┅ Summertime Sadness ┅ CLOUIS ⟪ ShortFic / AU ⟫

【 ０６ 】 Your home is in my arms

Desde ya hace tres años, incluso aún hoy en día... la ventana de la habitación de Clementine permanece abierta durante la noche.

No con la intención que cualquiera pensaría, pues lo más lógico sería culpar al insufrible calor arrasando las temperaturas del clima veraniego, aquél que enardece las superficies de metal y provoca molestias a la hora de dormir. Pero no... sus motivos estaban lejos de entrar en la lista de lo usual; abrir la ventana de noche se convirtió casi en un ritual para ella, una costumbre de la que su corazón no le permite desprenderse... a pesar de que en la triste actualidad, mantenerla se ha quedado sin validez alguna.

Y sí, también de sentido racional.

Era extraño cómo sucedían las cosas, podían desencadenarse desde un simple error, hasta un gran accidente. Fue algo que el tiempo le ha inculcado en su aprendizaje, una especie de advertencia que el destino quiso mostrarle de antemano a las desdichas que terminaron ocurriendo en su joven vida. Acabó entendiendo por las malas que su mayor error fue dejar ir a su novio, y ahora... ajustarse a los sucesos del presente parece simplemente una tarea imposible de cumplir, ardua, complicada... y que le duele horrores no tener la voluntad de ambientarla a su ritmo normal.

Porque podía haber pasado un año desde su fallecimiento, pero la ventana de Clementine aún seguía abierta para Louis. Le emociona la idea de ver sus rastas asomarse desde el marco, sus pequitas haciendo juego con el resplandor de las estrellas en el cielo, sus mejillas bañadas en lágrimas o los hoyuelos de su sonrisa entusiasta. 

Al mismo tiempo, que esta situación la tenía harta.

Estaba harta de levantarse a las dos de la madrugada y que la única invitación fuera la del viento, harta de sentarse a esperar por horas y horas a alguien que en el fondo es consciente de que no vendrá. No es permisible, va contra las leyes del universo, porque Louis se encuentra ahora en otro plano de la existencia, una especie de mundo paralelo en el que su alma deambula junto a otras por el camino eterno... y ella aún ahí como una ingenua, esperando la llegada del chico de su vida, esperando inútilmente su regreso.

Esperando avistar su silueta a lo lejos, esperando que se fugara de la casa de sus padres con el rostro lloroso y el olor a tabaco en su ropa, esperando que trepara por la enredadera de su casa y se colara de lleno en su cuarto, que se metiera a la cama con ella, tan sólo esperando.

¿Pero esperando qué cosa exactamente? ¿Una señal? ¿Algún indicio de que la vía al otro lado era más corta de lo que creía?

A veces se sentía tonta por conservar éste hábito tan superfluo, que desde un punto de vista razonable merecía ser catalogado como tal. Únicamente ella y la silenciosa penumbra de la noche tenían conocimiento de la consecuente maña de la chica, un peligro letal para su salud psicológica... pero maldita sea, vaya que era un remedio fructuoso para el dolor y la melancolía bastante frecuente a esas horas, casi era como si el pasado fuese rebobinado, las ansias de tener a Louis en sus brazos una vez más todavía permanecen ahí, puede sentirla en cada profundo latido.

Pero claro que todo lo rosa iba a tener sus salpicaduras en gris, las visitas nocturnas de su novio nunca representaron el esquema de las típicas locuras de adolescente, no... absoluta y rotundamente no... pues el motivo de las mismas, las razones que incentivaban a Louis a huir de su casa e irrumpir a media noche en la de los Everett... cualquiera que se colocara en los zapatos de Clementine acabaría con el cuerpo estremecido y el pecho crepitando de la congoja.

Era malditamente injusto que una vida tan joven tuviera que pasar por semejante ludibrio, malditamente injusto.

Y la chica en lugar de amarlas... había comenzado a adquirirles cierta aversión, varios meses después de la primera vez, aquella que desataría la más escabrosa costumbre dentro de su relación.