Silence | Minsung

ONE

Capítulo uno.

PLACE.

Una mujer alta y hermosa recibió cálidamente a los Lee cuando llegaron. Su pelo poseía un brillante rubio, que la hacía parecer mucho más joven de lo que era. Lee Minho no pudo evitar sonrojarse hasta las orejas cuando esta lo besó en la mejilla cuando lo saludó, respondiendo entre tartamudeos algo torpes cuando esta le preguntó cómo estaba.

-¿Minho, no? Mi hijo no está en casa ahora mismo, pero ya podrás conocerlo después.

La sonrisa amable que le dio lo dejó sin palabras, casi podía sentir escalofríos de lo muy expresiva que era. No discutió cuando entraron a la enorme casa que era tan cálida como la dueña en si, y que se alzaba imperturbable entre miles de árboles. Su familia y él subieron por un lindo y espacioso porche hasta la puerta principal, la cual dejaba entrar al salón del hogar. El lugar por dentro tenía una perfecta combinación de cafés, con una iluminación combinada entre lo artificial y lo natural. Habían escaleras en forma de caracol en una esquina, esto le daba a entender lo espacioso y grande que era todo.

Sus padres conversaron durante algún rato con la mujer, se veían bastante entretenidos contándose anécdotas los unos a los otros. Después, al recordar que el menor seguía con ellos le dieron unas llaves con número, diciéndole que podía ir a buscar su habitación en la segunda planta. Minho acató la orden sin problemas, no le gustaba escuchar a los adultos hablar de trabajo y mucho menos tener que quedarse parado esperando que terminaran. Era tan aburrido.

Su maleta le causó un poco de problemas en la escalera, pero logró arreglárselas para llegar hasta arriba. Se encontró con un pasillo y dos puertas, una frente a la otra. Supo cuál era la suya, por el número y porque la otra tenía nombre. Seguramente pertenecía al hijo de la Youngmi, la hermosa mujer que los recibió.

Minho encontró su habitación bellísima. Quizás por el techo en forma de triángulo o por la gran cama matrimonial en la pared, no estaba seguro, pero le encantaba. Le recordaba mucho a las cabañas de los bosques, además que tenía una hermosa vista a los cerros verdosos. Desde la ventana que tiene la habitación, logró ver a sus padres y Youngmi salir de la casa, seguramente a conocer el terreno en el cual debería alojarse un mes y medio. Minho suspiró resignado. Debería haber comprado algo con lo que matar el tiempo: un puzzle o crucigrama.

Entonces en su mente se cruzó la brillante idea de buscar al chico que también vivía allí. Youngmi le había dicho que no estaba en casa, pero tampoco podía estar fuera de la parcela, ya que en sus palabras recalcó que lo podría conocer después, lo cual significaba que volvería en algún momento. Según su mente, si estuviera fuera del terreno se demoraría horas o más en volver, porque el lugar estaba ubicado en medio de la nada y tomaba bastante tiempo llegar hasta la carretera. Minho no creía que la persona pudiera haber en auto hasta allí, porque dudaba que fuera mayor de edad o un adulto, e ir a pie no era una opción.

Minho sonrió entusiasta, viendo como su mente iba cableando un plan para olvidar el aburrimiento. Siempre había sido optimista, así que incluso en medio de la nada hallaría una forma de no malgastar su tiempo; empezaría encontrando a ese chico.