Capítulo dieciocho.
LOVE OF LIFE.
Las personas siempre decían que las despedidas eran dolorosas, tristes. Sin embargo, nunca explicaban con exactitud de que trataba aquel dolor, el cómo se sentía, cuánto consumía de ti. Jisung pensó que habría sido mucho más fácil enfrentarse a esa realidad si al menos hubiera tenido una idea de que lo que vendría con ella, de cómo serían los días que vendrían después. Así que no estuvo seguro de donde sacó la valentía suficiente para hacerlo.
De una manera inútil el cielo se había tornado gris, recordando el apresurado otoño que arrasaba el aire. Jisung se sintió en armonía con el ambiente, como si ambos hubieran unido sus emociones melancólicas y de tristeza para crear aquello. Siempre las nubes con sus tonos grises le habían parecido una obra de arte, algo hermoso y perfecto de lo que era dueño la naturaleza. Ahora también siempre le recordarían a Lee Minho y le traerían la imagen de su pelo castaño y piel tersa, de como caminaba agarrado a su mano medio metro más adelante. Un paso lento llevado conscientemente por ambos al saber que era su último momento de soledad compartida. El sendero entre los árboles cada vez se hacía más corto, mostrando la sombra de la gran casa que estaba adelante, la cual guardaba su inesperada despedida. Jisung quiso retroceder y salir corriendo junto a Minho. Quiso huir a algún lugar donde ambos pudieran estar siempre juntos, sin perderse el uno al otro, sin tener que despedirse nunca. Pero se contuvo, encerrando sus desordenados pensamientos. Diciéndose a sí mismo que aunque quisiera, habían cosas que no podían cambiarse ni hacerse de forma diferente.
Sin decir ninguna palabra ni hacer algún comentario, subieron en completa serenidad al porche trasero. Al entrar en la estructura donde se habían conocido encontraron a todos los adultos reunidos, esperando que los dos aparecieran. Jisung observó los ojos de Minho una vez, solo para asegurarse de poder recordar aquellos brillantes orbes que tantas veces lo ayudaron. Aún así su corazón dolió cuando sus manos se tuvieron que separar para que el mayor pudiera recibir a su familia con tranquilidad. Jisung mientras tanto, se acomodó a un lado de su madre, concentrándose en reprimir las horribles ganas de llorar. Luego todo pasó rápido, y la siguiente imagen que se quedó grabada en la mente del rubio fue cando vio a Minho arrastrar su maleta en dirección a la salida, abriendo la puerta junto a sus padres.
Segundos después él salió afuera, quedándose de pie en los escalones del porche principal, con sus ojos fijos en las siluetas guardando las cosas en el maletero de un auto. Minho se dio la vuelta por última vez, conectando sus ojos una vez más, dándole una de esas sonrisas que tanto amaba, solo que ahora estaba cargada de emociones y era su despedida. Jisung tomó un bocado de aire, viendo como su vista se volvía borrosa al tiempo que agitaba su mano en forma de despedida hacia Minho. Su corazón era herido por miles de espinas mientras ambos se daban un último momento, diciéndose todo en el silencio que los dos habían aprendido a dominar y apreciar. Luego el mayor se tuvo que girar ocupando toda la fuerza de voluntad que tenía. Se metió dentro del auto, y clavó sus uñas en las palmas de sus manos para reprimir que más lágrimas se atrevieran a caer. Eso era un adiós, y le estaba partiendo el alma.
Un viento frío chocó contra el tibio llanto que soltaba el menor, observando el auto marcharse por el mismo camino donde alguna vez había llegado. El dolor que alguna vez había sentido parecía pequeño en comparación al que ahora lo atacaba mientras su madre se apoyaba a su lado, tratando de calmarlo con suaves masajes sobre sus hombros. El ruido de los árboles fue lo único que quedó después, mientras el rubio el llevado dentro de la casa por su progenitora, protegido entre mantas y un poco de chocolate caliente.
-¿Lo querías mucho, no?- le preguntó entonces su madre, sentándose a su lado en el sofá. Jisung la miró con tristeza, intentando en vano sonreír mientras seguía llorando. Youngmi al verlo también sonrió con tristeza, porque ella igualmente se había enamorado cuando era joven. No dijo nada más, y se dedicó a quedarse junto a su hijo, para apoyarlo y ayudarlo a reparar su corazón, para hacer bien las cosas esta vez.
Aún después de todo, Jisung se prometió a sí mismo no hundirse en aquel dolor, por él, por Minho. Recordando que le había dicho al mayor que a pesar de todo iba a seguir. Se sintió sin energías por algún tiempo, viendo al castaño en cada rincón de los lugares a los que iba. Luego encontró aquella cámara vieja que habían comprado en el pueblo, con miles de vídeos grabados por el mayor. Gracias a eso, y el amor comprensivo de su madre todo fue mucho más fácil para él, y antes de que llegara el invierno ya se encontraba en el aeropuerto, arrastrando su vida y sus metas hacia Londres.
Minho seguía apareciendo en su mente a cada segundo, pero había aprendido a convertir todo el dolor que le provocaba en un recordatorio de que debía avanzar como persona y salir a conocer el mundo. Había conseguido una beca en un colegio de Reino Unido, así que allí iba. Con el corazón roto pero sin ningún arrepentimiento de haberle dado todo su amor a Lee Minho, sabiendo que le había entregado todo a la persona correcta, y también en un futuro sabría, que además de correcta, Lee Minho era el amor de su vida.

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Silence | Minsung
Fiksi PenggemarDonde Jisung es mudo y Minho habla demasiado.🌺 ADAPTACIÓN Créditos a su autora original: @xharlotttttttte