capítulo 23

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Jungkook carraspeo, incómodo por la atención que recibía en esos momentos y se acomodó al costado de un sonrojado Jimin.

—Ya Jimin-ah, dile algo.

El omega tartamudeó una disculpa al par de betas que esperaban por una muestra de afecto por parte de ambos y negó, disculpándose por no ser exhibicionista.

¡Tenía que ser broma!

Su alfa ni siquiera le había dado un besito, ni nada, como para que un par de hormonales le pidieran algo así.

—Ya h-hyung.

Jungkook suspiró, entrelazando sus dedos con los de su omega y recibiendo el cambio de sus helados.

Jimin paseó tiernamente la punta de su lengua en la bola de helado y bajó la mirada para ocultar solo un poquito, el bochorno que ahora sentía por la atención innecesaria.

La timidez pronto dio paso a la incertidumbre de no ser suficiente para un alfa tan increíble como lo era Jeon Jungkook y su lobito se removió inquieto ante el solo pensamiento.

—¿Que pasa, bebé? —tornándose serio, Jungkook detuvo sus pasos—. ¿Dulzura?

Los ojitos de Jimin se cristalizaron, perdiendo interés en su helado y levantando la mirada ante un preocupado Jungkook.

—¿Es m-muy feo pensar en-en besarme?

Jungkook parpadeó rápidamente, abriendo y cerrando la boca ante la pregunta de su omega y sintiéndose tonto por causar esas cuestiones en su Jimin.

—Por supuesto que... ¿es por eso? —algo burbujeó en su interior y soltó una risita, apretujando un pedacito de la mejilla de Jimin con sus propios labios y soltando.

Retomó el paso, sonriendo como tonto ante la dulzura de Jimin y decidiendo que ya había esperado lo suficiente como para probar los labios que tanto deseaba.

Su Jimin tendría su primer bonito beso y se aseguraría de no arruinarlo.

douceur 丼 kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora