Estará bien.

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– tampoco es para tanto... – aceleré el paso tratando de alcanzar a Kyle, pasamos dos, tres aulas, dejamos el pasillo principal con varias miradas furtivas hasta terminar en el lugar de aparcado. – detente por favor...

Kyle no dio alto hasta tocar su auto, corrí al asiento del copiloto y salté dentro en cuanto quitó los seguros.

– ¿qué es lo que quieres Erin? – cerró su puerta después de un largo suspiro

– lo que no entiendo, es lo que quieres. – me recogí el cabello para apaciguar un poco el bochorno que sentía. – ¿a qué estamos jugando Kyle?

– ¿cuánto para que salgas? – miré la hora en la pantalla del teléfono, recién darían las 14:00, me quedaban al menos tres asignaturas antes de acabar el día.

– ya estoy libre. – mentí, aunque a estas alturas no esperaba que asistir a clases hiciese alguna diferencia después de todas las que ya me había perdido las últimas semanas

mientes – me miró y noté que era la primera vez que lo hacía de manera directa desde que nos besamos. – pero tampoco tengo ganas de regresar.

Ambos nos recargamos en los respaldos del asiento, miré de reojo a Kyle, jugando con sus llaves, un par de mechones oscuros le caían rebeldes en la frente y reprimí la idea de acomodarlos hacia atrás, demasiado pronto quizá, al final optó por encender el auto sin decir más y salir.

–¿regresaste con él? – noté sus pálidas manos en el volante tornarse rosadas, giramos a la derecha para incorporarnos a una avenida muy larga que cruzaba casi toda la ciudad, me acomodé en mi asiento.

–¿Regresaste con Mel?– incriminé, aquella era la única buena respuesta que tenía para él.

Negó con la cabeza. – lo que viste no es lo que crees, te recuerdo que fui a esa cena para cuidar...

– y mira cómo resultó! – levanté las manos y las dejé caer sobre mis piernas. – a demás, no tenías que cuidarme.

– tu madre me marcó esa tarde...

– ¿ahora todo mundo me pasa por alto? – la risa que acompañó dicha oración fue real y seca, Kyle solo frunció la frente, esperando a que continuara. – primero tú le cuentas a Astrid que mientras duermo hablo de mi padre, lo cual sí soy sincera me ha hecho perder los estribos  y mi madre te pide que la hagas de ñiñera?

– Tampoco le des mucho crédito a tu madre. – se mojó los labios nervioso. – que yo he sido quien le avisó a dónde ibas esa noche porque quería estar ahí y lo de Astrid salió por una charla normal, fui por unos pasteles y nos quedamos platicando un rato de...

– de mi? – en la espera de un semáforo en alto Kyle buscó mi mirada por un momento, me dediqué a mirar al frente.

– Astrid me preguntó si algo estaba pasando porque estabas muy sospechosa y no le devolvías ningún mensaje
. – regresó su mirada al camino cuando el semáforo dio verde. – salió el tema de tu papá, no pensé que te molestaría tanto. 

– no soy una niña pequeña Kyle, no necesito que me cuide...

– Lo siento, pero no hay forma en la que pueda confiar nuevamente en Matt. – negué con la cabeza, pudiese o no pudiese verme. – ¿entonces es cierto lo que dijiste en el comedor? Que tú y el...

– ¿Qué ha pasado con Mel?

– Nos besamos. – asintió, como si aquello lo hiciera aún más real. – estábamos algo tomados, también dormí allí esa noche pero claro está, no de la forma en la que tú dormiste.

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