NURU (El amo de la suerte).

Capítulo 9 (¿Cómo sabe que está muerto?)

Unas cuantas calles del centro de la capital de las flores un niño caminaba con la mirada en sus pies. Sus pasos son tambaleantes, frágiles. La noche muestra una brillamnte luna que alumbra todo sendero hasta una calle solitaria. En esa calle una pareja de novios disfrutan de la soledad del lugar para besarse con desbordante pasión. El niño pasó cerca de ellos llamando su atención por un segundos.

_¿Hey niño que haces sólo por aquí?

Preguntó la jovencita.

Pero el noño siguió caminando sin hacer caso a sus palabras. Se alejó a unos 100 metros de aquella parejas y luego se detuvo.  

_¿De quién será ese niño?

Preguntó la mujer a su campañante.

_No lo sé. Pero no es nuestro asunto.

Respondió despreocupado aquel amante y volvió a besar a su pareja.

De repente, un truerno retumbó espantando a los enamorados. La chica se puso nerviosa y el joven se mantuvo alaerta con ganas de salir corriendo. Miraban a aquel niño que permanecía inmóvil en la distancia mirando hacia la luna. Ni aquel repentino trueno logró hacerlo mover.

En ese momento, un estraño humo comenzó a surgir de la sombra del niño. La sombra dejó la forma del niño y se transformó en una gran silueta de brazos largos y manos en forma de garras. Los novios quedaron en silencio mirando lo que estaba pasando con la sombra del pequeño.

Entonces, el niño lanzó un grito que sonó como una rogido de alguna bestia. La imagen de la sombra mostró una sonrisa maligna. De pronto, los oídos del niño empezaron a sangrar.  Sus ojos se tornaron blancos como la leche. Extendió los brazos a la luna y luego dijo:
-- rà mi kuro ninu ara ti ki iṣe temi. ati pe ki a tun mi bi lẹẹkan si (Liberame de este cuerpo que no es el mío y déjame renacer una vez más).

Entonces, de su boca comenzó a salir una enorme serpiente de color rojo con negro. Los novios se asustaron y  corrieron de aquel lugar, mientras que el niño aún seguía vomitando aquella enorme culebra.

En ese momento, la sombra endemoniada y el humo que  envolvia a aquel pequeño comenzaron a desaparecer. Los novios mientras corrían asustados tropezaron con un señor que caminaba hacia la misma dirección en donde estaba el niño. Chocaron  con él  tirándolo al suelo.

_El niño. El niño.
Repitió la joven novia mientras se ponía de pie horrorizada, y siguió huyendo del lugar junto con su enamorado.

En ese momento, el niño cayó al suelo. La gran serpiente había salido completamente de su interior. Su dividida lengua rozó el rostro de aquel niño y luego comenzó a alejarse poco a poco hasta perderse en la oscuridad.

El hombre que había chocado con la pareja de novios  se puso de pie y limpió su pantalón.

_Esos jóvenes están locos.
Se dijo a sí mismo.

De que niño es que están hablando.

No le dio mucha importancia a lo que había pasado y siguió su camino. Minutos mas tarde, encontró a un niño tirado en el suelo y  fue ahí que comprendió todo.

Aquella pareja de novios habían encontrado a un niño muerto en la calle.

Caminó con prontitud a auxiliar al pequeño. Se acercó a él y lo acostó boca arriba. Puso sus dedos en el cuello del niño y no sintió el pulso. Tal ves estaba nervioso y no podía persivirlo bien. Puso sus oídos en el pecho de aquel moribundo niño y tampoco pudo escuchar los latidos de su corazón.

Aquel hombre se quedó de rodillas con sus dos manos en la cabeza. Respiró profundo . sacó su celular y marco al 911.

_Si 911.

_Le habla Alejandro  Segura. Estoy en la calle Fernanda Archiniega Chavez. Acabo de encontrar a un niño muerto.

_¿Como sabe que está muerto?
_No tiene pulso.

_Quedese en donde esta tenemos una abulancia cercana en la Pascual Hidalgo. Llegará en cuestiones de minutos.

_Esta bien los estaré esperando.