Capítulo 14

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César

Cuando por fin le dan el alta a Ariel ella quiere irse a casa pero yo me opongo rotundamente a que se valla sola así que vivirá conmigo hasta que nos casemos.

-No quiero molestarte- dice.

-No me molestaras, ahora eres mi novia- aunque no por mucho pienso- y ademas quiero cuidarte y protegerte.

-Novia?- dice haciendo un puchero- no recuerdo que me lo hallas pedido-sonríe

Se que tiene razón pero mi proposición sera diferente.

-Solo quiero cuidarte por favor, si?- le digo.

Ariel

-Esta bien, pero solo hasta que me recupere- el asiente feliz con la cabeza y nos vamos.

Nos subimos al auto y el va mirando por la ventana mientras que yo voy observándolo a él, mi novio, todavía no me termino de creer que eso sea cierto, siento como se me van cerrando los ojos poco a poco hasta que caigo en los brazos de Morfeo.

Siento que el auto se detiene de repente y es cuando voy abriendo los ojos, frente a mi hay una hermosa casa de color crema con techos negros preciosa.

-Bienvenida a mi casa- dice César mientras me toma del brazo con cuidado, nos adentramos en la casa pero me encuentro muy cansada para detenerme a observarla, antes de que me de cuenta me quedo dormida otra vez

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-Bienvenida a mi casa- dice César mientras me toma del brazo con cuidado, nos adentramos en la casa pero me encuentro muy cansada para detenerme a observarla, antes de que me de cuenta me quedo dormida otra vez.

Siento mucha calor y tengo unas ganas horribles de ir al baño, trato de levantarme pero algo me lo impide, me doy cuenta de que un brazo esta rodeando mi cintura y siento una respiración en mi cuello y me doy cuenta de que se trata de César, con mucho cuidado quito su brazo para no despertarlo, lo observo dormir. Pobre no se a despertado de mi desde que mi padre me ataco, debe de estar cansado.

Me fijo en la habitación y es mu hermosa pero un poco fría y sin vida. Camino por la habitación buscando el bendito baño, abro la primera puerta que me encuentro y veo que es el vestidor muy pero que muy grande y esta lleno de trajes de hombre. Es cuando caigo en la cuenta de que estoy en la habitación de César.

Cuando encuentro el baño hago mis necesidades y vuelvo a la cama con él, pero al acostarme el abre los ojos

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Cuando encuentro el baño hago mis necesidades y vuelvo a la cama con él, pero al acostarme el abre los ojos.

-Buenos días, como dormiste?- pregunta medio adormilado, pero yo solo puedo ver lo atractivo que se ve recién levantado. Limipiate la baba, dice una molesta voz en mi cabeza.

-Buenos días, la verdad es que bastante bien, la medicina me deja noqueada y después me duermo y no me entero de nada- el rie divertido.

Ya han pasado unas semanas desde que salí del hospital en las cuales he estado viviendo con César. Por fin estoy recuperada del todo, hace dos días que el señor se fue de viaje con su mujer y Natalia se fue para Milan por trabajo. Me paso el mayor tiempo en la casa y algunas veces viene Brenda con Benjamin a visitarme.

Ya estamos en invierno y dentro de poco una semana sera acción de gracias, la verdad es que el tiempo a pasado demasiado rápido no me di cuenta de en que momento mi vida cambio tanto. Salí del infierno en el que vivía y ese a sido mi mayor logro. Estoy perdida en mis pensamientos cuando de repente siento unas manos en mi cintura.

-En que piensas?- pregunta César dejado un regadero de besos desde mi lóbulo hasta mi cuello, lo que hacer que el deseo empiece a crecer en mi interior.

-En que debería de adornar la casa, ya que pronto llegara navidad- le digo suave.

-Que curioso que digas eso por que mira- dic y me muestra el árbol de navidad y un montón de cajas en el suelo.

-En que momento has traído todo esto?- pregunto asombrada.

-Mientras estabas en tu mundo, me ayudas?-pide.

El resto de la tarde nos la pasamos adornando la casa, ponemos luces, las guirnaldas... cuando son la una de la madrugada encendemos el árbol el cual ya esta decorado.

-Valla que toda la casa a quedado preciosa.-dice.

-Gracias por permitirme hacer esto contigo- tomo fuerzas y le digo- me gustaría volver a trabajar.

-La espero en dos días señorita- me dice tomándome en brazos, comienza a besarme suavemente pero poco a poco el beso se va intensificando y cargado de sensualidad, le rodeo el cuello con mis brazos y o atraigo mas a mi. Siento que caminamos y noto como mi espalda toca algo blando.

-Quieres hacerlo?- me pregunta, estoy completamente segura de que quiero entregarme a él.

-Si, pero antes tienes que saber que...-me sonrojo de repente.

-Que?-pregunta mirándome.

-Soy...soy...virgen- él me ve y veo en sus ojos orgullo y felicidad.

Poco a poco comenzamos a desnudarnos, cuando me quita el sujetador, me cubro pero el con delicadeza me quita los brazos.

-No sientas vergüenza y menos conmigo- asiento con la cabeza y lo beso, él se quita el pantalón y me quedo asombrada por ver el bulto que se forma, me va quitando las bragas dejándome desnuda frente a él.

-Sere cuidadoso, lo prometo- me reconforta, yo solo asiento con la cabeza.

Lo eres todo para miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora