20

2 1 0
                                    

Es increíble lo rápido que los días pasan, cruzan por encima de nosotros y muchas veces ni lo percibimos, ya pasaron cinco meses y muchas cosas han cambiado. Mamá nuevamente está de viaje, Lorena y mi padre contrajeron matrimonio y la mejor de todas las noticias del mundo entero, mi Jackson despertó.

Estos meses para mí fueron eternos, sin embargo me dejaron grandes lecciones, en esta vida todo puede ser posible si lo crees, siempre esperé a que Jackson vuelva otra vez, siempre estuve ahí.

— Buenos días mi Sascha hermosa.

— Buenos días amor de mi vida. Le planto unos ricos besos.

— ¿Cómo amaneció la mujer más hermosa de este mundo?

— Feliz amor, muy feliz porque ya estás aquí conmigo.

— Te amo amor.

— También te amo.

Mientras hago el desayuno Jackson se prepara para ir a trabajar, la felicidad me sale por los poros, tenerlo era todo lo que necesitaba para estar completa.

— Debo comer pronto amor, se me hizo tarde.

— Come tu desayuno amor, hoy tengo clases y quería saber si nos veremos esta noche.

— Por supuesto preciosa. Te amo debo irme.

— Cuídate amor, te amo.

Aprovecho estas horas a solas para estudiar y ponerme al día con las tareas, no he estudiado mucho después que estoy con Jackson aquí en casa, mis calificaciones han bajado un poco pero no es el fin del mundo.

Tomo el teléfono y reviso instagram, tengo varios mensajes pero opto por no contestar. De pronto me aparece una publicación de una tienda de lencería, creo que no es mala idea pasar por allí a comprar algunas cosas para jugar con Jackson este fin de semana, está decidido le haré una sorpresita.

Pongo en mi bolso los cuadernos no quiero olvidarlos, organizo un poco la casa y luego de una hora inicio a prepararme para ir a la universidad. A mí también se me hace tarde, corro hacia la estación y un carro blanco me toca bocina.

— ¡Ay no!, creo que es Ricardo. Continuo mi camino como si no hubiese visto nada. Pero el baja los cristales y me llama.

— ¡Sascha!, sube al auto puedo llevarte.

— No te preocupes, no quiero molestar.

— Vamos, que vas a molestar, sube.

— No me quedó otra opción que subir al auto.

— ¿Cómo estás preciosa?

— Muy bien, ¿y tú?

— Muy bien, me enteré de que Jackson despertó del coma, me alegro mucho por ti.

— Si, muchas gracias.

— ¿Por qué siento que me evitas?

— Lo siento Ricardo pero no quiero tener inconvenientes con mi novio, no es nada personal contigo.

— Siempre quise entrar un poco en tu vida pero nunca me dejaste, tan malo soy.

— Nada de eso Ricardo.

— ¿Aceptarías salir a comer algo conmigo cuando te sea posible?

— Lo pensaré.

— Necesito que me contestes ahora Sascha.

— Bien Ricardo, está bien. Pero sabes que se hará difícil para mí.

— Yo esperaré.

Ricardo me deja un beso muy cerca de mis labios y me quedo totalmente inmóvil, me quedo mirándolo fijamente sin decir una palabra, no entiendo porque hizo esto. Bajo del auto y corro a mi aula, me siento tan extraña ahora y solo pienso en Jackson.

Veo a Emma sola, al parecer los chicos hoy no vinieron.

— Amiga, ¿Qué hay?

— Siendo sincera Sascha acabo de llegar y ya quiero irme.

— ¿Qué sucede?

— No estoy de ánimos amiga solo eso.

— ¿Peleaste con Marcos?

— Creo que nuestra relación ya no da para más.

— Amiga no digas eso, si él te ama va a intentarlo las veces que sea.

— No lo sé.

— Claro amiga, vamos te invito un jugo.

— Vamos.

Salimos a la cafetería y le cuento a Emma los planes que tengo con Jackson este fin de semana, al menos logré que su ánimo subiera.

— Emma porque no haces lo mismo con Marcos.

— Iré a la tienda de lencería contigo, tal vez compre algunos juguetitos.

Reímos por largo rato hasta que apareció Ricardo.

— Está muy bueno el tema.

— Bastante, así que por favor retírate.

— Sascha, porque le hablas así.

— Casi me besa esta mañana, es un aprovechado.

— Sascha déjame hablar contigo.

— No tengo nada que hablar contigo Ricardo.

— Tomo a Emma de la mano y nos vamos al salón de clases, revisamos las publicaciones de la tienda para ir cuando terminen las clases.

Otra realidad en la imaginaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora