N O C H E 1[Parte 2]

32 3 0
                                    

Me llevo la punta del pulgar a la boca de manera inconsciente, observo a Dante que espera ansioso por una respuesta.

—No estoy entendiendo— digo al final —Esto de las tres noches son... ¿Qué son con exactitud? Porque creo que ayer no aclaramos nada.

Me muerdo el pulgar con más fuerza al darme cuenta de que he aceptado algo sin conocer los términos primero y quiero golpearme por ello.

—Pues— se rasca el mentón, acacha la cabeza y se queda en silencio por varios segundos —, es una instancia para conocernos básicamente y mientras hacemos eso podemos comer, bailar, tener sexo— murmura con complicidad y me guiña uno de sus hermosos ojos.

—¿No hay nada romántico de por medio? — indago.

—No, nada de amor. ¿Es qué creías que te estaba invitando a salir? — curiosea divertido.

Da un paso al frente recuperando su confianza y me pasa una mano por la cintura, en sus brazos soy tan pequeña que siento como su palma abarca casi la mitad de mi espalda.

—Solo quería que tuvieras las cosas claras.

Dante no se lo cree, su sonrisa de cazador aparece de nuevo, quitándome la respiración y amansándome en sus brazos. Trago saliva con dificultad cuando noto como su rostro se va acercando al mío hasta el punto en que nuestras narices se rozan, se relame los labios mojando mi boca en el proceso y causando estragos en mi cuerpo ante la caricia sutil pero obviamente intencionada. Espero ansiosa por la llegada del beso, todo mi cuerpo está preparado para ello y obligo a mis ojos a mantenerse abiertos sin querer perderme ningún detalle. Dante se hace de rogar, es un hombre fácil, pero demasiado juguetón y yo siempre estoy impaciente por tomar lo que quiero por lo que me hago cargo de la situación apoyando mis manos en sus mejillas cubiertas por una capa fina de barba y tiro de él hacia mí, nuestras bocas se estrellan y sus manos se tensan sobre mi espalda cuando le lamo los labios pidiendo permiso para entrar en esa cavidad húmeda, su lengua no tarda en encontrar la mía y dominarla para hacerla danzar a un ritmo exquisito que me pone todos los pelos de punta y me incita a presionar un poco más mi cuerpo contra el suyo.

Me raspa el labio inferior con los dientes, primero suavemente como si estuviera probando el camino antes de darme una mordida que me arranca un jadeo. Siento como uno de sus dedos comienza a colarse por debajo de mi camiseta y sé que debo apartarme porque estamos montando un espectáculo y porque estoy a un paso de comenzar a buscar más piel que tocar, pero no tengo la voluntad suficiente para apartarme de golpe, así que comienzo a retroceder de a poco, primero retiro mi lengua de su boca, luego bajo las manos que había subido hasta su nuca, así Dante entiende que debemos romper el beso.

Tomo una bocanada de aire, agradezco silenciosamente estar todavía entre sus brazos porque me veo incapaz de mantener en pie por mí misma.

—Tengo... mmh, yo— señalo mi espalda como si eso pudiera explicar algo de lo que quiero decir mientras jadeo, no ayuda para nada la sonrisa ladina y esa mirada sucia que me lanza cuando me paso el dorso de la mano para limpiarme la baba que ha dejado en mí —. Nos vemos.

Le digo antes de darme la vuelta y cruzar la calle, casi me atropellan por no haber visto antes de cruzar, pero mi desesperación por obtener un poco de aire y espacio es mayor. Escucho la carcajada de Dante así que camino más rápido queriendo esconderme detrás de la puerta lo más pronto posible para poder saltar, chillar y suspirar como realmente deseo después haber compartido tal beso. Joder, pero si hasta me tiemblan las piernas con cada paso que doy.

Apoyo la espalda contra la puerta de mi habitación y me recargo en ella por unos segundos, no el tiempo suficiente para calmar mi corazón, definitivamente, pero sí para recuperar la función total de mi cerebro que ahora nada en un mar de dopamina.

TentacionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora