CAPÍTULO 6

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Wynonna, tiempo después de dejar a su hermana en casa de la agente, volvió a casa con el coche patrulla de Nicole. Hubo de haber tenido una vida muy complicada, pensó Wynonna respecto la agente Haught. 

Estaba llegando a casa cuando vio un coche rosa chillón aparcado en la entrada de la residencia Earp. Con solo verlo, Wynonna sonrió y se dispuso a entrar en la casa. Henry, hace un tiempo, adquirió la llave de la casa así que pudo ingresar en ella de una sola vuelta de llave. Wynonna entró y halló a Henry apoyado en el marco de la cocina bebiendo una copa de whsiky tranquilamente, saboreándola. Wynonna se acercó a él de una zancada y, en unas milésimas de segundo, le arrancó de las manos la copa bebiéndosela ella.

-¡Hey! Eso era mío

-Mentira, tú has entrado en mi casa y has cogido una copa así que es mío-Wynonna sonrió triunfalmente mientras entraba en la cocina para preparar dos platos de pasta, supuso que Henry se quedaría pero no estaba segura.

-Henry, ¿te quedas a comer? Mi hermana está con la agente caliente y no va a venir

-Sí, claro. Espera, ¿Agente caliente?

-Sí, es la nueva poli de la que te hablé hace unos días, la que lleva loca a mi hermana sin ella saberlo. La agente ha tenido un percance y mi hermana se ha quedado con ella en su casa.

Henry, se rió mientras sus dedos índice hacía el gesto de dos tijeras encajando. Wynonna en ese momento quería matar a Henry.

-Oh, no. Oh, no. Mi hermana tiene la obligación de saber mi vida sexual pero yo la de ella no-Dijo Wynonna mientras negaba con la cabeza y sacaba la pasta del agua.

-Venga mujer, tienes que asesorar a tu hermana con estas cosas, eres su hermana mayor, y para eso necesitas saber de su vida sexual.

-Joder...odio cuando tienes razón-Dijo Wynonna mientras servía los platos en la mesa y le daba un pequeño beso en el hombro de Henry

Los dos comieron pasta entre risas y charlas sin sentido. Llevaban un tira y afloja durante mucho tiempo, siempre se estaban fastidiando entre ellos o coqueteándose, pero esta vez era diferente. Estaban conversando y riendo. Se gustaban entre ellos pero ninguno de los dos quería admitirlo. Una vez acabaron de comer, recogieron los platos y se sentaron en el sofá. Estuvieron descansando unos minutos hasta que el teléfono de Wynonna recibió un mensaje.

-¿Quién es?

-Coño, Henry eres muy impaciente, no me ha dado ni tiempo a mirarlo 

Henry rió y colocó su sombrero sobre su cara para que la luz que entraba del exterior no le molestase. Mientras tanto, Wynonna, miraba el teléfono.

-Ah, es mi hermana. Dice que no viene a cenar. Se quedará con Nicole a dormir.

Henry, con el sombrero en la cara y las piernas un poco abiertas por la postura del cuerpo, volvió a repetir el gesto de las tijeras mientras reía descontroladamente. Wynonna, no aguantó más y soltó una carcajada mientras su cuerpo subió al de Henry. Él, quitó el sombrero de su  rostro para poder ver el de Wynonna.

-Tienes unos ojos preciosos, azul mar-Dijo Henry mientras le brindaba una pequeña sonrisa burlona 

-Gracias, tú tampoco te quedas atrás-Wynonna, no lo pensó mucho y se abalanzó sobre los labios de Henry. Era un beso desenfrenado, salvaje, con ganas y sentimientos de por medio. Entre tropezones y risas, Henry levantó a Wynonna mientras ésta enredaba sus piernas en la cintura de Henry. Él, por acto reflejo, apretó el culo de Wynonna y subió las escaleras dirección a la habitación de Wynonna. La dejó encima de la cama mientras repartían besos, el uno al otro. Dejaron allí todo lo que sentían, se desnudaron e hicieron el amor hasta que no pudieron más.

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