Una sorpresa pelirroja

La Verdad

A Amber le costó reconocernos, las pelucas y el maquillaje no ayudaron. Pero el problema real era su estado de consciencia, estaba ida y desorientada.

Violeta y yo llorabamos ante ella, por el shock de haberla recuperado, sobre todo Violeta, quien habia estado cargando con la culpa de haber sido la que disparó la bala.

-Chicas... No podéis estar aquí... Si el os encuentra... - Jadeaba Amber, con todo su esfuerzo.

-Tu te vienes con nosotras, pero antes rescataremos a Castiel también. - Le dijo Violeta, todavía llorando, mientras le colocaba el pelo a Amber en signo de cariño.

-Amber tenemos que enfrentarnos a el, tenemos que rescatar a Castiel y ahora también a ti. Por favor dinos todo lo que sepas ¿Como has llegado aquí? - Le rogue, acercándome a ella mientras le cogía las manos.

-Está bien... - comenzó Amber- Ambas sabéis que no he sido buena persona... Sobre todo tu Violeta... E ignore cosas horribles que pasaban y que sabía que pasaban... Por puro egoismo. Pero en realidad... Mi mayor delito es solo uno... Todo proviene de ahí... Yo... Me enamoré- dijo Amber, con la voz quebrada.

Violeta y yo nos miramos, sin entender nada.

-Tienes que decirnos de quien - le dijo Violeta, insistente.

-En realidad... Es lógico... ¿Por qué iba a tener yo todo lo que quería? ¿Por qué era la reina de aquel instituto? El... El me lo daba todo...- dijo Amber, entre lágrimas.

-¿Te enamoraste de Williams? ¿Te enamoraste del director de la escuela? - le preguntó Violeta, con agitación.

-Si... Pero más alla... Éramos amantes.- El silencio se hizo entre nosotras. Violeta y yo no dábamos credito a sus palabras.

-Cuando lo tienes todo - siguió Amber- quieres más. El me lo daba todo, hasta que me dio mi primer no... Yo le pedí una pistola, sabiendo sus trapos sucios. Pero el me la negó... Yo no pude aceptarlo. Por eso le pedí a Nathaniel que amenazase a Castiel para que me consiguiese una... -suspiro Amber - Es irónico, la misma pistola que casi acaba con mi vida...- susurró.

Ahora muchas cosas encajaban. Era como si el puzle empezase a tomar forma. Pero algo no encajaba.

-¿Y como llegaste aquí? - pregunté, ansiosa de una respuesta.

-El... Lainera... El lo sabe todo. El supo lo que habíais hecho... El supo que yo estaba allí... El vino aquella noche y me sacó de allí. Pero lejos de anunciar que estaba viva y llevarme con mi familia, me encerró aquí. Fui operada por un médico del mercado negro aquí mismo, y me tiene aquí secuestrada, con unas altas dosis de una sustancia... Que es la que me hace no pensar con claridad...- dijo Amber usando sus últimas fuerzas.

Amber cerró los ojos, sus energías se habían agotado al contarnos todo aquello.

-Entonces... ¿Como diablos supo lo que pasó? ¿Como supo que estaba allí?- exclamaba Violeta.

-Solo se me ocurre una manera... Y soy hay una manera de solucionarlo.- dije yo, mirando a Violeta. -Estoy segura de que la clave está en esta habitación, solo hay que encontrarla.