30 Días OTP / RadioDust

Día 11: Baile de salón

— No existe nadie en este lugar que no me mire mal.

Sujetó su largo vestido con sus cuatro manos y lo levantó un poco para caminar entre las personas de ese enorme salón repleto de demonios con vestimentas de gala. Todos danzaban al compás de la música clásica, algunos pequeños grupos se reunían para parlotear y criticar los trajes o vestidos de otros. Típicos chismes de los demonios de alto rango. La comida era de primera categoría al igual que los músicos y el enorme espacio. La araña se sentía fuera de lugar, pero eso no quebranto su espíritu.

Ángel encontró a Alastor sentado en un decorado y estrafalario sillón, su traje negro y su peinado exclusivamente elegante hacia suspirar a más de una demonio en ese lugar...

Se sentó sobre sus piernas y acomodó un poco sus cabellos blancos cubiertos de glitter. El ciervo le sonrió, se veía encantador con su apariencia delicada y femenina, ese vestido tan brillante teñido de colores pasteles le hacía llamar la atención entre todas las mujeres del salón. Pero la araña sonrió forzadamente hacia las malditas viejas que los miraban y abrazó del cuello a su hombre, por más vulgar que fuera sentarse sobre sus piernas en una situación como esa.

— Es mío, zorra. Me costó conseguirlo, más te vale que camines derecho y no vuelvas a mirarlo.

Siguió sonriéndoles con un fuerte instinto de protección y de pertenencia. Poco le importaba que fueran demonios anticuados y poderosos. Apretó sus colmillos y destiló veneno puro al verlas con sus ojos rosas brillantes y amenazadores. Les iba a atravesar el cráneo con una bala si volvían a desear a Alastor.

— Estás muy a la defensiva, cariño.

Mencionó el demonio radio, frotando sus piernas y sonriendo elocuente y tranquilo. No prestaba atención a su alrededor, su asistencia en ese baile era por pura cortesía y no le importaba mucho hacer sociales con nadie. Por el contrario, su pareja tenía sus ojos enfocados en cada zona, en completo estado de alerta.

— Lo estaré toda la noche si es necesario. Soy tu novio, van a tener que respetarme aunque no sea tan poderoso, viejo o malvado como ellas.

— Por alguna razón, no puedo percibir eso. ¿Estás seguro?

Alastor se apegó a su cuerpo, observó su rostroy se sintió confundido por su estado defensivo y alterado. Los celos y esas cosas le resultaban un sin sentido, porque él solo tenía ojos para Ángel. Tal vez por eso no notaba nada. Cómo tampoco el hecho de que había sido un soltero codiciado por décadas y desde que se emparejó con la araña, todas querían arrebatarle el puesto de la pareja oficial del demonio radio.

— Querido, confía en mí. Sé muy bien lo que esta clase de putas quiere de ti.

Ángel se mordió el labio inferior y acunó el rostro de su precioso ciervo entre sus manos. No podía entenderlo, pero era muy valioso para él. Luego de todo lo que se esforzó por ganarse su corazón y su cercanía, sería inaudito e imperdonable que cualquiera de esas mujeres en ese estúpido baile de acercara con cualquier mínima intención.

Una tenue canción de piano empezó a deleitar el ambiente de fiesta. Alastor sonrió confiado y tomó las caderas de su novio para levantarse y colocarlo a su lado.

— Olvida el drama, Ángel.

Quería que se relajara. Existía una forma de que todos pudieran ver qué ambos se pertenecían y que no había espacio para nadie más en su burbuja de cristal creada por amor y lealtad absoluta.

— ¿Me concedes esta pieza?

Le tomó la mano y besó sus nudillos, haciendo reír a la araña en medio del acto por sus repentinos modales, era un auténtico caballero. Decidió relajarse, en parte quería disfrutar la noche. Amaba a esa clase de Alastor... Lo hacía feliz y lo hacía sonreír como nunca nadie había hecho antes.

— Acepto, mi señor. Eres mucho más elegante que cualquier otro overlord que haya existido.

Se acercó hacia él para posar una mano sobre su hombro y el ciervo rodeó su cintura con su misma susvidad. Sus manos sobrantes se entrelazaron para guiar al contrario dentro de la melodía del piano. Alastor se acercó a sus labios y respiró cálidamente sobre su boca, ambos se sonrieron codiciosos y confiados, formando ese vínculo inquebrantable del más puro y solemne amor.

— Y tú eres mucho más precioso y radiante que cualquier mujer en este infierno.

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Volví akdjsjd
Estoy bastante recuperada, estuve enferma casi una semana y me sentía fatal ;;; gracias por leerme bebés, voy a tratar de volver a las actualizaciones regulares <3