No obstante, no siento nada y grito al borde un ataque de nervios, al levantar el rostro veo como él yace inerte ahí, a pocos metros de mí, con el rostro desfigurado por la bala justo en la cabeza, lleno de sangre, huele a pólvora. Empiezo a temblar convulsamente, atónita.
Escucho a lo lejos los sollozos de Mary que sacude a su madre sangrando, no está viva y yo solo puedo sentir terror, un shock profundo, mi pulso desbocado. Patrullas comienzan a escucharse a lo lejos, gritos y gente yendo y viniendo. Y unos brazos firmes me levantan. Es un hombre que desconozco, parece asustadísimo e impresionado, pero no logro recuperarme, creo que nunca lo haré. Tiemblo, tiemblo como nunca antes.
-¡Desa! -Es una de las mujeres con las que canto en la cocina, la busco con la mirada y enseguida me envuelve en sus rollizos brazos, me aferro a ella negando una y otra vez. El hombre que me había levantado se aleja, pero no me importa nada más. Lua, la mujer que me sostiene, me saca de ahí y noto que otras más se acercan, vienen del albergue. Apenas si puedo caminar en línea recta.
-Mary -puedo decir con un hilo de voz.
-Ya están con ella, anda, debo sacarte de aquí. Dios -la escucho llorar mientras me guía al albergue. Cuando entramos todo es una locura de la que no puedo ser participe, mi cabeza repite la escena una y otra vez, el sonido una y otra vez, la sangre-. Desa, toma esto -me pide nerviosa, con lágrimas en los ojos pero sin titubear. La observo fijamente intentando tomar el vaso pero no puedo sostenerlo.
-La mató -solo digo. Lua asiente cubriéndose la boca.
-Protegiste a la niña -murmura aturdida, asombrada y de nuevo a punto del llanto. Sus palabras no me llegan, no sé qué me ocurre. Acerca el vaso hasta mi boca y hace que beba a tragos. Afuera de la cocina se escuchan muchas voces, llanto, conmoción. Cuando ya no puedo tomar más se sienta a mi lado, rodea mis hombros y me acerca a su cuerpo, meciéndome porque imagino que nota el shock en el que me encuentro.
-Desa, Dios, ¿estás bien? -Es Lira, se hinca frente a mí y ve a Lua un segundo luego a mí. Luce entristecida. La directora del lugar pasa una mano por mi rostro.
-La mató, la mató así, nada más -le hago ver aturdida pero mi voz se escucha ajena. Lira asiente.
-Fuiste muy valiente e... inconsciente. No debiste ponerte ahí, te pudo haber disparado. -Mi mente va del estruendo al hecho y la cara de Riah en todo momento, como en una misma imagen. Si me hubiese hecho daño o... algo peor. Dios. No, debía hacerlo, me repito de forma convulsa.
-Es una niña, Mary es una niña -le digo medio histérica. Lira asiente comprendiendo que estoy un tanto fuera de mí.
-Lo es, y lo que pasó es una tragedia, pero, Desa, esto es parte de este lugar -expresa buscando que reaccione y lo hago clavando la vista en sus ojos.
-¿Por qué? -pregunto sin soltar una sola lágrima que imagino es lo que más la desconcierta en ese momento. Sin embargo, acaricia mi mejilla y respira hondo.
-Porque esta es la vida de muchas de ellas, porque es justo de lo que huyen -me explica afligida. A lo largo de este tiempo he escuchado historias terribles, desgarradoras y tormentosas, duele siquiera saberlas, pero nunca, ni de lejos, pensé que me tocaría vivir algo semejante. Esa mujer tenía una hija, el mundo lleno de posibilidades y simplemente ya no está y la niña ya nunca tendrá a su madre.
-Quiero ver a Mary -solo logro decir. Lira asiente y me levanto al tiempo que ellas lo hacen.
-Está en su cuarto, logramos que se alejara de la escena, pero servicio de menores no tarda en venir, seguramente mañana se la lleven -me informa. Mi pecho se contrae aún más, si eso es posible. Subo hasta el dormitorio y noto como permanece impávida mientras dos adultas le terminan de limpiar la cara pues estaba llena de sangre. De pronto es consciente de mi presencia, me observa fijamente y luego con odio me dice:
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Más de ti • LIBRO I, BILOGÍA MÁS
RomanceCompleta versión borrador. +16 Se casaron presas del impulso, de la pasión desbordada, esa con la que se comunican sin restricción. Un año después el deseo sigue intacto, pero la claridad de los sentimientos no. Él quiere ver a Desa apasionarse por...