Silhouette [2] ➳ Fred Weasley

iii. iii

❝We're together in this.❞

El practicar con las voces se convirtió en su pasatiempo mientras estaba en la casa de los Black. El esfuerzo que ponía en poder escuchar a las voces resultaba siempre en algo rompiéndose a su alrededor, pero siendo reparado por el elfo doméstico que resultó ser todo lo contrario a lo que Sirius había dicho de él.

Kreacher solía mantenerse cerca de Nina cuando practicaba, para ella no le resultaba molesto su presencia pues para sorpresa de ella y del resto que visitaba aquella casa este soltaba palabras alentadoras hacia su persona mientras con un chasquido de sus dedos reparaba lo que haya roto, ella siempre se disculpaba y decía que podía repararlo sola pero el elfo se negaba a que lo hiciera.

Aquella mañana luego de haber estado junto a Kreacher practicando decidió bajar a la planta inferior para unirse a su hermano en un juego de cartas. Al salir de la habitación escuchó en la lejanía unos gritos.

Desde que los hermanos Thompson estaban Grimmauld Place podían escuchar de vez en cuando los gritos que emitía el retrato de Walburga Black, Sirius les habló muy rápido sobre lo molesto que resultaba el cuadro de aquella mujer, Nina en cambio encontró interesante la manera en que hechizó su cuadro para no ser sacado de aquella pared, de hecho, era admirable aquello que las ganas de aprender aquel hechizo se apoderaban de ella.

Al bajar las escaleras Nina descubrió cual era el problema del retrato, la manta que cubría a la mujer de cabellos grises y mirada desquiciada se había caído. Kreacher siempre aparecía rápidamente cuando esto ocurría para que así la mujer dejara de gritar, pero esta vez se callaron ante la presencia de Nina. Los ojos claros que poseía el elfo doméstico observaron detrás él y luego se enfocó también en la recién llegada, mientras la mirada de este se encontraba aún en ella sus dedos chasquearon colocando automáticamente la manta.

— ¿Has servido por mucho tiempo a la familia Black, Kreacher? —preguntó luego de que el cuadro fuera cubierto y Kreacher susurrara algunas palabras inaudibles para la fémina dentro de él.

— He visto nacer, crecer y morir a cada uno. —respondió— Mi ama fue la última que quedó, hasta que el amo Sirius regresó.

— No te agrada mucho, ¿cierto?

— Mi lealtad está con los Black, el amo Sirius sigue siendo uno aun cuando fue repudiado. Seguiré sirviendo hasta que el último Black en esta casa muera.

— Creí que Sirius era el último. —murmuró notablemente confundida debido a una conversación previa, el elfo se acercó lentamente a la chica y abrió su boca para decir algo, pero no pudo emitir ninguna palabra ante la llegada de Sirius.

— Kreacher sal de aquí. —ordenó y este salió de la estancia.

— Teníamos una conversación, Sirius. —reprochó la menor cruzándose de brazos— Y fuiste muy descortés con Kreacher.