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Dormí profundamente hasta las 4 a.m. afortunadamente es domingo y no debo ir a clases. Apago mi teléfono porque no quiero hablar con nadie, enciendo la televisión para ver Netflix, selecciono una película de terror que finalmente terminó aburriéndome.

Me acuesto y cubro totalmente mi cuerpo con las sábanas para hundirme en lo más profundo de mis pensamientos. El protagonista de mi mente siempre es Jackson no puedo evitar pensar en él, tampoco eludir imaginaciones donde nuestros cuerpos se vuelven uno solo.

Cierro mis ojos para proyectar esas imaginaciones que me elevan a lo alto del cielo, esas que en seguida me transportan a flotar en la superficie de los siete mares, esas que me liberan como un pájaro que abre sus alas y vuela sin temor en el extenso cielo, apaciguada por las suaves caricias producidas por el maravilloso viento.

Estoy en una habitación vasta con unas ventanas enormes, me acerco para ver que muestran. Estoy frente a la vista más sensacional que he visto en toda mi vida, puedo contemplar las luces de la ciudad, acompañadas por un espectáculo de estrellas brillantes.

Me encuentro totalmente desnuda, cierro mis ojos para disfrutar de la serenidad que esta noche me obsequia, el viento juega con mi cabello, es increíble lo relajante que se siente este momento.

Siento unos suaves pasos detrás de mí, no volteo porque deseo que todo marche perfectamente. Su cuerpo está muy cerca del mío, siento su calor y su respiración. Sin enunciar una palabra Jackson me pone frente a él, me sujeta del cuello y me besa intensamente sin pausa, introduce su lengua en mi boca y estoy bastante excitada.

Me ahorca y me pega contra la pared mientras acaricia despacio cada parte de mi cuerpo, me toca el clítoris con fuerza mientras mira mis ojos fijamente, no puedo controlar mis gemidos y él me sonríe, Jackson va hacia mis pechos y los lame suavemente e introduce sus dedos en mi vagina. Estoy tan mojada, solo quiero que me penetre, mientras sus dedos hacen maravillas me retuerzo de placer. Cuando estoy a punto de llegar al orgasmo él se detiene como si fuese un pequeño juego.

Frunzo el ceño y él solo sonríe disfrutando de mi enojo. Jackson me levanta y me lleva al baño en sus brazos, se mete a la bañera invitándome a sentarme encima de él. Sin pensarlo me siento de frente a él y lo beso intensamente como si no fuese a verlo nunca más.

Jackson ordena que me ponga de pie, sigo todas sus peticiones sin queja alguna, me levanto, él separa mis piernas, lame mi clítoris como un perro sediento, mientras lo hace gime al igual que yo, lo continúa besando con locura haciéndome llegar al clímax.

Se pone de pie y su pene está erecto, me arrodillo para complacerlo con la magia de mi lengua atrevida, él me toma por el pelo para no dejarme escapar, me introduce su pene en la boca lo más profundo posible, casi no puedo respirar pero no niego que todo esto me encanta, lamo sin cesar hasta que mi boca se llena con su semen, el gime muy fuerte mientras me hala el cabello. Saboreo y tomo todo lo que quedó en mi boca. Nos quedamos sentados en la bañera abrazados como dos perfectos enamorados que se tienen en realidad.

Abro mis ojos y solo veo mi habitación, otro día en el que Jackson no está, no está su sonrisa, sus labios, su mirada, su cuerpo... solo mis imaginaciones, lo único que puedo hacer es esperar a que el tiempo decida qué pasará con ambos, pero mis esperanzas están muertas.

Suelo pensar que en la realidad jamás las cosas serían tan perfectas, pero sé que tampoco serían malas, pues por los menos lo tendría en mis brazos de verdad. Mis imaginaciones son las únicas herramientas que me ayudan a combatir esta amargura. Son las 6:15 a.m. es hora de dormir porque sé que mamá algún plan tendrá para mañana.

— Sascha ya es muy tarde levántate a ayudarme con la cocina.

— Ya voy mamá.

Enciendo mi teléfono y tengo tres llamadas perdidas de Jackson, le escribo por Whatsaap para dejarle saber que todo está bien. Entro al baño para asearme y luego ayudar a mi madre en lo que me pida.

Cocinamos, limpiamos un poco la casa y lavamos la ropa, casi cae la noche y le escribo a mi amiga Emma para invitarla a la plaza. Me dice que saldrá con su novio, mi domingo es un asco. Le escribo a Jackson y está con su novia ahora, pero aun así continúa escribiéndome, pero no quiero ser imprudente y lo dejo en paz.

Me siento muy cansada y solo quiero una ducha, mejor lleno la bañera con agua caliente para relajarme unos minutos.

Apoyo mi cabeza de la bañera, me recuesto y trato de olvidarme del mundo. Acaricio mi cuerpo lentamente, estoy tan relajada que siento que mi alma salió de mi cuerpo y se encuentra flotando en las nubes.

Cierro mis ojos mientras llevo mis manos lentamente a mis pechos, no sé por qué estoy haciendo esto pero lo necesito, me acaricio una y otra vez. Hace tiempo no estoy con un chico y quien mejor que yo para complacerme, sé lo que quiero y conozco cada parte de mí.

Una de mis manos ya está en mis entrepiernas, mis dedos suavemente hacen todo el trabajo. Mi piel se eriza y rápidamente tapo mi boca para evitar que mis gemidos sean escuchados.

Al fin tuve un orgasmo, mi cuerpo se siente libre. He complacido mis deseos sin esperar a alguien más, hace tiempo no conozco a alguien que me motive a tener siquiera una aventura.

Voy directo a la cama, las sábanas están frías y para mi es perfecto. Apago mi celular porque no quiero que absolutamente nadie interrumpa mis sueños, mañana será un día largo.

Otra realidad en la imaginaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora