Día 5: Cocinar juntos

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-Al, bebé. ¿Qué tal si me ayudas en la cocina?

Angel miró de reojo a su precioso ciervo y posó con glamour y estilo ante él. Lució su cuerpo desnudo, únicamente cubierto por un pequeño delantal. Emanaba brillos por todas partes y sus grandes ojos bicolor lo observaron con hambre. Coqueteó mordiéndose los labios y se acomodó el delantal con tal de que su pecho luciera más ajustado y sexy y sus piernas estuvieran casi completamente al descubierto. Sus huesos marcados entre sus caderas eran una belleza y su piel blanca y perfumada resplandecía ante un Alastor que solo lo observó sonriente, sin prestarle demasiada atención.

-O-Oh... No pensé que esto sería tan extenuante.

Se inclinó contra la mesada de la cocina, alzando su trasero frente a su novio y cortando lentamente algunas verduras con un cuchillo filoso. Meneó su cintura, giró su rostro hacia atrás y siguió insinuándose descaradamente hacia el ciervo.

-Tal vez en esta posición me sienta más cómodo. ¿Te gusta más esta posición, daddy?

Su voz suave sonó dócil y trató de mostrar bien la proporción de sus largas piernas y sus nalgas suaves contra Alastor. La araña sonrió muy confiado por sus propias habilidades de seducción, nadie rechazaba a Angel Dust. Aunque... Olvidó que el demonio radio era arisco y distante cuando se trataba de sexo.

-No necesitas ser provocativo para llamar mi atención. Causa el efecto contrario.

Tarareó Alastor sonriendo ampliamente y lanzando una carcajada que desencantó a su Angel. Por Lucifer, la araña lo observó ofendido y le dio totalmente la espalda, cortando con énfasis una zanahoria y deseando que fuera la verga de ese idiota. ¡¿Acaso sabía con quién estaba saliendo?! Gruñó del enojo, se estaba perdiendo el postre más delicioso de todo el infierno.

-Tantos demonios darían todo por tenerme así en sus putas cocinas. Semi desnudo, siendo una zorra impertinente y cocinando para ellos... Oye, es buena idea. Una nueva forma de prostituir mi cuerpo.

Alzó el cuchillo frente a su rostro para observar sus ojos en el reflejo del filoso metal. Si Alastor no lo complacía como deseaba, iba a buscar a algún otro imbécil que si lo hiciera. El ciervo no podía quejarse, estaba seguro de que no le iba a importar.

Pensó mal. Alastor lo estampó contra la mesada y aprisionó su cuerpo contra la madera. Sus movimientos fueron rápidos, certeros y rudos. Y Angel se sorprendió tanto cuando el ciervo enterró una de sus manos en su pecho por debajo de delantal y con la otra aferraba sus garras en una de sus nalgas. Ah... Lo sostenía exactamente como amaba, jadeó excitado y soltó el cuchillo, también desparramó todos los vegetales por todos lados.

-Ni siquiera se te ocurra.

Amenazó el demonio radio, estrujando con más fuerza su trasero y haciendo exactamente lo mismo con su pecho. Pero su voz radiofónica y su tono autoritario provocó escalofríos en la delgada anatomía de Angel, quien activó su gusto por ser un bebé obediente y sumiso frente a manos tan fuertes y determinadas.

-¿Te hice enojar? ¿Vas a castigarme?

Sonrío de una manera provocativa y alzó más su culo, frotando sus nalgas contra la entrepierna de Alastor. Pensaba que podía jugar con fuego y no quemarse, pero con el ciervo no había que bromear. Trató de ser juguetón, travieso. Pero los movimientos de su novio fueron incluso más allá de lo impredecible, porque apenas lo sintió moverse, le otorgó la nalgada más ruda, violenta y caliente que pudo imaginarse alguna vez.

Angel gimió agudo y dejó de moverse. Se sonrojó apenado porque ese desgraciado hijo de puta sabía que era un masoquista de mierda y que una sola nalgada provocaba que se calentara de muerte. Ladeó su rostro hacia él, suplicante. Quería que volviera a hacerlo, lo deseaba con tanta fuerza.

-Si, voy a castigarte de la forma que más odias.

Susurró a un lado de su rostro, el contrario formó puños contra la madera y jadeó entrecerrado los ojos en total estado de obediencia ante su daddy. Se lamió los labios, ¿Cómo podía ser tan sexy? Lo calentaba tanto, no era racional. Su cuerpo ardía de la excitación.

-No sé de qué estás hablando. Amo que me domines así... Imagino tantos escenarios y en todos me estás cogiendo contra la mesa.

Alastor sonrió halagado, soltando su cuerpo y alejándose unos dos metros de su excitado y agitado cuerpo. Chasqueó sus dedos, acomodó todas las verduras y el resto de utensilios con su magia de brillos oscuros. Pero Angel permaneció atónito por segundos enteros... No iba dejarlo así, como tanto odiaba que lo dejara cuando las cosas se ponían interesantes, ¿Verdad?

¡¿Verdad?!

-¡Una imaginación bastante privilegiada, cariño! ¡JAJA! Esperaré la cena en la sala, adiós.

-¡Oye, no...!

Estiró su mano hacia él pero el maldito volvió a chasquear sus dedos, desapareciendo y dejando una estela de brillos en su lugar como si se tratara de un mago. Angel sonrió perturbado, jodido, indignado y caliente. Se sostuvo el rostro con ambas manos, ¡Lo había hecho de nuevo!

-¡Cobarde!

30 Días OTP / RadioDust Donde viven las historias. Descúbrelo ahora