Comadreja: La vencedora [Pausado]

Capítulo 2

Vibia Lucia me arreglaba para la entrevista con Caesar. Ella me iba explicando cada momento como debía comportarme con los espectadores. A los distritos no les había hecho mucha gracia que hubiera matado a la que habían nombrado su Sinsajo.

Yo no fui quién la ahogo, pero sí la lleve a su tumba.

Me mire en el espejo. Llevaba un largo vestido blanco con reflejos plateados sin mangas, salvo en el brazo derecho, donde llevaba una larga manga medio trasparente que ocultaba la herida de la flecha de Katniss. Vibia me había explicado que  aquel vestido reflejaba una metáfora.

- La pureza puede deslumbrar más que el fuego. - Dijo entusiasmada. - Tu actuaste con pureza hasta el final, siempre con las manos limpias, mientras otros tributos fardaban de como convertían en fuego todo lo que tocaban.

Yo no era el primer tributo de su distrito al que ella ayudaba, Ivette había sido una de ellas.

Vibia llevaba una peluca blanca hecha de trenzas colocadas hacia arriba como dos grandes orejas, e iba maquillada con maquillaje plateado para resaltar sus ojos lilas y poder ir a juego con su vencedora estrella.

Aulus Marcel, quién prefería que le llamáramos por su apellido, era otro de mis estilistas. Él me recogió el pelo pelirrojo dividiéndolo en tres largas trenzas con extensiones y cintas, y al final, con aquellas tres trenzas formó una sola. Las cintas añadidas eran plateadas y blancas, colocadas ahí le daban al peinado un resultado extrañamente sutil pero encantador.

- Marcel. - Dije su nombre con voz inocente. - ¿Porque este peinado?

- Cada trenza significa un tributo que mataste en la arena. - Me contesto con normalidad. - La primera trenza tiene cintas plateadas, porque mataste a Peeta directamente; La segunda trenza tiene cintas blancas, porque Cato mató a Katniss gracias a ti: y la tercera, porque disparates a Cato con el arma del Sinsajo. Juntas forman una combinación ganadora, juntas te forman a ti.

Me mire al espejo cuando estaba perfecta para Marcel y Vibia. Tenía aspecto de ángel, pero había algo que me perturbaba. Mi pelo caía a mi espalda dando la sensación de ser una gota de sangre sobre la paz.

Ivette vino a buscarme antes de la entrevista, estaba tan nerviosa como yo, ella se había convertido en poco tiempo en una segunda hermana para mí, ella había sentido lo que yo iba a sentir en unos minutos.

- Tú estate tranquila. Todo va a salir bien. - Dijo para intentar calmarme mientras me frotaba e hombro izquierdo.

Ivette me dio un beso en la frente para darme ánimos y me dejó pasó. Caesar me esperaba de pies en el centro del escenario con una mano tendida hacia mí. Esta vez llevaba el pelo de color verde y un traje con brillantes rojos sobre tela verde. Cogí su mano con sutileza mientras saludaba a la multitud del público con la mano izquierda. Él mea ayudo a sentarme en el asiento para evitar estropear el vestido, y luego fue él a su asiento.

- Hola Fincha. Cuanto tiempo. Sinceramente pensé que no nos volveríamos a ver. - El público río su gracia, aunque yo estaba demasiado asustada como para responder. - Antes de ver el vídeo del resumen de los juegos. ¿Tienes algo que decir?

No tenía nada que decir, o simplemente no sabía que decir. Pero como sí mis labios acabaran de encontrar vida propia, comencé a hablar.

- Estos Juegos del Hambre me han parecido de los más duros que han habido comparándolos con los de otros años. - Miré al público. - No hablo por mí misma, sí no por los tributos caídos como Katniss Everdeen, quién todo el mundo puso la esperanza en que ella ganaría. Pero no fue así. Al Sinsajo le cortaron las alas cuando hecho a volar.

Todo el público se mantenía en silencio, como sí esperará a que siguiera hablando. Inesperadamente, la canción de Rue comenzó a sonar en una parte de la sala, y continúo extendiéndose por toda ella.

Caesar me miraba maravillado, como sí mis palabras y la canción de Rue lo conmovieran de verdad, como sí en el fondo le dieran lastima los tributos y los distritos.

Las luces comenzaron a apagarse para dar entrada al resumen de lo juegos.

El vídeo empezó con unas imágenes rápidas de los tributos dados de la mano el día de la cosecha, seguidas de las fotos de los tributos el día del desfile. Esa parte se quedó parada, y un corto vídeo mío y de mi compañero tributo saludado deslumbro en la pantalla.

El vídeo pasó directamente al primer día en la arena. Mire a la pantalla sin apartar la vista y vi como mi compañero tributo y más niños caían en el baño de sangre.

La pantalla se volvió un poco borrosa y Katniss apareció en la pantalla, Katniss con Rue. La canción de Rue sonaba de fondo repetidas veces, y en algunas de ellas se veía la imagen de Rue envuelta en las flores de Katniss.

Un chico vestido de negro se acercó a Caesar, mientras un par de grupos de soltados entraban en la sala para rodear a los hombres y mujeres de las gradas. Yo me esperaba que aquel hombre le informará a Caesar de lo sucedido, pero en realidad, le corto la garganta con un ágil movimiento, y el cuerpo inerte del presentador cayó al suelo.

Comencé a chillar cuando el hombre empezó a acercarse a mí, pero fue interrumpido por la voz de un hombre en la pantalla. Los dos miramos al unísono a la pantalla para contemplar a Beetee, vencedor de los juegos del hambre del distrito 3, hablando en la pantalla.

- Habitantes de Panem, ciudadanos del capitolio, está es una retransmisión del distrito 13, habéis destruido a nuestro Sinsajo, ahora nos toca a nosotros vengarnos.

La pantalla se quedó en negro con el Sinsajo ardiendo en llamas junto el símbolo del distrito 13. No entendía nada, el distrito 13 está destruido, fue destruido por el capitolio, y ahora nos mandaban un mensaje.

El hombre que mató a Caesar se acerca a mí y me agarra por la cintura para llevarme a cuestas. Intentó soltarme propagándole patadas y golpes. Agarró la máscara del hombre y se la quitó, para dejar ver el atlético rostro de Finnick Odair, vencedor de los juegos del hambre del distrito 4.

Me quedé mirando su rostro sin entender nada. ¿Acaso todos los vencedores se estaban uniendo contra el capitolio? Sí era así... ¿Para qué me necesitaban a mí?