Una sorpresa pelirroja

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Un video se abrió ante nosotros. Le di al play. Era mi habitación. Allí estaban, mis cojines, mis posters, mis discos... Era inconfundible. Era la grabación de la cámaras de seguridad de Williams.

De pronto, en el video, entraba yo. Reconocí esa ropa, aquello era mi primer día en la casa. Era de noche, y en la imagen se vio como me iba desnudando para poner el pijama.

-L-Laineria quizás no deberíamos estar viendo esto- Dijo Nathaniel.

-Da igual, no es nada que no hayais visto- respondí, sin apartar la mirada de la pantalla.

Tan pronto como acabé de ponerme el pijama en el vídeo, la pantalla se puso en negro y apareció un mensaje "Si no vuelves a casa, publicaré esto en internet"

Y todo terminó de tener sentido, esto era lo que Castiel había recibido el día en el que me dejo sola en el callejón. Esta era la amenaza que lo mantenía encarcelado en casa.

-Nathaniel, hay que ir y romper las cintas de seguridad. Si no tiene esto, nada tendrá bajo amenaza a Castiel. Tiene que estar en el cuarto de seguridad, donde está tu hermana.- le dije. A lo que el seriamente asintió.

-¿Pero como vamos a volver a entrar allí? Va a ser como entrar en la boca del lobo.- Me contestó el rubio.

-No lo se, pero hay que encontrar la manera. Yo antes tengo una cosa que hacer. Tendré cuidado, no os preocupéis. - dije, saliendo por la puerta.

Recorriendo los callejones, pude avanzar sin ser vista. Rápidamente, llegué a mi destino. La casa de Violeta.

Llamé a la puerta. Y tras un poco de insistencia la cara de sorpresa de Violeta me recibió.

Le pregunté como estaba y parecía estar bien. Le conté que había visto lo que tenía en el pen. Ella se veía nerviosa.

-Laineria como te encuentren aquí... Estoy acabada, no deberías quedarte mucho rato - me dijo ella.

-Violeta... ¿Con que ha conseguido Williams extorsionarte? ¿Con que te amenaza?- le pregunté, con verdadera preocupación.

-Verás Lai... -comenzó ella- esto no es fácil de contar, es un secreto que guardo a toda costa pero... Williams ha sido capaz de llegar hasta él. Tiene los papeles del juicio guardados en el clasificador, me los enseñó. -Ella hizo un silencio y lo respeté, se veia que necesitaba tiempo para contarme que pasó. -Verás, cuando yo era pequeña, una noche, mi padre disparó a mi madre a sangre fría. Despistado, y sin pensar que su hija de 5 años haría nada, dejo el arma en el suelo. Yo la cogí y le disparé a él. Y por eso soy huérfana. Yo maté a mi padre por matar a mi madre.- me terminó de contar con los ojos húmedos.

-Violeta... Lamento mucho oir eso, pero sabes que yo no te voy a juzgar ¿Verdad?- le dije.

Ambas nos abrazamos y nos dimos las gracias.

-Mira no te voy a pedir que vengas, pero si voy a pedirte tu ayuda. Desde aquí, no tendrás que salir de casa. Si ayudas, yo prometo desacerme de los papeles del juicio de su clasificador.- le propuse.

Estaba inquieta, pero aceptó. Se lo agradecí muchas veces, y pasé a explicarle su parte en el plan. Era un plan B, por si algo salía mal. Una última opción a un precio muy alto...