EIGHT

1.6K 304 29
                                    



Capítulo ocho.

THINGS.


-¿Aquí está bien?- Youngmi detuvo el auto frente a una pequeña tienda eléctrica. Minho observó por la ventana el lugar, era realmente bonito a pesar de ser pequeño. Jisung estaba a su lado concentrado en jugar con sus manos, lo había logrado convencer después de todo.

-Sí, desde aquí podemos seguir nosotros.

-Llámenme cuando quieran irse, espérenme en ese mismo lugar y los pasaré a buscar. Disfruten su recorrido- Les recordó la mujer antes de que el castaño abriera la puerta del auto para bajar. Youngmi parecía bastante emocionada de traerlos, Jisung había notado notado aquel brillo en sus ojos que desde hace mucho tiempo que no admiraba. Su madre estaba feliz, y eso le revolvía el estómago.

-Adiós- Exclamó Minho, despidiéndose con su mano al igual que Jisung. El auto blanco se alejó por la calle hacia la carretera, perdiéndose entre las sombras de los árboles.

El castaño se giró, observando a Jisung de reojo. Estaba ansioso. No sabía exactamente qué decir luego de la situación que ocurrió en el bosque, al menor no parecía haberle molestado, pero no reaccionó de ningún modo por ello, y Minho aún sentía aquel cosquilleo en sus manos.

-¿Vamos?- El rubio asintió ante sus palabras, poniéndose en marcha junto a su paso. Las calles eran acogedoras, daban la sensación de estar en un pequeño pueblo retrasado a las décadas de los ochenta. Minho no pudo evitar ser curioso ante todas las tiendas o aplastando su nariz contras las vitrinas.

Sus pies se movían de un sitio al otro. Jisung se mareaba con tantas vueltas que daba siendo arrastrado por el mayor. Le impresionaba la gran cantidad de energía que tenía y el poco tiempo que poseía su cabeza para asimilar dónde estaban. Eso hasta que Minho se quedó enganchado en una tienda donde vendían todo tipo de cosas, y al decir todo tipo de cosas era hasta lo más impensable -Jisung no entendía qué hacía a la venta una casetera- , así que se dedicó a vagar por los cortos pasillos mientras el castaño hablaba con la pequeña anciana que atendía.

-¿Eso es una cámara?- Jisung escuchó la voz de Lee detrás de él. Al verlo lo encontró analizando el objeto desde distintos ángulos, girándolo entre sus manos y tocando como un niño pequeño sus botones.

-Sí, está algo vieja pero aún sirve- Habló la anciana desde el mostrador, mientras disfrutaba de una novela que se reproducía en una pequeña televisión.

-¿Y si la llevamos?- Le preguntó el contrario, mostrándole el pequeño aparato que estaba algo viejo entre sus manos. Jisung pudo reconocer el modelo, era una de esas cámaras que siempre veía en películas pero que nunca había deseado lo suficiente para tener.

"Debe costar mucho dinero", señaló, esperando que Minho comprendiera. Para su suerte el castaño realmente se esforzaba aprendiendo el lenguaje de señas.

-¿Está a la venta, abuelita?

-Veintidós won, querido.

Ante la respuesta Minho se encogió de hombros, dándole a entender que se la compraría sin importar lo que él opinara. Cuando se dirigían a la caja ya no tan solo iba una cámara en sus manos, también iba un tarro de mermelada de mora y unas galletas de limón. Al final, Jisung terminó ayudando a pagar con su dinero, ya que Minho con todas sus cosas se había quedado en la quiebra.

"Me debes seis won", recalcó al salir del recinto. Minho rodó los ojos, caminando entre saltos delante de él.

Cuando dieron las cinco de la tarde ambos se hallaban sentados en el pasto, cerca de un pequeño arroyo a las afueras del pueblo. Un sauce les daba un poco de sombra y fresco ante los fuertes rayos del sol, y las galletas pasaban cada cierto tiempo entre las mermelada hasta sus estómagos. Minho ya no pensaba que su manera de pasar aquel verano fuera una mala. Mientras tanto Jisung sentía que el silencio no era tan aterrador cuando te encontrabas con otra persona.

-¿Crees que funcione?- Minho tomó la cámara de la pequeña bolsa donde traían sus cosas. Sacó la pequeña pantalla en un borde, y la encendió con un chillido de alegría.

Jisung movió su rostro al darse cuenta de que el mayor lo estaba grabando. Con Lee Minho nunca se podía estar tranquilo, ni siquiera comiendo galletas de limón con mermelada.

-Saluda Jisung. Vamos, no ignores a este pobre camarógrafo necesitado de un rostro hermoso para triunfar- Insistió el castaño, levantándose para grabarlo desde lejos. Jisung frunció el ceño, levantándole el dedo del medio al lente.

-¡Eso es indignante!

Pudo oírlo gritar, mientras lo apuntaba acusadoramente. Minho cada tanto tiempo hacía un poco de zoom, para hacer notar de cerca las acciones del menor.

Se veía hermoso desde allí, con el viento suave alborotando su cabello y las hojas del sauce adornando sus pies. Minho sintió una presión en el pecho al mirarlo comer. Siempre tenía el impulso de querer saber más sobre el rubio, inconscientemente se sentía atraído hacia él. Sin embargo, al observarlo desde allí  podía notar cierta tristeza en los ojos del contrario, cierto brillo de nostalgia y anhelo.

Jisung era tan lindo y triste a la vez. Aquel silencio que lo rodeaba, plagado de palabras que no podían ser dichas. Aquellos acordes propios que se podían tocar en su cuerpo.

Aquella silueta de silencio, parecía extrañar algo. 

Silence | MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora