douceur 丼 kookmin.

capítulo 49

Los padres de Jungkook nunca habían sido tan especiales en su vida, aunque, si se le permite decir, por lo menos tenían el reparo de avisarle cuando cancelaban las visitas.

Avergonzado y cansado de la situación, apretó los labios ya dentro del auto y soltó todo el oxígeno que retuvo en su interior.

Bastaron unos minutos dentro la mansión para ser tardíamente notificado de que sus padres no pudieron viajar a la ciudad, pero que deseaban reunirse en, probablemente, navidad.

A esas alturas Jimin ya estaría de varios meses.

—N-No tienes porque sentirte mal —Jimin intentó, prometiendose a sí mismo que su alfa ya nunca estaría solito y que se encargaría de llenar los espacios vacíos que ahora mismo podía ver a través del rostro cansado del mayor.

—No estoy mal... —Jungkook negó, encendiendo el auto—. Solo me preocupa que hicieras este viaje por nada. Estoy seguro de que necesitas descansar mucho y esto no ayuda. Tu papá me golpeará más.

—¿Y si los visitamos de regreso?

Jungkook sonrió. Pesé a todo, Jimin estaba tratando de animarlo y ofrecía a su familia, como si el la mereciera.

—Papá no te golpeará, en serio, y mamá puede... Puedo cocinar algo para ti.

Ladeo momentáneamente el rostro y sonrió hacia los ojitos curiosos de su propio chico.

—No se que hice para merecer al omega más lindo y comprometido del mundo. ¿Sabes que te amo?

Había algo tierno en ver sonrojarse al menor. Jimin ya era de por sí tierno y verlo en ese estado, le calentaba el pecho.

Con la atención puesta en la carretera, Jungkook se encogió mentalmente.

Puede que estuviese un tanto decepcionado de sus padres, pero no esperaba más. Al final de cuentas, básicamente se había hecho cargo de si mismo y sabía que lo daría todo en el proceso de ser padre.

Además de eso, había sido bendecido con la presencia, el amor y el apoyo de su Jimin, y eso valía más que cualquier otra cosa en el mundo.

Humedecio sus labios, disfrutando de la presencia y el aroma tranquilizador de su pareja, mientras el otro se entretenía con el paisaje a su alrededor.

Con eso en mente, una idea parpadeo dentro de su cabeza. Quizá era pronto, pero era algo que eventualmente ocurriría y algo que ya deseaba más que otra cosa.

Incluso si su suegro lo mataba en el proceso.

—Amor, ¿quieres vivir conmigo?

Los nervios se dispararon después de los primeros minutos en total silencio.

Sin atreverse a darle una rápida mirada a su omega, Jungkook se obligó a relajarse y tomó una bocanada de oxígeno, llenando su cabeza de todas las cosas que mantenían un único sentido.

—Está bien si no quieres hacerlo de momento y si quieres esperar hasta que el bebé venga. Pero... pero solo quiero decirte que no soy todo poderoso y que no puedo decirte lo que sucederá mas adelante, porque el destino se construye y para ello tienen que pasar años y un montón de experiencias inciertas. Pero te amo y pienso que todo esto es un primer paso, la bienvenida a un suceso nuevo que viene de la mano con la llegada de nuestro bebé. Tenemos la dicha de tener todo esto y quiero intentarlo, quiero que me permitas construir todo esto a nuestro alrededor y que estés a mi lado cuando las cosas sean buenas e incluso cuando no.

Jungkook guardó silencio de nuevo, esperando por una respuesta.

Tenía todo eso en la cabeza desde que se enteró de que sería padre. Existía el miedo, por supuesto, pero también tenía esperanza de las que las cosas mejorarían.

—V-Voy a esperar a que estaciones para llenarte el rostro de besitos.

Y además de todo eso, bendita la luna que le otorgó a Jimin como compañero.