Capítulo 4

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Ariel

Escucho el despertador en la mesita de al lado de la cama, me levanto y lo apago. Voy a la ventana y me estiro, recuerdo que hoy empiezo mi primer día de trabajo, tengo que hacerlo bien y no defraudar al señor Alexander que a sido muy bueno conmigo.

Ayer estuve casi todo el día recorriendo Nueva York es más hermosa de lo que había imaginado.

Me voy directamente a la ducha y me relajo unos minutos, después voy a mi armario que esta lleno de ropa que compre ayer y elijo algo sencillo pero formal. Me pongo un pantalón alto negro con un saco de color negro y unos tacones a juego. Yo creo que de verdad tengo un problema con el negro.

Me maquillo un poco algo natural ya que no me gusta mucho estropear mi piel

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Me maquillo un poco algo natural ya que no me gusta mucho estropear mi piel. Cuando estoy lista cojo mi bolso y bajo al estacionamiento buscando el auto que me dio el señor Alexander y cuando lego a el no creo lo que ven mis ojos es un Range Rover negro mate. Creo que hasta el señor Alexander se dio cuenta de que me encanta en negro.

 Creo que hasta el señor Alexander se dio cuenta de que me encanta en negro

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Introduzco la dirección en el GPS y conduzco hasta la empresa. Una vez llego estaciono el auto y me dirijo al primer piso buscando la recepción, una vez la encuentro me dirijo hasta ella. Cuando llego veo que se encuentra una rubia y veo en sus ojos algo que no me gusta nada.

-En que puedo ayudarla?- me dice escaneándome con la mirada.

-Buenos días para usted también- le digo- Tengo una cita con el señor Alexander Williams.

-Espere y lo confirmo- dice, la veo que toma el teléfono y hablar, pone una cara de sorpresa y me vuelve a ver furiosa- si señor- dice y cuelga- puede seguir es el piso 30.

-Gracias.

Camino hasta el ascensor, me adentro y selecciono el número que me dijo la chica. Una vez llego veo que el piso es bastante amplio y muy bonito, camino hasta una mesa donde se encuentra una morena joven la cual me sonríe cuando me ve.

-Buenos días, el señor Alexander me esta esperando- digo.

-Buenos días, Ariel Smith?- pregunta.

-Sí.

-Siga el señor la espera.

Sigo mi camino hasta una puerta enorme de roble y toco la puerta.

Lo eres todo para miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora