Cariño

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– buenos días. – el cosquilleo en mi cuello me hizo girar adormilada, entre abrí un ojo para observar la silueta  de Kyle iluminada ligeramente por la luz azulada del amanecer que lograba filtrase entre las cortinas, inspiré ruidosamente tratando de abrir por completo los ojos. – tenemos que pasar por tu ropa. – continuó, me removí un poco hasta pegarme a su pecho, dejando que durante el proceso mi pecho se pegara a él. – hueles bien. – susurré, dejé un beso pequeño a la mitad de sus pectorales.

– tú hueles bien. – inhaló con fuerza mi cabello, sonreí – también sabes muy bien, ¿sabes?

Me reí contra su pecho un poco acalorada, asomé la vista y miré detenidamente su mentón plano, tenía la ligera pelusa de lo que podría ser un día de haberse rasurado, se notaba tan suave que no pude evitar incorporarme para dar un mordisco, Kyle sonrío provocando que su piel se estirase un poco y mi mordida se perdiera, subí un poco para besarlo aún cuando él continuaba sonriendo. – tus cosas. – murmuró al separarnos, asentí apenada al darme cuenta que la cobija ya estaba enrollada únicamente por debajo de mis muslos. – ¿quieres darte un baño? – se recargó contra la cabecera de la cama y yo me dejé caer nuevamente boca abajo contra la almohada, asentí con la cabeza, aunque no estaba lista para afrontar el día, para ningún día en realidad, me incorporé a medias en la orilla de la cama, dándole la espalda. – eres muy hermosa, ¿lo sabías? – no giré por miedo a que mi cara fuese un tomate y sentí mi piel erizarse cuando le escuché rodear la cama para acercarse, me llevé las manos aplastando mi pecho, me ofreció una mano con mucha tranquilidad, titubeé antes de destaparme y tomarla, sus dedos abrazaron los míos con demasiada naturalidad, cómo algo que habíamos hecho cada día al despertar, caminamos despacio al cuarto de baño, yo detrás, me dejé llevar mirando sus tobillos, piernas, trasero y su espalda cuadrada pero no demasiado ancha tensarse con cada paso y ese ligero balanceo de hombros, que pensabas que todo el tiempo iba bailando una canción inexistente, entramos al baño sin encender las luces, corrió la puerta cristalina de la ducha y abrió la llave, miré tímidamente al gran espejo sobre el lavamanos, miré mis senos pequeños amoratados por los costados, uno de mis hombros estaba por completo enrojecido y a la mitad del aura rosa un circulo más rojo hacia adorno, miré mi cuello limpio, mis labios partidos y secos, como regularmente solían quedar tras un clima frío y mis ojos envueltos en círculos obscuros de maquillaje y sueño. – parezco enloquecida. – susurré, Kyle alzó una ceja y dio un paso a la ducha, jaló nuevamente de mi mano cuando me miró titubear entre quedarme fuera, fruncí la nariz cuando el agua caliente salpicó mi cuerpo.

– ¿estaremos tan callados todo el tiempo? – preguntó repentinamente mientras pasaba una y otra vez las manos sobre la cara, mostró cada uno de sus dientes.

– lo siento. – tomé un poco de agua con las manos para enjuagar mi cara, manteniendo una línea delgada de distancia entre nuestros cuerpos. – aún tengo algo de sueño, siento que nada de esto está pasando, ¿sabes?

– ¿qué parte? – levantó las cejas entretenido. – ¿despertarte temprano o estar desnuda en mi baño? Porque para mi ambas han sido todo un logro.

– ah vaya. – puse los ojos en blanco. – ¿soy un logro para ti?

– oh cariño. – negó repetidas veces con la cara mientras se tallaba el cabello. – sino harás buenas preguntas mejor bésame.

