6

14 1 0
                                    

Mi celular suena una y otra vez, es mamá, dice que no dormirá esta noche en casa porque está compartiendo con sus amigas. No sé si es Dios o es el diablo que está cooperando tanto, las cosas están saliendo algo perfectas y eso me invade profundamente de miedo, pero debo arriesgarme.

Alguien llama a la puerta de seguro es Jackson. Abro y en seguida él me levanta y me abraza, se sintió muy extraño. No pude evitar mi cara de sorpresa.

— Que he hecho para merecer tanto amor.

— Pues solo estoy feliz de verte.

— Sí, claro.

— ¿Nos vamos?

— Jackson mi madre no vendrá a dormir esta noche y estaba pensando que cenemos aquí en casa. No lo sé, ¿Qué dices?

— No tengo ningún tipo de problema.

Siempre sigo recetas de internet y hoy es el día perfecto para probar una de ellas, espero que todo salga bien. Jackson me ofrece su ayuda en la cocina y se lo permito, estamos haciendo una pasta de tres quesos. Mientras hago la salsa Jackson cuida los espaguetis evitando que estos no vayan a pegarse, esto es una locura pero se siente genial.

Ponemos la mesa juntos, mientras cenamos él saca de su interior toda su pena, solo lo escucho con mucha atención sin retirar la mirada de sus ojos, esos que me hacen recorrer mundos infinitos, los responsables de tantos desvelos, a los que les confieso tantas cosas sin enunciar una palabra.

Jackson es mi mejor amigo y le tengo mucha confianza, sin embargo no logro entender por qué me pone tan nerviosa. Mi único deseo es que no se vaya pronto a casa, le sugiero que veamos una película y él termina aceptando. Subimos a mi habitación, por suerte esta ordenada, nos tumbamos en la cama sin preocupación alguna, elegimos una película y reímos sin parar, tomamos unas cervezas y todo marcha a la perfección.

Creo que estoy pasada de alcohol, me siento algo boba. Me pongo de lado para ver a Jackson, nos miramos frente a frente y ambos sonreímos. Él retira el cabello de mi rostro muy despacio, me acaricia delicadamente, alimentando mis ilusiones.

— Sascha me siento tan bien, cada vez que estamos juntos siento mucha paz.

— Me alegro de que estés aquí conmigo.

— Siempre lo estaré.

A veces Jackson me confunde bastante cuando me habla de esa forma, pero no me atrevo a comentarle nada, no quiero arruinar nuestra amistad.

De repente se acerca más hacia mí y me abraza fuerte, inhalo el aroma de su perfume y su olor despierta rápidamente el apetito carnal que llevo en mi interior hacia él.

Estoy acostada boca arriba, Jackson apoya su cabeza en mi pecho. Solo lo abrazo y cierro mis ojos para disfrutar de él.

— ¿Por qué tan callado?

— No me pasa nada, solo estoy relajado.

— Espero que no te vayas a quedar dormido encima de mí.

— Sascha, ¿Por qué no intentas tener una relación con alguien?

— Es complicado, no siempre se logra ser feliz con alguien, al final es como si no te entendieran, no recibes de esa persona todo lo que deseas y cuando das señales para que las cosas pasen como quieres, la magia se pierde.

Jackson se sienta frente a mí, me mira como si estuviese loca. Nadie en la vida logra entenderme, al menos siempre me he tenido a mí. No tengo idea de que pasa por su cabeza ahora, tampoco quiero saberlo. La realidad siempre suele ser cruel, no muestra piedad y devora el alma.

Él se pone de pie y camina hacia la ventana, hace a un lado las cortinas permitiendo que desde mi cama pueda ver las estrellas.

— La vida puede ser cruel Sascha, es cierto. Pero hay que aprender a vivir con los golpes que la vida nos da.

— Jackson, no quiero que vayas a pensar ahora en cosas tristes, perdóname.

— Tranquila, ven acércate.

— Ok.

Camino hacia él, me paro a su lado y me abraza, nos quedamos mirando al cielo unos largos minutos en silencio.

— Debes aprender a ver lo sencillo que la vida nos ofrece diariamente, todas esas cosas son gratis, aprende a disfrutarlas, vive las cosas sencillas en tu interior y con intensidad. Tal vez nunca las percibes, pero créeme que es lo más bello que la vida nos brinda, y son parte de la realidad.

— Estas muy raro estos días.

— Solo quiero que veas las cosas de un modo diferente, todo no es tan malo como piensas.

Suspiro profundamente, mientras bajo la mirada. Lo único que deseo es soltar todo lo que llevo dentro, poseo un gran peso sobre mí que si no desato pronto acabará con mi existencia. Jackson me toma por la barbilla para ver mi rostro, sus ojos cafés son tan penetrantes que a veces logran intimidarme.

— Eres una chica muy hermosa, puedes atraer a ti todo lo que desees, pues eres una diosa.

— Ja, ja, ja, creo que esas cervezas te han vuelto loco.

— Pues no lo estoy, solo digo lo que pienso.

— Jackson sé que eres mi amigo y quieres lo mejor para mí. Pero con palabras bonitas irreales no arreglaras nada.

— ¿Qué sabes tú sobre lo que siento?

— Bueno, solo intentas consolarme o cambiar mi forma de pensar a tu manera, no se... olvida todo.

— ¿Qué olvido?

— Déjame a mí con mi forma de pensar y yo respetaré la tuya.

— ¿Por qué no me dejas hacer otra cosa?

— ¿Cómo qué?

— Quiero hacerte mía ahora.

Otra realidad en la imaginaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora