Silence | Minsung

NOTHING

Déjame que te hable también
 con tu silencio claro como una lámpara,
simple como un anillo.

Eres como la noche,
callada y constelada.
Tu silencio es de estrella,
tan lejano y sencillo.

[...] como si hubieras muerto.
Una palabra entonces,
una sonrisa bastan.
Y estoy alegre,
alegre de que no sea cierto.

PABLO NERUDA

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NOTHING.

Que llegara el verano no era una noticia que emocionara a Minho. Ya que, tal vez la mayoría de las personas disfrutaban del sol y las altas temperaturas, de poder ir a la playa, viajar y salir con amigos. Sin embargo, él no. Nunca le habían causado placer aquellas cosas, su mente se negaba a admitirlas en su vida.

El auto en el que iba se movía con brusquedad, balanceándose en un sin saber de izquierdas y derechas. Quizás ahora agregaría a su lista de cosas que le disgustaban los caminos sin pavimentar. Los verdes árboles inundaban la ventana a su lado desde hace algunos kilómetros. Algunos pinos o abedules se mecían suavemente con la brisa veraniega, agitando sus hojas en distintas direcciones. Minho se aferró con fuerza al cinturón de seguridad cuando su cuerpo saltó debido al camino, haciendo una mueca de dolor por el impulso.

Maldijo en susurros para que sus padres no lo escucharan. No es que odiara esa estación del año, pero sus progenitores siempre encontraban un modo de fastidiársela. Ni siquiera le preguntaron si quería venir a ese lugar con ellos. No, solo lo obligaron a empacar y subirse al auto.

No lo malinterpreten, Minho es alguien optimista y siempre inventa ver el mejor lado de las situaciones, pero le gustaría que al menos le hubieran pedido su opinión. Al menos así no hubiera sido tan espontáneo ni desagradable. Aunque tampoco tenía las suficientes razones para estar molesto. De todos modos no le gustaba ir a la playa y salir con amigos no era una opción; su único amigo se la pasaba encerrado en su habitación leyendo o jugando a algo.

-¡Oh! Es allí- la voz de su madre sonó tan emocionada que frunció el ceño. ¿Por qué tenían que traerlo a la mitad de la nada? ¿Y por qué ella, una mujer amante de la ciudad, lo disfrutaba?

-Es muy bonito, linda.

Su padre estaba sorprendido por alguna razón. Minho no entendía el por qué hasta que vio la hermosa parcela que se extendía por el terreno. Sin duda, era gigantesca, no solo la casa; la parcela en general. Habían campos de sembradíos y mucho más lejos se veía un lago. Sospechó que seguramente se podía llegar a él desde ese lugar.

-¿Nos vamos a quedar ahí?- cuestionó, casi pegando sus ojos al vidrio del vehículo. Su madre giró a verlo desde el asiento delantero, la mujer estaba decidida a disfrutar de aquellas cortas vacaciones.

-Sí, pero no estaremos solos. La casa es de una amiga mía. Ella nos invitó a pasar el verano aquí, así que tienes que comportarte. No te olvides de saludar al llegar. Además también tiene un hijo, así que se bueno con él.

¿Un hijo? Bueno. Si así era Minho no daría problemas a menos que el chico se comportara mal con él. Solo deseaba tener una habitación privada para no molestar a nadie, porque parecía que verano sería horriblemente aburrido. Pero lo que no sabía Minho, es que su intuición se equivocaba.