Naruto y Naruko los hermanos de la esperanza

Capítulo IV

Naruto y Naruko pasaron 2 días en una cama de hospital, mientras que pensaban en las palabras de Shinigami. Ellos tenían el poder y podían decidir si ser héroes o ser villanos; durante esos 2 días y las siguientes semanas, Minato y Kushina se la pasaron disculpándose con ambos niños, consintiéndolos: los llevaban a los entrenamiento de Kaito y Saori, salían de viaje, les enseñaban temas en los cuales, Kaito y Saori estaban más avanzados.

Empezaron por aprender las Katas de Taijutsu del clan Uzumaki, luego de eso pasaron a entrenar Kenjutsu con espadas de Kendo. Para Naruto y Naruko, fue un gran trauma el ser dejados de lado por sus padres, durante casi 6 años de sus vidas y decidieron solo tomar esos entrenamientos, para volverse más fuertes.

―Niisan ―dijo Naruko a Naruto― ¿No avanzaríamos más rápido, con un Jutsu más avanzado?

― ¿Un Jutsu más avanzado, Imoto? ―preguntó Saori.

―Lo aprendimos de un pergamino ―dijo Naruko haciendo el sello del carnero con sus manos, pero la mano derecha de forma horizontal, Naruto hizo lo mismo. Minato y Kushina se sorprendieron ante lo que sus hijos estaban por hacer...

― "Imposible" ―susurró Kushina, mientras que uno de los Kinjutsu del Nidaime, era ejecutado con maestría por su primogénito y su hija menor.

― ¡Kage Bushin no Jutsu! (Jutsu Clon de Sombra) ―Al lado de cada niño, aparecieron 7 Kage Bushin.

― ¡Wow, increíble! ―dijeron al unisonó Kaito y Saori. Con este descubrimiento, el entrenamiento de sus hijos podría avanzar a pasos agigantados en poco tiempo y estarían a la par de sus hermanos.

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Al año siguiente y con el cumpleaños #6 de Naruko, vino 2 meses despues los cumpleaños #7 de Naruto, Kaito y Saori. Los entrenamientos de los jóvenes se hicieron más intensos, pero también sus padres les daban lecciones de historia.

Lecciones de historia que no se comparaban a una Kitsune con muchos siglos sobre ella y que era una maravillosa maestra.

Aunque eran entrenados por sus padres, Naruto y Naruko entrenaban en compañía de Lycaon, Kyūbi y Michael.

Naruto y Naruko habían aprendido Taijutsu por parte de sus padres, el cual podían combinarlo con el poder de las Kami/Akuma no Mi y ambos recibían consejos de Jabra y Michael. Entrenaban con las frutas, cuando nadie más podía verlos, pues era y seria su carta ganadora.

Naruko podía convertir sus manos en garras y golpear con fuerza.

Naruto podía transformar sus manos en alas de fuego, podía volar.

Naruko poseía Suiton.

Naruto poseía una… alguna clase de versión potenciada del Fūton, pues Ritsuko estaba recuperando su Chakra y su Yōki de a poco y para gran sorpresa de la pelirroja, su elemento no era el Katon, sino el Fūton. Esto se tradujo en un elemento más poderoso para Naruto, el cual fue bautizado por la pelirroja como Taiton (E. Vendaval).

Kaito tenía Fūton.

Saori tenía Katon.

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Naruto y Naruko dejaba un Kage Bushin descansando en sus camas, mientras que ellos salían de su hogar en las noches e iban al campo de entrenamiento #1, donde podían entrenar bajo las enseñanzas de Jabra y Michael, además podían emplear con total soltura y libertad su Kenjutsu.

― ¡Suiton: Taihōdan no Jutsu! (E. Agua: Jutsu Cañón de Agua) ―exclamó Naruko, lanzándole una esfera liquida a su hermano.

― ¡Taiton: Shinkū Renpa no Jutsu! (E. Vendaval: Jutsu Serie de Olas del Vacio) ―exclamó Naruto, lanzando hojas de viento desde su boca.

La esfera y las hojas de viento chocaron entre sí, creando una lluvia artificial.

Ambos hermanos sonrieron, desenfundaron sus espadas y se lanzaron mutuamente entre sí, bloqueando y contraatacando, pero sin lograr herir al otro.

Naruko lanzó su Katana al aire y la atrapó con su mano izquierda, para contra atacar, pero Naruto la bloqueo; el brazo derecho de Naruko se transformó en una garra de lobo, pero Naruto sonrió y la rubia supo que no lo había hecho nada bien.

Naruto solo tuvo que tomar con ambas manos su espada y alejar a la rubia, haciéndola caer de espaldas. El rubio, enfundó su espada y se acercó para ayudarla a levantarse.

―Arigatō, Oni-Chan ―dijo la rubia dándole un beso en la mejilla al rubio, quien se quedó petrificado, mientras que escuchaba a Ritsuko cantando, algo muy bochornoso.

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A la mañana siguiente, Kushina despertó a sus 4 hijos y los llevó a la academia civil. Era hora de dar paso a las clases de los maestros.

La Kitsune sonrió y pensó que era hora de enseñarles a ambos niños a concentrar su Yōton y dar inicio a las lecciones de Yōjutsu.