capítulo 20

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So give me all yours, that I will give you all mine. We have that kind of connection.

        
        

Besar a Jimin, implicaba una serie de cosas. Todas y cada una, entendidas a la perfección.

No se trataba de tomar lo que se le ofrecía.

Un beso era eso, un mero choque que podría no significar mucho para uno de los implicados y en el peor de los casos; significar nada para ninguno.

La forma en que Jungkook quería besar a Jimin, iba mucho mas allá de rozar sus labios y entregarse a lo que nacía y crecía en sus interiores, del sentimiento que florecía tan bonito y tan inocente.

Besar a Jimin era.. dejar un pedazo de su ser, algo que el omega tendría, algo que Jimin tendría, sólo porque sí.

Se trataba entonces de la entrega, del amor que sentía por la cosita bonita y delicada que era el chico tímido que endulzaba sus días. Darle a Jimin un beso y su primero en realidad, resultaba toda una tarea.

Jungkook quería que fuese bonito, que se diera en medio de nada planeado. Que la presión de querer aquello, se esfumara y la sorpresa de tenerlo, fuese el momento más inigualable, algo que compartir, memorias que guardar para un futuro que quería con su omega.

Jimin era la representación de todo lo bueno en el mundo, de alguien que necesitaba y tenía que ser cuidado de todo y de todos. Tan precioso, tan frágil, y tan suyo.

Así que sí, probablemente estuviese atrasando lo que para muchos sería "un simple beso" pero que para Jungkook, significaba la consolidación, el primer paso de una vida juntos —si bueno, está enamorado y ahora tiene esa clase de pensamientos súper profundos, no lo culpen—.

Porque así lo querían...

—Pronto, ¿si? Muy pronto, Jiminie.

Con las mejillas sonrojadas, Jimin asintió y suspiró, dejándose envolver en un abrazo que transmitía toda la tranquilidad y todo el cariño que siempre necesitaría para sentirse feliz.

—Hyung...

—¿Si?

Jimin sonrió contra el pecho de su alfa, los latidos de su corazón tranquilizándole en el silencio que tanto les gustaba compartir, donde todo perdía sentido y solo ellos existían en su perfecta burbuja, lejos de todo el mal que el mundo desprendía.

—¿Ya te dije que hueles como a mi hogar?

... se querían en realidad.

douceur 丼 kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora