Capitulo 11 - El plan

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Narra Guillermo

Intentaba concentrarme en la lectura pero no podía, deje caer el libro abierto suevamente sobre mi rostro, cerré los ojos y respire profundo, la imagen de Samuel acercándose cada vez más a mi hizo que abriera los ojos de golpe. Me lévate de la cama y me acerque a la ventana que tenía esa bella vista al mar, -Guillermo, debes calmar tus pensamientos- me dije a mi mismo intentando olvidar lo que acababa de pasar con Samuel, mi corazón estaba latiendo descontrolado en mi pecho y esa sensación de amor que solo Samuel me hacía sentir invadía mi cuerpo, -tal vez solo estoy mal interpretando las cosas- dije en un suspiro hacia la nada. Los días avanzaron, saludaba a Samuel de vez en cuando, pero no tuvimos una conversación amena desde aquel día, pero ¿cómo tenerla? Si Tamara estaba pegada a él cómo chicle, si es que ya parecía ser siameses, eso me fastidiaba mucho. Ya habían pasado 2 semanas, Astra , su madre y tía Agata, ya habían recuperado su magia y todo parecía normal, exceptuando claro que Samuel me evitaba, o por lo menos así lo sentía, los planes de su boda avanzaban muy rápido y él se veía cada día mas triste, sus ojos estaban cada vez mas apagados, me ponía muy mal verlo así, pero cada vez que intentaba hablar con él sobre eso o me cambiaba el tema, se iba diciéndome que recordó que debía hacer algo o aparecía Tamara para fulminándome con la mirada obligándome a dejarlos solos, era real mente frustrante. Me recosté en mi cama intentado despejar un poco mi mente, pero escuche que tocaban la puerta y vi como un papel pasaba por debajo de esta, me apresure a abrir la puerta para ver quién era el que estaba detrás, pero al abrirla solo pude ver como la puerta trasera de la casa se cerraba, tome el papel del suelo y vi que tenía algo escrito
 “Guillermo, necesito hablar contigo sobre algo, pero sin interrupciones de nadie, te espero hoy en el puerto a las 12:30 am, espero verte ahí.
Samuel”
estreche la nota entre mis manos, no sabía si esto era algo bueno o malo, ¿de que quería hablar?, ¿me dirá lo que le está pasando y el por que me evita tanto?, pero, ¿Por qué tan alejado de todos?, mire por la ventana, ya estaba atardeciendo, salí del apartado dejando la nota encima del escritorio, eran las 6:54 pm, tenía tiempo suficiente para comer algo, fui al supermercado y compre cosas para comer y cocinar, al volver no me tope con nadie de la casa, supongo que habrán salido. Fui al apartado y prepare la cena en la cocina a leña que tía Agata me había enseñado a usar ya que ella tenía una en su casa, asique no fue una tarea difícil, por lo menos no tan difícil como creí, tia Agata era tan buena conmigo, recuerdo que un día me dijo “Guille eres como el hijo que siempre quise tener con franco, te quiero pequeño”, esas palabras me parecieron muy tiernas de su parte y la verdad es que yo también me había encariñado con ella a tal grado de quererla como mi madre humana. Cuando termine limpié todo lo que había ensuciado y ya eran las 11:58 pm, me arregle, me puse abrigo ya que el viento frio marino se hacía sentir y  fui a tomar un autobús hacia el puerto. Estaba lleno de dudas, ¿Por qué a esa hora?, ¿Por qué en el puerto?, ¿Por qué no me lo dijo y ya?, ¿era necesario encontrarnos tan lejos?, en fin cuando llegue al puerto eran las 12:27 am, el frio se hacía presente y el lugar estaba muy obscuro, solo iluminado por la luz de la luna, tenía un mal presentimiento, comencé a caminar por el puerto escuchando el eco de mis pasos y el de las olas entre todo ese silencio, vi una silueta a lo lejos y trote hacia ella pensando que era Samuel , pero al llegar junto a ella me percate de que no era Samuel si no una mujer de cabello obscuro como el carbón, sus ojos irradiaban un odio incomparable y expelía un aura tan turbia como las negras y sucias aguas de un pantano, yo asustado por su presencia retrocedí al ver cómo me miraba con una macabra sonrisa en su rostro
-mi querido gatito- dijo riendo burlonamente –eres tan fácil de engañar, Tamara tenía razón, eres un torpe gatito que babea por un humano- dijo ella caminando hacia mí, yo estaba paralizado, sentía que me habían clavado al suelo, no podía mover ni un musculo, intentaba hablar pero las palabras no salían de mi boca 
-que sucede gatito, ¿acaso no vas a decir nada?- dijo aquella mujer , ¿Quién era? Y ¿Por qué sabía que era un gato?, ¿conocía a Tamara? Y si era así ¿ella sabía que yo soy un gato?
-¿qui…quien eres? Pregunte tartamudeando 
-¡si puedes hablar!- exclamo –que alegría- dijo riendo, me estaba vacilando, ¿quién rayos se cree que es esta mujer?
-Responde- dije enojado y con todo el valor que me quedaba 
-¡uy! que el gatito tiene garras, tranquilo mi minino asustado, responderé- dijo ella aun con una sonrisa dibujada en su rostro -yo soy Benicia, una bruja y estoy haciéndole un favor a una chica llamada Tamara- contesto, entonces ella era la bruja de quien me habían advertido Astra y tía Agata
-puedo deducir que Agata te conto de mi- dijo ella con un tono de nostalgia en su voz
-¿Cómo sabes todo eso?- pregunte nervioso -¿Qué quieres de mi?- continúe preguntando, ella solo me miro y bostezo  
-las preguntas me aburren gatito- dijo ella parándose desafiante enfrente de mi aun con esa burlona sonrisa –¿porque no mejor…-dijo acercándose a mi oído –te vas a dormir?- concluyó y sentí un fuerte golpe en mi estomago, me falto el aire, -duerme gatito, duerme mi carnada- escuche como susurraba, después todo se volvió negro.

Guille-neko (wigetta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora