Narra Tamara
Estaba en la puerta de la casa de Samuel, los nervios me recorrían, espero que todo salga bien, tal y como lo planeamos, pensé mientras apretaba el pequeño frasco que se encontraba en mi bolcillo, desconfiaba un poco, pero es que aquel encuentro fue demasiado extraño.
-Flash back- (Nota: esto pasa el día en que Samuel y Guillermo salieron a conocer la ciudad)
Entre en una pastelería ya que recién salía del trabajo y tenía mucha hambre como para esperar llegar a casa, al entrar vi incrédula que quien antendía era el ridículo chico de Guillermo, quien había arrendado el apartado que yo quería arrendar para estar más cerca de Samuel, además pude observar como lo veía, el puede engañar a los estúpidos de los padres de Samuel, pero a mí no me engaña, este chico estaba totalmente enamorado de Samuel y se estaba ganando la confianza de sus padres demasiado rápido, decidí jugar un poco con él para ver cómo reaccionaba
-hola- dijo el sonriéndome
-quien dijo que podías tratarme con tanta confianza- dije muy borde –además soy un cliente y debes tratarme con respeto- continué regañándole, podía ver como su sonrisa se borraba con cada palabra
-lo siento- dijo algo triste, ooohh no le gusta que lo traten así al pequeño idiota, no idiota no más bien es
-patético..- susurré mientras le veía de reojo, él solo aparto la mirada –dame eso –dije apuntando un pastel que se veía bastante bien -y ese de ahí- dije apuntando un pan dulce que se encontraba muy alto, ya quería ver que tipos de malabares hacia para sacar ese pan, envolvió el pastel y tomo uno de los pan dulces que estaba abajo y me lo dio
-tome- dijo entregándome la bolsa
-yo no quiero ese, dije que quería ese- dije apuntando otra vez ese pan dulce, es que acaso no entiende simples instrucciones –el cliente siempre lleva la razón, torpe- dije con un tono impaciente para que se desanimara mas aun, él soltó un suspiro, este chico era demasiado fácil de controlar, vi como tomo un banquito y lo puso justo debajo y con una maniobra muy rápida tomo el pan dulce cayó sobre el banquito sin perder el equilibrio y con el pan en la mano, quede anonadada con la impresionante demostración de destreza
-tenga que los disfrute- dijo Guillermo con una patética sonrisa falsa
-gracias, pero que sepas que a pesar de tu gran maniobra mi opinión sobre ti no cambia- dije con odio
-¿Tamara?- escuche la voz de Samuel llamarme, me volteé enseguida
-hola Samu, que coincidencia- dije feliz de verlo, y besándolo en la mejilla, pero en realidad estaba algo nerviosa ya que no sabía si había escuchado como trate al chico torpe
-eh, si hola- respondió el dudoso, eso me confirmo que algo había escuchado
-bueno yo ya me iba yendo- dije para luego salir a toda prisa de la tienda ya que ya había pagado mientras le contestaba a Guillermo, Salí agitada del lugar, que rabia me daba el siquiera pensar que esos dos ahora mismo estaban juntos, ya no tenía ganas de volver a casa, recordé que cerca de ahí había una feria, me decidí a ir, aun que era algo triste ir sola, solo quería distraerme, pero antes me comería lo que compre, me fui a un parque y comí todo lo que compre, luego me puse a pasear un poco por la ciudad hasta que llegue a la feria, comencé a jugar en los típicos puestos de la feria, primero probé mi puntería, no era la mejor y no gane nada, estuve un buen tiempo rondado por el lugar hasta que vi a Samuel y Guillermo, no me lo podía creer, me mantuve al margen para que no me vieran, vi como Guillermo tomaba a Samuel por el brazo para llevarlo a un puesto del típico juego timador, en el cual debías adivinar dónde queda la pelotita, era evidente que perdería, vi como el juego comenzó y el muy suertudo gano, que rabia, vi como Samuel lo veía con cariño mientras el celebraba su victoria, me dolió mucho que lo viera de esa forma, a mí nunca me vio así no importa cuánto tiempo estuve a su lado, no importa cuánto sacrifique por él, Samuel nunca me vio de esa forma, nunca noto nada de lo que hacía por él, me mude a esta mugrosa ciudad por él, pero ni una mirada de cariño me dedico nunca, sentí como una lagrima de rabia brotaba de mi ojo para resbalar lentamente por mi mejilla mientras veía a el estúpido de Guillermo, quien nada más aparecer ya era la luz de los ojos que yo siempre he amado, vi como se alejaban, me quede estática, inmóvil, viendo como ambos se alejaban hasta desaparecer entre la gente, Salí de la feria con la rabia invadiéndome el corazón, camine sin rumbo, tampoco es que me importara mucho donde iba la verdad es que lo único que quería en ese momento era que la tierra me tragara, desaparecer de una maldita vez, escuche y vi un trueno, a los segundos otro apareció iluminando el cielo, luego del segundo la lluvia inundo todo, comencé a correr para esconderme de la lluvia pero sentí que alguien me tomaba el brazo, voltee y no vi a nadie, el miedo se apodero de mi rápidamente, me gire hacia adelante trompándome con la mirada de una mujer con alrededor de 40 años, me miraba con unos ojos negros intensos, sentía que podía ver mi alma, su cabello del mismo color era larguísimo, el viento lo movía suavemente y brillaba con la luna,
-hola pequeña, veo que tienes un gran problema en el amor- dijo sin esperar a que dijera algo, pero para ser sinceros tampoco tenía mucho que decir, estaba paralizada, ¿Cómo lo sabia?, vi como se acercaba a mi –y el problema tiene nombre y apellido por lo que veo- dijo para luego soltar una ligera ricita
-Guillermo...- dije en un susurro lleno de odio sin darme cuenta,
-asique no me equivocó- dijo la mujer rodeándome y examinándome con la mirada de pies a cabeza –sabes, yo puedo ayudarte- dijo cuando estuvo otra vez al frente de mi
-¿de qué forma?- pregunte ansiosa,
-veras, primero que nada necesito que me guardes un secreto con tu vida- dijo seria
-claro- dije asintiendo con la cabeza
-bien veraz yo soy bruja- dijo riendo ligeramente
-¿Qué?- dije dudosa –eso es imposible las brujas no existen- dije con algo de rabia, me estaba tomando el pelo, seguro
-¿estás segura?-dijo mirándome fijamente, yo guarde silicio un tiempo hasta que vi que se movía, recito algo en una lengua muy extraña por lo que no entendí nada, para luego ver como una flor que se encontraba en el suelo se movía sacando sus raíces para luego usarlas como pies, camino hacia la mujer y se quedo junto a ella
-te...te creo- dije aterrorizada
-bien...-dijo para luego desencantar a la flor, la cual se marchito en el acto –ahora, te diré algo, puedo hacer que te cases con la persona a quien amas, pero no te garantizo, que él te corresponderá, pero si estará atado a ti por siempre- dijo mirándome expectante a mi respuesta, sentí mi corazón latir fuertemente de alegría, casarme con Samuel, era, era algo que veía tan distante, pero ella lo estaba poniendo a mi disposición
-¿de verdad podría hacer que me case con Samuel?- pregunte emocionada
-claro que si- acompáñame te llevare a mi laboratorio, en el tengo la pócima que necesitas, yo asentí y fui con ella, llegamos realmente rápido, la casa se encontraba cerca del lugar,
-por cierto, mi nombre es Benicia- dijo entrando a la casa
-el mío es...-
-Tamara, lo sé, también se que tu rival en el amor es alguien muy peculiar, su nombre es Guillermo y no es precisamente un ser humano- dijo volteando a verme
-¿a qué te refieres?- dije dudosa
-veras, Guillermo está recibiendo ayuda de hechiceras y no lo creí un juego justo, por lo que decidí ayudarte- dijo caminando hacia una de las habitaciones
-¿Cómo sabes todo eso?- pregunte
-vi el espectáculo de la feria, además la anciana del puesto de juegos era yo con un disfraz simple, y con solo verlo a los ojos note que era un animal- dijo entrando a una habitación yo la seguí, no podía creer lo que me decía,
-toma- dijo entregándome un pequeño frasco con un extraño liquido azul –pon cuatro gotas de esto en alguna comida o bebida y listo- dijo Benicia
-necesito sacar a Guillermo del camino- dije decidida -¿Cómo puedo devolverlo a su forma normal?- pregunte
-con una pócima de trasmutación a su yo real, la cual es muy simple de hacer, con eso y decepcionándolo así puedes revertir el hechizo- dijo Benicia
-¿decepcionándolo?- pregunte ya que no me quedo muy claro a lo que se refería
-si, veras si el hechizado deja de seguir sus sueños, se transformara o en un animal otra vez o en un humanoide, ósea un humano con partes de anima- dijo explicándome -pero ya tengo algo planeado, veraz, no sé exactamente que hechicera ayudo a este gato, pero si es la que estoy pensando...- Benicia se quedo callada un momento viendo hacia la nada, su rostro cambio a uno de mucho dolor y rabia, ¿será que la hechicera que ayudo a Guillermo le hizo daño a Benicia? –pero necesito que me ayudes- dijo Benicia mirándome
-claro, lo que quieras, después de todo me has dado esta opción que hará que me case con Samuel- dije aceptando su plan sin siquiera saber que debía hacer
-Bien-contesto
ESTÁS LEYENDO
Guille-neko (wigetta)
Romanceun pequeño gatito se enamora de un humano. Resignado por que creía que su amor nunca podría ser, le llega una ayuda dándole esperanzas. ¿cuanto sera capaz de dar este gatito por amor? y ¿que tan lejos llegara? --Escrito por Ative--