Silence | Minsung

SIX

Capítulo seis.

YOU.

Jisung no sabe cuándo fue el momento exacto en que dejó de privarse ciertas cosas.

La naturaleza era el único lugar en el que él se permitía fluir sin restricción alguna. Dejando sus sentimientos flotar y vagar, enredarse en las bellas hojas d los árboles, danzar junto a las olas del lago y acoplarse en el suave olor de las flores. Allí había una belleza que el ser humano jamás podría imitar.

Recordaba el pavor que le consumió cuando supo que jamás volvería a hablar, fue una experiencia traumática. Después de ello su figura en el espejo se volvió distinta, casi distante. Y ahora, tiempo después, las cosas no habían cambiado demasiado.

El rubio se encontraba sentado en el porche delantero de su casa. Los adultos, aprovechando el clima, habían salido a la pequeña ciudad a cinco kilómetros del lugar. Jisung y Minho terminaron quedándose solos en la mitad de la nada, o así le gustaba decir al mayor.

-¿Se supone que esto se hace así?- La pregunta de Minho iba para él, aunque ambos sabían que no tenía respuesta. El chico se la había pasado todo el tiempo hablando solo, y a Jisung le hubiera gustado preguntarle si no le dolía la garganta por eso.

El menor está sentado en una pequeña silla, que es parte de una mesa para dos, mirando a Lee Minho intentar cortar troncos. La verdad, la madre de Jisung tenía eso ahí por algunas visitas que venían algunos días y disfrutaban de esa actividad, porque ni ella ni su hijo lo practicaban.

Minho siempre tenía problemas con el aburrimiento, este era su peor enemigo, y la curiosidad por saber nuevas cosas lo atacaba constantemente. Así que, cuando se encontró aburrido y vio una pila de troncos frente a él, ¿qué más se pasaría por su cabeza?

Jisung había intentado decirle que no era una buena idea, pero recordó que el chico no entendía el lenguaje de señas, así que tuvo que conformarse con mirarlo e intentar que ni hiciera una estupidez. Lo cual viniendo del contrario era bastante probable.

-¡Oh por dios!- Exclamó el castaño cuando su cuerpo tomó impulso con el hacha y esta se enterró con fuerza en el tronco, quedándose estancada.- ¡Jisung no puedo quitarla!

El nombrado puso los ojos en blanco, con la vista fija en el delgado cuerpo que intentaba sacar el hacha de la madera. Minho hacía demasiada presión y fuerza, por lo que Jisung no se sorprendió cuando el cuerpo cayó con brusquedad hacia atrás, junto al hacha y un pedazo de madera.

"Ridículo" pensó, ante la escena que admiraba. Sin embargo, no pudo evitar sonreír inconscientemente. Minho se veía realmente gracioso quejándose en el suelo porque según lo que decía: el hacha lo odiaba.

El mayor se levantó adolorido del suelo y acompañó a Jisung unos minutos en la mesa, limpiándose la suciedad de la ropa. Eso había sido una mala idea, ahora, ¿qué más podía hacer?

Entre palabras y más palabras ambos adolescentes terminaron dentro de la casa, con Jisung en el sofá y Lee Minho curioseando en las estanterías de libros. Había miles, era sorprendente. Un título algo singular llamó la atención de Minho, así que sacó el pequeño libro de la estantería. Se llevó una sorpresa al notar que su contenido era el lenguaje de señas.

-¿Existen libros de esto?- Jisung no entendió la pregunta del contrario hasta que este se sentó junto a él y empezó a mirar el libro.

Su cuerpo se tensó al entender de que iba todo. Un recuerdo vago de cuando su madre compró aquel objeto llenó su mente. Aún podía sentir la sensación de impotencia al ver a su madre aprender aquel lenguaje, al tener que aprenderlo él también. Sin embargo, Lee Minho no notó su cambio de humor y se dedicó a intentar imitar las señas que aparecían en los dibujos. Jisung frunció el ceño al ver lo torpe que era moviendo sus manos y algo dentro de sí mismo lo obligó a mostrarle cómo hacerlo bien.

Y así fue como Lee Minho se pasó toda la tarde aprendiendo algo más de la vida de Jisung, y como este sin darse cuenta dijo más de él mismo sin ningún sonido.