierna de su parte)

Lo cierto es que no todos estaban contentos con esta pareja, especialmente las mujeres. Quienes consideraban a Afrodita inferior a ellas.

Afrodita caminó por los jardines durmientes en la noche, dispuesta a llegar al salón de baile. Pero en ello un grupo de diosas salieron de entre los arbustos y la rodearon.

-¿A dónde crees que vas?- salió una diosa de en medio.

-No creas que te dejaremos ir- agregó otra.

-Solo déjenme pasar, que yo no les he hecho nada para que me busquen- respondió Afrodita.

La mujer sacó una lanza, parecía estar decida a acabar con Afrodita sin aparente razón alguna.

Pero Afrodita solo era una bomba de tiempo. Se tapó los oídos y exclamó: ¡Solo retírense de aqui!

Un ruido ensordecedor se expandió con los gritos de pedido de Afrodita y terminó por hacer cenizas a las jóvenes diosas que se encontraban rodeándola. En este punto podemos decir, que ella poseía los poderes del guantelete del infinito de Thanos, sin necesidad de poseer las gemas ni los chasquidos, pero ese es otro universo...

 En este punto podemos decir, que ella poseía los poderes del guantelete del infinito de Thanos, sin necesidad de poseer las gemas ni los chasquidos, pero ese es otro universo

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Afrodita abrió los ojos y observó a todas desvanecerse y convertirse en árboles que florecen y ornametaban el jardín. Fue entonces y solo entonces cuando se dio cuenta de uno de sus terribles poderes..

Ella podía, cuando quería, desaparecer a quien le plazca. Pero en su interior una voz le susurraba: "Debes controlar tus impulsos". Tal vez, pensaba Afrodita, debería tener más cuidado con lo que desea, o se podria convertir en una villana en vez de una diosa respetada.

Caminó por el sendero de piedritas que la llevó hacia un campo donde se encontraban muchos dioses entrando al gran salón. Algunos se quedaban conversando en las gradas y otros disfrutaban de la compañía de los demas brindando con copas llenas de una bebida color de sangre, el vino.

Desde su lugar, ella podía observar, a través de los ventanales y de la puerta de vidrio, cuánto disfrutaban los unos de los otros en la fiesta de gala.

Buscó con sus ojos sigilosos a Ares, pero no lo encontró. Así que decidió acercarse. Sus pasos lentos parecían dejar pasar el tiempo para esperarlo. Pero éste no aparecía. Hasta que llegó a la puerta, soltó un suspiro, y un poco resignada tomó el dorado enchapado de la manija sujetadora de la puerta.

"Parece que no va venir.."

En ello, una cálida mano tomó su mano junto a la manija e interrumpió sus pensamientos, haciéndola girar hacia la derecha.

-Te dije que iba a venir por ti..

-Pensé que ya no vendrías

-No te iba a fallar- sujetó a Afrodita de las manos, acercó una de ellas a sus labios y besó su dorso.

Al entrar, una gran mesa cubierta de mantel blanco con cintas rojas albergaba una gran cantidad de postres y asados. Todos apetecibles, mientras algunos elegían las uvas y los dulces, otros preferían las carnes o las verduras. Pero ninguno dejaba de compartir y brindar con las bebidas.

Ares llevó a Afrodita a un grupo de dioses, donde se sentaron y se sirvieron carne y diversos colores de uvas.

-Aún no nos presentas a la bella dama- agregó uno de ellos, dirigiéndose a Ares.

-Ella es Afrodita, mi prometida. Amor, él es Apolo, nuestro hermano..

 Amor, él es Apolo, nuestro hermano

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..a su izquierda, Hermes y Hefesto. También son parte de nosotros.

-Un gusto Afrodita- agregó Hermes

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-Un gusto Afrodita- agregó Hermes.

-Es bueno tenerte en casa- dijo Apolo.

Hefesto, el más callado solo atinó a levantar su copa en señal de salud.

-Ante todo esto, dónde esta Zeus..

-Hoy no podrá venir porque tiene asuntos pendientes que resolver. Asi que por el momento esta cena es una fiesta informal, hasta que no esté presente nuestro Padre- explicó Apolo.

-¡Salud por el anfitrión! ¡Apolo!- dijo Hermes.

-¡Salud!

-¡Salud!

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Ares & Afrodita: Nacimiento ÓrficoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora