Cuatro.

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No podía dormir eso era claro, por lo que ahora se encontraba acostado sobre su cama mirando fijamente el blanco techo de su habitación, esperando pacientemente la llamada de Joaquín.

Miró de costado el reloj digital color rojo que tenía sobre un mueble y suspiro al ver que serían casi las tres de la mañana.

No sabía por qué, pero llevaba desde las doce de la madrugada intentando dormir sin conseguirlo a cambio, así que sólo optó por quedarse en su cama y esperar la llamada de su mejor amigo.

Incluso ya tenía la historia que le contaría esta madrugada; La leyenda del hilo rojo.

Hace años cuando iba a casa de sus abuelos maternos, su abuela siempre solía contarle la leyenda del hilo rojo. Siempre le decía que todos estaban conectados por un hilo invisible que por más que se estire y se enrede jamas logrará romperse. Había escuchado tantas veces esa leyenda que se había convertido en su leyenda favorita. Incluso era la historia favorita de su hermana mayor.

Cerró sus ojos nuevamente, y a los minutos su teléfono sonó. Rápidamente tomó el aparato y sin fijarse en quien era, contestó.

-Gracias a Dios que llamas- fue lo primero que dijo.

-¿Me estabas esperando?- preguntó el menor desde la otra línea.

-Sí, eres el único que me llama a esta hora, además de que no podía dormir. Moría por contarte la historia de hoy- el castaño rió literalmente por la emoción de su amigo.

-Bueno Emi, entonces cuéntame la historia- Emilio se acomodó sobre su cama y con una sonrisa, inicio su relato.

-Está bien, te contaré sobre la leyenda del hilo rojo, ¿la has escuchado?

-Hummm... no, no creo.

-Genial entonces- carraspeo un poco-. Cuenta la leyenda que todos nacemos con un hilo rojo invisible conectado a otro ser- comenzó-. Y este hilo nos conecta con la persona que está destinada a nosotros, dice la leyenda que podrán pasar muchas cosas, y las personas podrán alejarse; pero ese hilo jamás podrá romperse. Siempre volverás a esa persona.

-¿Tu crees en el hilo rojo?- preguntó derrepente, Joaquín en la otra linea.

Emilio lo pensó. La historia era una historia demasiado linda a decir verdad, era bonito saber que a pesar de todo tendrías a tu persona. Y siendo sinceros, solo Emilio consideraba a alguien como su persona.

-Se podría decir que sí. Creo que todos tenemos a nuestra persona y ¿tu? ¿Crees en el hilo rojo?

-Sí- contestó el castaño rápidamente.

-¿En serio? ¿Y crees que ya lo encontraste?

-Hummm... tal vez... ¿El hilo rojo puede ser cualquier persona?

-Supongo que sí. Mi abuela nunca específico que tenía que ser alguien en concreto.

-Entonces ya sé quien es mi hilo rojo- al decir esto último un dolor extraño en el pecho se hizo presenta en el cuerpo del mayor. Algo que no había sentido antes pero no se sentía para nada bien.

-¿Ah sí?... Ah, bueno... y ¿quien es?- preguntó su voz un poco más aguda.

-Pues tu, menso- contestó Joaquín y entonces un gran alivio inundo el cuerpo de Emilio. Suspiro aliviado-. Tu eres mi hilo rojo, Emi. Estoy segurísimo, porque a pesar de todo sé que siempre te tendré ahí para mí, sin importar nada, siempre volveré a ti.

Emilio sonrió en grande, porque él pensaba lo mismo.

-Tu también eres mi hilo rojo, Joaco. Eres mi persona. Y siempre lo serás- dijo con sinceridad.

Esa noche, ambos hablaron por un tiempo más, hasta que Joaquín cayó en los brazos de morfeo y a los pocos minutos Emilio también lo hizo.

Ambos chicos soñaron con sus dedos meñiques enrededos en un hilo de un brillante color rojo y al final de este se encontraba enrededo otro meñique el cual era de su persona, y para su sorpresa (o tal vez no) la persona de cada uno, era su mejor amigo.

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No recuerdo si se los dije antes, pero en inicio los capítulos no serán tan largos, o algunos sí y otros no. En fin, espero que les haya gustado:D también espero que se la estén pasando bien en esta cuarentena, y tranquilos, podremos salir de esta.

Si alguna vez se sienten mal, pueden mandarme mensaje sin problema. Los amo🖤

Tw: ameforharry

-Ame;

Underneath the moonlight [Emiliaco] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora