Lazo Quebrantado

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- ¡Tu...!

- Kacchan yo puedo explicar te

- ¡Maldito mentiroso! ¡Eres un jodido Alfa!

En ese momento alzó sus piernas pateando lo para que no estuviera cerca más de él.

Este soltó un quejido al ser tirado de su cama.

- No Kacchan por favor espera, déjame explicarte

- ¡Eres un puto mentiroso! ¡Dijiste que eres un Beta!

- ¡Lo siento mucho! Yo ese día mentí, escuché algo sobre que eras un Omega, las burlas de tu hermano porque el era un Alfa, creí que te alejarías de mi o te sentirías incomodo si te lo decía, no lo pensé lo dije sin pensar

- Todo este jodido tiempo me haz visto la pinche cara

- No Kacchan, yo quería decirte, lo siento mucho

- ¿Fue muy divertido burlarte de mi?

- ¡No! Nunca me he burlado de ti, por favor escúchame, no quería lastimarte

- No te creo maldito estupido

Se levanto tomando su pantalón y colocándose lo, abotono su camisa acomodándose.

- No Kacchan por favor no te vayas, lo siento mucho, debo decírtelo antes, no, nunca debí mentirte

Este lo ignoraba tomando sus cosas.

- Kacchan....

- No me vuelvas a hablar así ¿oíste pedazo de mierda?

- Por favor no hagas esto

- Mi nombre es Bakugo Katsuki

- Por favor

- Tu y yo a partir de ahora no somos nada, no quiero que me vuelvas a dirigir la palabra nunca más, me das asco, cualquier sentimiento que pude sentir por ti ha desaparecido ahora

- Por favor Kacchan escucha

- Ya te dije que no me vuelvas a llamar así, no quiero que me vuelvas a buscar, tu y yo ya no tenemos nada

- Kacchan por favor no te vallas

Tomo la perilla de la puerta, abriéndola.

- Hasta nunca Midoriya Izuku

Cruzo en umbral de la puerta cerrando detrás de él.

Comenzo a caminar por el pasillo hasta llegar a la puerta principal, se coloco sus zapatos y abrio la puerta saliendo de la residencia.

Una vez afuera sus piernas fallaron cayendo al frío suelo, sus lágrimas comenzaron a salir, sollozo en silencio.

Limpio su rostro, se levantó y con mucho esfuerzo comenzó a caminar de nuevo.

Lágrimas seguían cayendo, no paraba de limpiarlas.

Escucho pasos acercarse, como si estuvieran corriendo hacia él.

- ¡Kacchan!

Su cuerpo se tenso al escuchar ese apodo.

Obligó a sus pies caminar cada vez más rápido.

Su andar se vio interrumpido por que lo había sujetado de la muñeca impidiendo que continuará su paso.

- ¡Sueltame maldito inútil!

- Por favor escúchame

- ¡Ya lo hice y no me interesa volver a hacerlo!

Comenzó a forcejear para que este lo soltará.

Dulce Donde viven las historias. Descúbrelo ahora