Throwback p.2

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"Look in to my eyes, can you see them open wild. would I lie to you baby?"

Rebeca estaba preciosa, tenía un lindo paliacate hecho moño sobre su cabeza, donde alguna vez existió un hermoso cabello rojizo, estaba exageradamente delgada, con la piel más pálida de lo normal, pero su sonrisa era preciosa. Estaba reluciente, me tomó cálidamente entre sus brazos al momento de cruzar el umbral de la puerta,  por un buen rato nos quedamos sin decir nada, solo abrazadas.
– no sabes el gusto que me da verte Erin. – en su voz se notaba el alivio y la tristeza, siempre fuimos muy cercanas, durante un tiempo podría decir que llegó a ser de más confianza que mi madre, estuve allí cuando supieron que era cáncer, estuve cuando no había sospechas y estuve la primera vez que ingresó a emergencias. Las lágrimas que tenía retenidas salieron una a una, rodando hasta golpear con el hombro de Rebeca.
– no sabes el gusto que me da verte a ti también. – sorbí por la nariz por reflejo, provocando que el esposo de Rebeca me regalase un pañuelo desechable.

– gracias. – susurré apenada.

–¿y a mi me ha hecho de menos alguien? – Kyle estaba detrás nuestro con brazos abiertos, Rebeca soltó risas y se separó para abrazarlo también.

Pasamos un buen rato todos, de pie, solo mirándonos y platicando como si nada nunca hubiese cambiado, incluso Kyle y yo intercambiamos algunas bromas viejas, después de ello pasamos al comedor donde la cena se veía increíble, vaya, otro buen recuerdo de toda la deliciosa comida que preparaba Benjamin, el esposo de Rebeca. Mi tripas comenzaron a pelearse desde el primer bocado de puré de papa hasta el último bocado de mousse.

Miré el bultito de mi estómago sentada, estaba a reventar de comida. – vaya que te has lucido. – Matt seguía con el puré de papa, incluso después  de haber comido ya todo lo demás.

– muy bien. – Ben se levantó de la Mesa y trajo una botella de vino tinto, colocó copas de cristal para cada uno. – solo quiero decir que, estoy muy orgulloso de lo fuerte que has sido. – tocó el hombro de Rebeca, su mirada era siempre tan amorosa hacia ella. – vamos a pasar por todo juntos, gracias chicos por acompañarnos en esta ocasión, siempre serán bienvenidos, les guardamos con mucho amor siempre.

Sacó el corchó de la botella y nos llenó copas y brindamos juntos.
Si era un motivo precioso para celebrar, la noche transcurrió muy amena, Matt estaba junto mirando su copa cada vez más vacía, tenía el ceño fruncido y a lo bajo se podía escuchar en susurros la conversación de Kyle y Mel, se les veía muy cariñosos en la mesa, aunque tampoco me digné a mirarle mucho. Mi cabeza estaba muy ida pensando en lo cerca que estaba la mano de Matt debajo de la mesa, le miré de reojo sin poder evitar sonreírle cuando me descubrió.

–¿cómo estás? – giró un poco su cuerpo en la silla para tenerme de frente. – ¿te dije que te ves muy sexy?

Abrí los ojos como platos y miré a todos para saber si alguien había escuchado algo, sin embargo cada quien estaba inmerso en su conversación, sentí calor el la cara. –¿cuántas copas llevas Davis? – sentía las mejillas contraídas de sonreír.

– o no. – entre cerró sus ojos de forma tierna. – la que lleva las copas encima eres tú.

Negué con la cabeza y sorbí de mi copa, mi.... quinta copa?, ¿por qué estaba llena de nuevo?

– bueno muchachos. – el sonido de sillas nos hizo girar. – debo descansar, quédense como en casa y si van a seguir tomando, por favor mejor quédense.

Todos asentimos, me levanté un poco torpe para abrazar nuevamente a Rebeca. –todo va a salir bien, que gusto. – susurré, ella asintió aún estando abrazada de mi y después junto a Ben, los vimos subir. Tomé mi copa de la mesa y dejé que poco a poco me siguiese embriagando, transcurrieron unos minutos quizá, en los que con la mirada fija en el cuadro de girasoles me perdí, mi copa ahora estaba casi vacía, fruncí la frente dejándola en el comedor ¿Kyle?

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