Día 9: 2020' versión

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El hombre pasó el umbral de la puerta y la cerró con desgano. Una vez adentro del pequeño departamento, caminó hacia el sofá y se arrojó sobre este, sujetó su frente como si su vida fuera una calamidad y cerró sus ojos. La estresante vida en un trabajo que le apasionaba tanto pero que al mismo tiempo no daba los frutos que merecía, era agotadora.

¿Cómo te fue?

El rubio se cruzó de piernas, sentado a menos de un metro de la televisión y continuó presionando los comandos de su joystick para realizar un par de combos en la última versión del mortal Kombat. Nada mal. Sin embargo, Alastor lo escuchó holgazanear como era costumbre y bajó la mirada, para enfocarse en ese joven rubio de maquillaje corrido.

¿No piensas que deberías conseguir alguna fuente de dinero también? Sabes que estoy en problemas.

Es difícil que contraten a alguien de veinte sin experiencia. Y sin estudios. ¿Me pasas la bolsa?

Contestó Anthony aún demasiado concentrado en su videojuego, estiró su mano hacia un lado para recibir la bolsa y Alastor suspiró de mala gana. Se levantó para recoger la coca que estaba sobre la mesa y luego se aproximó a su novio, le arrojó la bolsa entre las manos. Al parecer el rubio le puso pausa a su tonto juego solo para drogarse un rato.

Desarmó el contenido sobre la consola, estaba sucia y no le importaba. De hecho, Alastor le dió un leve vistazo a todo el departamento. Era un infierno de desorden. ¿No sé suponía que Anthony limpiarla al menos cuando el no estaba allí? Se volvió a tirar en el sofá y se quitó los lentes, arrojándolos  por cualquier lado. Se sentía desmotivado, frustrado y sin rumbo. Ser un locutor de radio que viaja por el país era apasionante, pero pagaban como la mierda.

Odio esta ciudad.

El rubio de cabellos largos armó tres líneas en la superficie de la Playstation, era lo suficientemente plana para hacerlo. Esnifó con una de sus fosas nasales, era un producto de calidad. Pero luego, se levantó al mismo tiempo que peinada sus cabellos rebeldes con sus dedos y tomó asiento al costado de su pareja. Lo observó de reojo con sus ojos claros, no era normal que no se mostrará animado o sonriente.

No mucha gente escucha la radio, cielo. ¿Por qué no tratas de hacer podcasts? Se está haciendo popular por internet.

No tengo idea de cómo funciona todo eso y tampoco me interesa.

Se rehusó Alastor sin siquiera darle la oportunidad de explicarse en profundidad. Él era unos quince años mayor que su novio, había ciertas diferencias que marcaban la madurez entre cada uno. Y también las épocas. Una de las cosas a las cuales le costaba acostumbrarse era al nuevo movimiento de las redes sociales, era un hombre que trabaja a la antigua con medios tradicionales de comunicación.

El rubio lo sorprendió y se recostó sobre sus piernas, sonriendo como un gatito y ganándose que su pareja le acariciara la espalda gentilmente. Anthony apenas pasaba los veinte años pero se había enamorado perdidamente del hombre con el que vivía. Él toleraba su extrema e irresponsable forma de vivir. Y cuando toda su familia le dió la espalda, le ofreció viajar a su lado. Era una forma de asegurar que estarían juntos para siempre.

Cómo sea. Tal vez no tenga mucho caso tratar de conseguir empleo en esta ciudad. El tiempo límite está llegando y debemos mudarnos en menos de dos meses.

Analizó el más joven mientras cerraba sus ojos sobre el regazo de Alastor. El mayor detuvo sus caricias, se frotó el mentón de forma pensativa y entrelazó sus dedos entre el cabello sedoso de su novio.

¿Tan rápido?

— La policía es más rápida aquí. Es solo precaución.

Sin esperar más, Anthony se separó de su cuerpo y se puso de pie. Jeans ajustados y rotos, una camisa abierta que dejaba al descubierto su pecho y sus clavículas marcadas, unos ojos azules oscuros y unas ojeras negras y evidentes por su insomnio y el frecuente uso de cocaína. Esa clase de apariencia tan andrógina cautivaba a Alastor, quien se puso de pie y redujo el espacio entre ambos. Él solo era un hombre más grande que él, bastante aburrido si se podía describir de alguna forma. ¿Cómo alguien como Anthony pudo realizar una conexión con Alastor?

El rubio le tomó la mano, sonriendo cálido. Lo guió hasta el armario de la habitación, de dónde algunas ratas y cucarachas surgían por debajo de la puerta. Entonces Alastor sonrió por primera vez desde que llegó al departamento...

Y pronto habrá mucho hedor a muerto. Ah, ¿Qué harías sin mi? Te hubieran atrapado desde hace mucho tiempo sin duda alguna.

Abrió las puertas de armario y una enorme bolsa de consorcio de color negro se desplomó ante sus pies. El olor a putrefacción nacía de esa bolsa, la fuente de comida de las ratas e insectos estaba allí dentro. Al menos el cuerpo no parecía pesado, pero se estaba pudriendo. Alastor abrazó por detrás a su novio y besó su nuca con mucho cariño... No era un inútil, no era un imbécil. El mayor podía trabajar normalmente de día y descuartizar personas en las noches. Podía cumplir con su naturaleza de asesino gracias a Anthony, quien siempre se encargaba de los cadáveres y de las mudanzas de estado en estado, para no ser atrapados jamás. Se podría decir que el rubio era el cerebro en el equipo... Y que la conexión que había unido a dos personas tan diferentes, era su extrema y enfermiza locura.

Tengo un novio maravilloso que sabe lo que hace. ¿Cómo podría compensarlo?

El castaño lo llenó de besos por todas partes y Anthony solo se rió al sentirlo, se dió la vuelta para abrazarlo y morder su mejilla con dulzura. Alastor era un asesino serial... Disfrazaba su vida, todos los días. Y amaba ser parte de esa locura, porque quizás estaba tan enfermo como él.

Me conformaría con tener sexo sobre el sofá.

Dicho y hecho, Alastor lo levantó entre sus brazos como a una princesa. Era tan delgado y fácil de llevar, se dirigió a su sala y lo recostó sobre el mueble, mientras que su rubio se mordía los labios y no dejaba de mirarlo con sus preciosos ojos azules y brillantes. Alastor lo acorraló, sujetando su suave mejilla con sus dedos.

Tus deseos son órdenes, Anthony.

30 Días OTP / RadioDust Donde viven las historias. Descúbrelo ahora