La detonación justo en el rostro de Riah me hace despertar gritando aterrada. Niego con violencia, sudando.
—¡Desa! —logro escuchar, jadeo llena de angustia. Ese rostro, el rostro más bello de mi mundo ahí, desfigurado frente a mí, inmóvil. Gimo temblando y me sacuden—. ¡Desa, reacciona! —Es la voz de Lira, siento unas manos cálidas sobre mis frías mejillas y empiezo a volver en mí. La miro por un segundo intentando distinguir sus rasgos hasta que lo logro.
—¿Lira? —pregunto con la voz pastosa. Asiente y me abraza frotando mi espalda, me aferro a sus brazos, aún con esa imagen en mi cabeza bien grabada. Debo encontrarlo, ir por él.
—Tranquila, sh, tranquila. —Me mesé y eso logra que los latidos enardecidos de mi corazón disminuyan un poco. Cuando me siente más relajada, me separa, Louisa también está ahí, me observa con agobio—. Desa, no sé qué esté pasando, evidentemente aquí siempre serás bienvenida, pero también te digo que no solucionarás nada si no lo enfrentas —murmura sin soltar mis ojos. Asiento temblorosa.
—Lo sé —admito, sonríe.
—Bien. Dormiste apenas dos horas —me informa un tanto preocupada, está oscuro, noto de pronto—. Deberías ir a casa y descansar.
Todo lo ocurrido las últimas horas cae sobre mí, mi pecho se oprime y siento que ya es demasiado, que ya no puedo con tanto. Busco mi teléfono, prendo la pantalla y no hay nada. Sollozo entristecida. ¿Si Riah no quiere escucharme? ¿Si nunca más quiere verme? ¿Si aunque sepa la verdad prefiere que nos separemos? El miedo está haciendo circo maroma y teatro en mi sistema, me encojo y aunque sé que debo enfrentarlo, decido que debo tomar un poco de fuerzas, distraerme, quizá.
—¿Siguen pintando? —pregunto cambiando el tema. Arruga la frente.
—Sí, ya están por terminar el patio interior, los pintores hicieron lo que requería andamios.
—¿Steve?
—Juega con los niños, ya sabes que les gusta ayudar pero es complicado —explica. Asiento sonriendo de pronto un poco más tranquila al evocar mis momentos a su lado, lo fácil que es dejarme llevar.
—Creo que iré a ayudar un poco –anuncio y me quito la cobija que tengo encima. Lira resopla, está en desacuerdo.
—Desa, debes descansar, estamos preocupados por ti —me hace ver mientras intercambia una mirada con Louisa que también asiente. Suspiro acomodando un poco el desastre que es mi cabello, aunque yo lo soy en absoluto en este momento.
—No lo estén. Solo necesito un poco de lo que aquí encuentro —musito contrariada, casi en suplica. Lira lo medita un poco y al final asiente.
—Promete que será un rato y luego te irás a descansar.
—Sí —miento. La verdad es que no quiero regresar a la angustia de esa casa. No puedo si no es con él.
Bajamos y todos están en algo, me acerco y una de las chicas luce cansada, le digo que yo continúo, me sonríe agradecida y me da la brocha. Drake está al lado, me observa un segundo y sigue.
—¿Está bien? —pregunta sin dejar de trabajar.
—Sí —miento.
—No lo parece, menos con esos gritos que soltó hace un rato. Todos la escuchamos —sisea con cruda simpleza. Me avergüenza que todos los hubieran oído pero no puedo hacer nada al respecto, necesito más que nada en ese instante, sacar la imagen de Riah ahí, frente a mí. El dolor ya es insoportable en mi pecho. No puedo imaginar lo que está sintiendo, lo traicionado.
—Una pesadilla —repongo agotada, pero sin dejar de pintar.
—Es por lo que pasó, ¿no? —inquiere.
—Sí.
—La primera vez que uno se topa con la muerte, ésta nos cambia —murmura.
—Supongo —reviro concentrada, encontrando sentido en eso.
—Mary está con su tío y su abuela —dice repente, me detengo extrañada, él no, solo sonríe torcidamente—. Ellas eran de aquí, bueno, su madre, era hermana de uno de los del barrio. Se fue hace muchos años porque ese hombre se lo pidió. A saber cómo se conocieron y esas cosas, pero... al regresar, todos estaban enojados con ella, por eso buscó refugio aquí —explica y yo me quedo asombrada, digiriendo esas palabras y vuelvo a lo mío—. El tío de Mary es uno de los nuestros, uno que es ley aquí, por eso pidió que todos la cuidemos, por eso este lugar siempre estará a salvo y las mujeres de aquí, también —termina. Paso saliva un tanto descompuesta. El hombre debe ser algún tipo de mala reputación, alguien que infringe la ley, asumo, pero eso no lo hace de mal corazón, imagino, o la verdad es que ya no sé qué pensar—. Usted no se preocupe, solo quería que lo supiera.
—Gracias —atino a contestar.
Pinto y cada pasada a la pared siento que será la última, por un lado, el agotamiento de nuevo me está ganando y, por otro, sé que lo mejor es regresar a casa, seguir buscándolo hasta dar con él.
Debo decirle todo suceda lo que suceda, tenga las consecuencias que tenga porque él no merece estar pasando por esto, porque no merece que le haya mentido, porque no merece haberse casado con una mujer que no tenía ni rumbo, ni convicciones, que se redujo a sí misma a aquello que solía ser por temor a no ser suficiente como tantas veces pensó que era.
Riah estuvo ahí, silencioso, siendo, de alguna manera un andamio en mi camino, jamás un obstáculo, pero yo acostumbrada a recibir tan poco, a ser criticada, juzgada y menospreciada, creí que haría lo mismo, lo cierto es que ahora mismo todo luce diferente y comprendo al fin que si no le dije nada fue porque tenía miedo de que para mí esto fuese pasajero, que solo estuviese entusiasmada por la novedad. Pero no es así, este lugar es parte mi mundo y defendería tanto como lo defendería a él.
Una de las mujeres que está a mi lado, y silenciosa pinta, me da un pequeño empujón con el hombro, la miro intrigada y señala con la barbilla hacia la entrada del amplio patio. Volteo despacio. Mis pulmones se paralizan y mi piel se eriza de forma instantánea. Dejo caer la brocha, llena de asombro, mi corazón se detuvo y mi mente también.
Riah está ahí, de pie, observándome de una forma que no comprendo y yo solo puedo pensar que no existe nadie más perfecto que él.
***Zak está ahí... :O
GOODBYES - POST MALONE ft YOUNG THUG / COVER BY LUNITY ft NICKY TAYLOR
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Más de ti • LIBRO I, BILOGÍA MÁS
RomanceCompleta versión borrador. +16 Se casaron presas del impulso, de la pasión desbordada, esa con la que se comunican sin restricción. Un año después el deseo sigue intacto, pero la claridad de los sentimientos no. Él quiere ver a Desa apasionarse por...