Di un paso pequeño, dejando que finalmente el agua me empapara de pies a cabeza y jalé su rostro con fuerza hasta comenzar a besarnos, Kyle no pareció sorprendido, dejó que el jabón nos llenara el rostro a ambos, provocándonos un mal sabor de boca pero no lo suficiente para separarnos o quejarnos, enrosqué los dedos de mis pies cuando su lengua terminó por abrirse paso en mi boca, pasaron un par de minutos para que Kyle finalmente detuviera el beso con el pretexto de que no teníamos demasiado tiempo así que cada quien terminó con lo suyo y salimos de la regadera, Kyle me lanzó una playera blanca y mi sujetador que había quedado en el suelo, me metí en unos pantalones de pijama viejos y guardé la ropa que encontré en una bolsita, Kyle estuvo listo antes y corrió a la cocina para preparar el desayuno, miré el reloj digital de su cómoda, recién darían las 7:00 am, mi primera clase, recordé, sería hasta las 10:30, suspiré cansada y miré nuevamente la cama desecha antes de salir, las sabanas y almohadas que aún yacían en el suelo, recordé rápidamente las manos de Kyle dibujando líneas muy suaves con sus dedos en mi espalda antes de dormir, la sensación de querer mantenerme despierta por más tiempo mientras luchaba contra la pesadez de mis párpados y cómo nos volvimos ciegos mientras nos dejábamos a la deriva del otro, sentí mis mejillas arder y mi entrepierna quejarse.

–¡desayuno! – escuché gritar a Kyle, di media vuelta sin molestarme en cerrar la puerta, terminando el pasillo el olor de café, azúcar y mantequilla ablandó un poco mi corazón, sonreí demasiado conmovida y añorada. – tomate un poco de tiempo si gustas, está caliente.

– gracias, no tenías que molestarte. – miré el pan tostado con mantequilla y azúcar en el plato, junto una fruta partida por la mitad. – de verdad. – me puse de puntitas para darle un beso tierno, Kyle parpadeo sonrojado, tomó su taza y comenzó a dar sorbitos pequeños sin apartar la vista de mi. – definitivamente necesitaré más café si quiero ser mediamente funcional hoy. – mastiqué el primer bocado dulce. – tiene años que no tomo un desayuno por la mañana.

– ¿como que tiene años? – Kyle sin pena tomó el pan con una mano y lo mordisqueó. – ¿a que hora desayunas?

– digamos que es un almuerzo. – encogí los hombros. – me cuesta mucho levantarme por las mañanas, en especial porque no logro dormir mucho.

–¿ya hablaremos de eso? – preguntó de repente, bajando su pan, negué con la cabeza. – necesitas hablar con alguien.

– y lo haré. – mastiqué la fruta con desesperación, pensé en las pastillas para dormir y pensé en Kyle, en Matt, en el sexo y el cansancio. – hoy dormí bien, ¿sabes?

– lo sé – terminó finalmente su pan. – estuve despierto por si tenías algún mal sueño y yo..

Nuestros ojos se cruzaron rápidamente pero noté que probablemente no era su intención decirme aquello por la forma en la que su rostro hacía una mueca, terminé mi café y la fruta a medias, Kyle dejó los platos en el fregadero para más tarde, finamente dejé salir aire con fuerza. –¿estuviste despierto toda la noche?

Mordió su labio y asintió. – aunque sea... lindo, no lo vuelvas a hacer Kyle. – rasqué mi nuca incómoda. – lo agradezco, pero si tendré sueños extraños de cualquier forma no me siento lista para hablar de ellos.

– estás molestándote por preocuparme por ti?– dio la vuelta a la barra de la cocina hasta quedar a un paso de mi. – lo único que quiero es que estés bien.

– no estoy molesta. – el calor subió de nuevo a mi cara. – pero no puedes defenderme contra mis propios sueños, es... inútil, tonto y demasiado cursi para ti.

– me gustaría poder hacerlo Erin. – su larga mano acarició mi mejilla, a penas dejando un ligero cosquilleo. – aunque suene tonto quisiera poder defenderte de todos esos sueños.

–¿qué le hiciste a mi mejor amigo? – susurré sarcástica, una sonrisa torcida iluminó por completo su mirada, mi corazón dio un vuelco cuando su mano apretó mi barbilla y me detuvo allí cuando la respuesta fue un beso agresivo, dejé que su propio peso nos llevase hacia atrás golpeando en seco con una columna.

– pues entonces será lo que tú quieras cariño. – murmuró finalmente contra mis labios. – velar tu sueño o arrancártelo a gritos.

Definitivamente estaba sonrojada de nuevo.

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