Capitulo cincuenta y cuatro

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Gente el cap no es tan triste, porque estoy haciendo la relectura y como que no me duele, así que saluditos.

Las gotas de la lluvia hacían que toda la sangre en mis dedos se valla escurriendo directo a mi saco, provocando que haga una de las acciones más imprudentes que se me pudieron ocurrir en ese mismo instante.

Puede ser que lo haya hecho cegada por el dolor, pero diablos, el dolor que sentí cuando traté de sentarme para ver la lastimadura, fue mucho peor, ya siendo físicamente al sentir como un fuerte latigazo que corría por la laceración, y mentalmente, porque pude ver el puto tajo en medio de la tela que rodea mi cuerpo.

Sin contar que después de ahí volví a caer desplomada contra el suelo, Dios hasta puedo sentir el olor de mi sangre mezclándose con el agua al comento que deje mi cabeza sobre el pavimento. Volviendo a mirar el nublado cielo.

"Donde están las sombras" murmuró en mi propia miseria, moviendo levemente mi rostro en un intento de evitar tragar el agua roja.
Si sigo aquí, lo más probable es que aparezca en una de las portadas de los periódicos y en la radio como una nueva víctima... Dios si me muero no se si Al podría hablar de mi propia muerte en su estación, perdería la cabeza.

Un leve susurro se escucha cerca mío, revelando tiempo después los típicos cuernitos de las pequeñitas sombritas, las cuales tienen los ojos decaídos mientras se acercan hasta mi acariciando mi rostro, siendo conscientes de que me estoy desangrando.

Pero no hacen nada.

"Llamen a ..." me callo cuando escuchos unos pasos acercandose, Dios espero que no sea el tipo que me apuñaló... no sobreviviría otro golpe, con la sangre que estoy perdiendo ahora no lo lograré.
Sin hablar que me siendo totalmente horrible, con cada movimiento provocado por el simple acto de respirar, hace que el dolor se reavive como si estuvieran echandome alcohol, logrando que más sangre caliente se escurra de mi cuerpo hasta el pavimento húmedo, no me sorprendería que gracias a estas pérdidas, este pálida como la nieve.

La maldita nieve a la cual temí todo el invierno...

La persona que se acerca se detiene frente mío y es una mujer... nada parecido con quien me acaba de atacar.

"Ayuda por favor" susurro despacio, haciendo que las sombras se agiten un poco.

Ella solo me mira y suelta una risa "podre muchacha, parece que te han dejado tirada"

O por ahí si es quien me ataco, nadie lo sabe, y dudo que lo sepan, pero cuando se estaba por ir las sombras se levantan y van hasta mi estómago, mostrándose por primera vez (creo) frente a alguien que no Al. Sueltan una murmullos muy fuertes como maullidos, llamando la atención de esta chica.

"Adentro" les digo intentando levantarme pero el dolor hace que vuelva a la posición anterior, siente este movimiento el desencadenante de una respiración irregular, Dios si no me controlo me voy a quedar sin aire, llevando a mayores mi delicado estado.

Esta persona camina hasta las sombras, mirandolas con un destello de reconocimiento, para después pasar su mirada hacia mi.

"Eres el cortejo del señor Azael?" susurra despacio a lo cual simplemente asiento cerrando los ojos por precaución, no me sorprendería que me den un golpe o me terminen de matar, Al tiene varios enemigos, no me lo dice, pero lo se.

"Casi te dejo morir desangrada" habla horrorizada "espera aquí!" Y de ahí sale corriendo hacia el gran casino.

Lo único que puedo pensar aparte de el dolor es que esta tipa está loca, hace un momento gozaba de mi estado y luego se preocupa.

Y te sigo amando (Alastor x reader) PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora