Ariel
No puedo creer lo que acabo de hacerle a mi futuro jefe, trato de calmarme mientras voy a la oficina del señor Alexander. Cuando llego toco y escucho un adelante y luego entro, me siento siento en frente de él.
-Usted dira señor- le digo.
-Espera un momento hasta que llegue mi hijo- me tenso al escucharle decir eso- Saliste a conocer Nueva York?- me pregunta.
-Si, el domingo fui a recorren un poco esta linda ciudad y el sábado me instale y compre lo necesario.
-Pero si no gastaste casi nada del dinero que te di de la tarjeta- me dice.
-Al contrario, creo que me pase un poco comprando.
-Te confieso que me sorprendí al ver que gastaste tan poco en un ropero entero, mi hija gasta eso en un bolso de Prada.- dice sonriendo.
-Siempre soñé con comprarme uno de esos, pero me siento feliz con todo lo que he comprado, puede que no sea costoso ni de marca pero me siento cómoda con ello.
-Eso es lo que importa, cariño. Sabes que cuentas conmigo para todo lo que necesites.
-Gracias de verdad por todo lo que ha echo por mi.-le digo sincera.
-Sabes que no me importa.- me dice mirándome fijamente- Ya estas mejor? O sigues con las pesadillas? Puede dormir bien?- me pregunta preocupado.
-Aun no duermo mucho, pero me siento mucho mejor, gracias- le digo bajando la mirada.
-No hay de que mi niña.- dice con cariño.
-Perdón que los interrumpa pero tenemos trabajo que hacer- dice César entrando a la oficina y sentándose a mi lado.En que momento entro?
-Tienes razón hijo- dice el señor Alexander- casi lo olvido dice extendiéndome una caja. La abro y dentro hay un iPad y un MacBook Pro.- es tu herramienta de trabajo.
-Gracias.
Durante toda la mañana nos la pasamos preparando acuerdos y cláusulas también el contrato de asociación, y poniendo fecha para la fiesta que se hará para que conozcan el cambio de administración de Williams Enterprise. También hablamos de lo que me tocara hacer mientras el señor Alexander siga aquí y de lo que me tocara hacer cuando se vaya y quede con César. Durante toda la reunión siento la mirada de César sobre mí. Cuando me doy cuenta ya son la una y media y es hora del almuerzo.
-Si no hay nada mas que hacer me gustaría ir a tomar mi hora del almuerzo- digo.
-Valla que tarde es, se nos a pasado el tiempo volando- dice el señor Alexander- quieres que vayamos a almorzar?- pregunta.
-Gracias por la oferta pero ya me han invitado- digo apenada.
-Eso me parece bien mi niña, ve y diviértete, nos vemos al rato- me dice. Tomo mi bolso y salgo para ir al ascensor y pulsar al primer piso donde me espera Frank. Cuando estoy en el ascensor y antes de que se cierren las puertas veo a César fulminando con la mirada. Si que me odia, pienso.
Cuando llego al primer piso veo a Frank que me espera con una sonrisa.
-Donde te gustaría comer?- me pregunta.
-No se- digo- Hay algún Mac Donald's por aquí?- le pregunto
-Claro, a dos calles de aquí, vamos- caminamos hasta allí, me siento extraña ya que somos los únicos vestidos elegantes.
Ordenamos lo que vamos a comer y nos sementamos cerca de una ventana.
-Bueno cuéntame de tu vida- me pregunta Frank.
-No hay mucho que contar, hace unos días que llegue y hoy empece a trabajar en la empresa- digo dandole un bocado a mi hamburguesa.
-Así de simple?- me pregunta.
-Así de simple- le contesto. Seguímos hablando un rato. Me cuenta que es hijo único, tiene 29 años y lleva trabajando en la empresa tres años.
Hablamos de cosas triviales, hay veces me hace reír cuando me cuenta chistes malos y caminamos a la empresa de vuelta, me cuenta anécdotas de cuando era pequeño. Cuando llegamos el señor Alexander y César nos miran, este último me mira furioso.
-Ariel, como estuvo tu almuerzo?- me pregunta el señor Alexander con una sonrisa.
-Bien y muy divertido- le digo con una sonrisa sincera- señor Alexander le presento a Frank Brow de recursos humanos.
-Es un placer muchacho. Dice el señor Alexander extendiéndole la mano
-El placer es todo mío- dice Frank estrechado su mano. Caminamos hasta el ascensor y Frank se dirige por otro lado.
Mientras vamos en el ascensor el señor Alexander me agarra de las manos y me hace mirarle.
-Me alegra verte tan bien y contenta.- me dice sincero.
-Ni yo me reconozco. Pero me siento bien y muy agradecida con este por sacarme de ese infierno de donde me encontró.- le digo abrazando le, justo en ese momento las puertas se abren y enfrente se encuentra César que al vernos así, nos mira aniquilándonos.
-Valla papá, no sabia que te gustaban tan jóvenes- dice furioso.
-Respétame que soy tu padre.
-Como te voy a respetar si veo como engañas a mi madre con esta...- me mira de arriba a abajo con desprecio- mujerzuela.
El señor Alexander levanta su mano para golpearlo, pero yo se lo impido.
-Déjelo señor, no sabe lo que dice.- baja la mirada hasta mi y me mira preocupado ya que en mis ojos solo hay dolor.
-Vamos a la oficina Ariel- dice el señor Alexander- y tu vuelve mañana cuando estes mas calmado y dejes de pensar en cosas que no son- le dice enojado a su hijo.
-Eso, defiendela a ella que solo quiere quitarte todo tu dinero- dice y ya no aguanto mas y me quiebro por completo.
-Que lastima que sus padres hayan perdido tanto dinero en su educación ya que parece que no aprendió nada. Con permiso- salgo de allí casi corriendo y me meto en el baño de mujeres.
Me miro en el espejo y en mis ojos veo que están rojos de aguantar las ganas de llorar, no puedo ser tan débil. El señor Alexander y yo no hacemos nada malo, no sé porque le doy importancia a lo que me dice su hijo. Después de unos minutos respiro hondo y salgo del baño.
-Vamos Ariel, esto no es nada al infierno que pasaste en Detroit- me animo yo sola. Voy sumergida en mis pensamiento que no me doy cuenta cuando choco con alguien.
-Lo siento- digo y cuando levanto la mirada me quedo sin aliento al ver al hombre que tengo enfrente de mí.
Es un chico bastante alto en sus 28 años, cabello castaño, ojos color avellana y con barba que lo hacen ver más guapo y imponente. Creo que me quede una hora observándolo.
-No pasa nada- dice sonriéndome y enseñándome sus dientes blancos y perfectos- por cierto soy Benjamin.
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Lo eres todo para mi
RomanceAriel Smith es una chica tímida y reservada, estudia en una universidad de Detroit a escondidas de su padre. Nunca pensó que podría escapar de él pero gracias a un ángle consigue lo que siempre soñó y empezar una vida lejos de su padre y de la cuida...