Capitulo cuarenta y nueve

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NARRACIÓN EN 3ra PERSONA

Lo único que puedes sentir es el frío que traspasa la tela de tu falda mientras corres lo más rápido que puedes hasta el bosque.

Gracias a la nieve te estuviste resbalando con cada paso que debas, pero te mantenias firme, con miedo pero firme, preparadote mentalmente para lo que estabas por ver.

El bosque queda muy lejos, y dudas de llegar antes de que termine la tarde.

Pero algo llama tu atención, cerca de un callejón la nieve está teñida levemente de rojo a la entrada de este...

"No..." susurras devastada mientras corres hasta ahí, pero chocas con algo.

"Esta bien señorita" habla un señor que sostiene a dos de sus perros con correas de cadenas.

"Si..." susurras "estoy buscando a alguien" te acomodas la falda en un intento inútil de disimular tu estado.

"Me gustaría ayudarte pero uno de mis perros se escapó anoche y no lo encuentro desde ahí"

Sientes como si un cubo de agua fría cayera sobre tu cuerpo, escuchando en tu mente los gruñidos de los perros mientras desgarraban algo y esperas que ese algo no sea tu Al.

"Me tengo que ir" dices casi desesperada mientras corres hasta el lugar oscuro, sintiendo como la nieve traspasa su zapato con cada paso congelando poco a poco tus pies.

Cuando llegas a el callejon tienes que poner una mano en tu boca cuando ves la sangrienta escena de un cuerpo tendido sobre la nieve, estando totalmente roja... roja por su sangre. Creando una horrible escena que perdurará por décadas en tu mente.

Te cuesta mover tus pies. Ver el cuerpo ahí sin duda es la vívida imagen de tu sueño solo que en un lugar diferente... un entorno totalmente diferente.

Caminas poco a poco, como si de alguien que nunca haya caminado se tratase, te mueves muy despacio sabiendo que si te apuras vas a chocar con la cruel realidad de que estás sola, estarás completamente sola ahora y para siempre.

Cuando tus zapatos de terciopelo tocan la sangre impregnada en la nieve, se manchan dejando marcas rojizas en estos.

Pero gotas de agua caen sobre estos, haciendo que levantes la vista al cielo y esta nublado, pero no para llover.

Y después lo sientes, son tus lágrimas las gotas de agua que callejon al suelo hace un momento. Estas llorando, estas teniendo un llanto tan silencioso que nadie lo notaria. Ni tu lo hiciste.

Vuelves a reanudar tus pasos hasta el cuerpo, sintiendo tu visión más borrosa cuanto más avanzas, sin contar que tu respiración se está cortando poco a poco, si no te calmas te agarrará un ataque de pánico y eso hará que te desesperes, quitandote todo el aire de tus pulmones, provocando que esto sea peor de lo que ya es.

Tuviste que poner la mano en la pared para mantenerter el equilibrio cuando llegaste al cuerpo.

Y ahí fue cuando soltarte un grito de plena agonía cuando caíste en cuenta de que estás sola, perdiste al amor de tu vida y ahora lo vez a tus pies todo muerto, cubierto de una hermosa nieve, pero muerto.

Tus piernas ceden, dejando que tus rodillas choquen directamente con la dura nieve, pero no te duele, ese dolor no se iguala al que se expande freneticamente por todo tu cuerpo.

Pones una mano en tu boca para ahogar tu llanto y espasmos que salen a causa de este.

Pero eso no evita que entre lágrimas mires el cuerpo, creando una escena que nunca olvidaría.

Y te sigo amando (Alastor x reader) PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora