Capítulo 4

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Júpiter.

- Entonces tengo que lograr que alguien me diga "Júpiter"

El chico a mi lado asintió.

- Y encima tiene que ser alguien vivo.

Volvió a asentir y esta vez  pasó caminando por delante mío, pero atravesandome.

- ¡¿Puedes dejar de hacer eso!?

Grite mirándolo mientras abría la puerta de mi casa.

- Lo siento, no me acostumbro a que puedas sentirme.

Bufe y rode los ojos.

- Niño Neil. - la señora Martha se encontraba en el sofá- Lo estoy esperando hace ya varias horas.

Mire el interior de la casa y note que estaba en silencio.

- ¿Paso algo?

Suspire adentrándome a la casa y tratando de evitar la voz que perseguía mi mente.

- Si, señor. Sus padres han estado esperándolo para decirle que se iban a ir de viaje por dos días.

Tomé el sobre que me extendió y frunci mi ceño.

- En cuanto a mi, me dijieron que me tome esos días. Que usted estaría bien sin mi.

Abrí el sobre y en el había un folleto que me explicaba a donde fueron.

África. Fueron a llevar reservas y a tratar a los niños más pobres. Según el foyeto iban a vacunar a las personas en situación deplorable.

Asenti y sonreí a la señora que me conocía desde que era muy pequeño.

- Estaré bien. Nos vemos en dos días entonces.

Ella sonrió y dejo un beso en mi frente antes de salir de la casa.

- Esa es tu...

- ¿Te importa?

Dije al escuchar su voz y rogando por un segundo de privacidad.

Alzó sus manos e ignorandolo comencé a caminar hacia mi cocina. Me serví un vaso con agua y por impulso le pregunté si quería.

Lo sé, algo muy estúpido.

- Es broma, ¿cierto?

No pude evitar reír.

- Lo siento, es la costumbre.

Él rió conmigo y luego noté como desapareció de mi campo de visión.

- Que bonita casa. -escuché a lo lejos-

- Gracias.

Fue lo único que pude responder para luego ir hacia él.

- ¿Podrías quitarme algunas dudas?

Él asintió mientras comenzaba a subir las escaleras.

- ¿Hace cuanto estas en ese mundo?

- Tal vez, dos o tres días en tiempo de vivo.

Su respuesta me hizo fruncir mi ceño. Comencé a subir las escaleras detrás de él.

- ¿Tiempo de vivos?

- Claro. Para lo que ustedes son días para nosotros semanas.

Quedé impactado. Todos los días se aprende algo nuevo, quien lo diría.

- ¿Porqué eres al único que escucho?

Volteó a verme y fruncio su ceño en un gesto de confusión.

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