Dulce

Promesa

- Cuida tus malditas palabras cara redonda

Sin más se dio media vuelta para buscar a su arbusto.

Un montón de murmuró se escuchaban a su alrededor.

- ¿Qué la maldita bola no se había largado?

- No al parecer

- ¿Qué ni se da cuenta de que nadie lo quiere?

- ¿Has oído sobre qué amenazó al chico lindo de la clase A?

- ¿Midoriya el pecoso lindo?

- ¡Si ese! Dicen que lo amenazó para que fuera su amigo

- Eso explica porque aun esta con él, solo a la fuerza podría tener un amigo esa cosa

Tenía unas ganas inmensas de gritarles.

Pero no era momento de volverse a meter en problemas.

Frente a él iban unos chicos de su antigua clase.

Los mismos que lo sujetaron cuando...

Entró en pánico y corrió a la dirección contaría.

Sin darse cuenta choco con alguien.

- Bro, ¿que sucede?

Era el chico rubio.

Denki Kaminari.

A quien apodo pikachu.

- ¿Estas bien?

Se dio cuenta de la respiración agitada.

Su mirada de miedo.

- Vamos Kacchan, traje unos panes, te daré unos

Lo abrazo por el cuello.

Ya más cerca a su salón este preguntó.

- ¿Eran de tu clase?

Asintió ligeramente.

- No te preocupes, esta bien, yo te protegeré en lo que el irresponsable de Izu-chan llega

Comenzó a respirar pausadamente hasta que logró regulará.

Ya más tranquilo preguntó.

- ¿Dónde está Deku?

- No se, los perdí, pensé que tal vez ya estaban en el salón

- Quiero ver a Deku

- Tranquilo, vamos a buscar al irresponsable

Al llegar al salón no lo encontraron

- ¡¿En serio?! ¡¿Donde se metieron?!

- Estúpido Deku

- Tendré que llamarlo

Denki comenzó a marcar.

A los pocos segundos el chico contestó.

- ¿Hola? ¿Qué ducede Denk-?

- ¡Izu-chan! ¡Ven rápido! ¡Algo le sucedió a Kacchan!

- ¡¿Kacchan?! ¡Ya voy para allá!

Colgó.

- Listo

- ¿Por qué le dijiste eso pikachu?

- Porque si le decia "hola Izu-chan, ¿donde estas? Es que Kacchan quiere verte" no nos iba a decir nada y solo se seguiría escondiendo

- ¿Como...?

- Vamos, hay que ser muy ciegos para no notar que se está escondiendo, no se que habrá pasado pero no le voy a permitir al solecito que este de cobarde