Encerrados [TodoDeku] - BNHA

Día 6. Hora 8.

Cuando su despertador sonó aquella madrugada, Midoriya le dio un puñetazo tan fuerte que lo hizo volar de su mesita de noche.

No había pegado el ojo desde las tres de la madrugada. Porque...

El momento había llegado.

Midoriya no era un verdadero creyente, pero el extraño sonido que le hizo saltar de la cama a una hora tan inusual le aceleró el corazón con terror.

Las trompetas del Apocalipsis se escucharon por todo el cielo de Musutafu.

Y lo primero que Midoriya hizo, fue lloriquear a todo pulmón bajo su almohada.

—¡No puedo morirme virgen...! —hipó histérico—. ¡Y todavía no se ha estrenado la segunda temporada de Gran Torino On Ice...!

Tampoco ayudaba que, en cuanto se asomó a su ventana, había un brillante cartel con preciosas letras esperándole al otro lado:

¿Escuchaste eso anoche?

T.

Genial. Midoriya no se lo había imaginado. Maravilloso.

El mundo de verdad estaba al borde del Apocalipsis.

Entrar a los periódicos locales y redes sociales tampoco estaba siendo de ninguna ayuda, ya que en todos compartían videos de la noche anterior inundada por los extraños sonidos de trompetas que nadie era capaz de identificar.

Muy pronto, el altísimo bajaría en su nube y se llevaría a los fieles. A los pecadores los dejaría ardiendo en una olla gigante de ramen bajo las garras de Satanás, seguramente.

Y Midoriya sabía muy bien que pensar en miembros masculinos e ignorar la biblia para leer el nuevo tomo de Orumaito no Yaiba le conseguiría un pase directo al infierno.

Pero él no podía negar lo que sentía. La única diosa a la que respondía era All Might Gaga, y el dios de los cielos podía irse a freír espárragos. Dejó a sus seguidores durante más de cinco mil años sufriendo en el planeta Tierra, y ni siquiera se le ocurrió recurrir a su magia todopoderosa para salvarlos del sufrimiento.

Seguramente Satanás sería más considerado.

Escribió una rápida respuesta que colgó en su ventana antes de irse a dar una ducha tibia que seguramente iba a relajarlo.

Pero, alerta de spoiler, Midoriya solo podía pensar en la olla gigante de ramen para pecadores.

Cuando regresó, vio que su pequeño cartel ya tenía su respuesta. El suyo decía algo muy simple y que intentaba calmar a Todoroki —o, más bien, quería calmarse a sí mismo.

¡Jaja! Seguramente eran las bocinas de un algún avión. Casi no las sentí porque dormí como un bebé.

M.