Capítulo 10

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César

-Podría traerme un botiquín por favor- la escucho decir a uno de los camareros que se encuentra alrededor.

Siento que me toma del brazo y me lleva con ella. Me encuentro distraído y aun no se lo que esta pasando.

-Ariel, que pasa?-le pregunto y ella se voltea a verme y veo que en sus ojos se están llenando de lágrimas.

-No te duele?-me pregunta con su dulce voz a punto de quebrarse.

-El que?- y ella me levanta la mano con cuidado y es cuando veo el por que de de su mirada y sus lágrimas. Mi mano se encuentra llena de sangre y con pequeños trocitos de cristales.

Nos quedamos un rato observándonos mutuamente hasta que escucho.

-Señorita aquí tiene el botiquín- le dice un joven entregándole el pequeño botiquín.

-Gracias- le contesta ella.

Vuelve a tomarme de la mano mientras caminamos, nos adentramos a un pequeño salón vacío al lado de donde estábamos. Me siente en un silla y ella se sienta enfrente de mí sacando del botiquín lo que necesita para curarme.

Primero me limpia la herida y quita los cristales con cuidado de no hacerme daño, observo mi mano y veo que tengo varios cortes. Valla si que estaba enojado, pienso. Pero lo volvería ha hacer una y otra vez si es ella la que va a curar mis heridas.

-Cual es el diagnóstico? Sobreviviré?- le digo divertido, ella levanta la mirada y me quedo hipnotizado con sus hermosos ojos.

-Por esta noche si- me regala una hermosa sonrisa y me prometo a mi mismo hacerla sonreír mas seguido.

Una vez termina de vendarme la mano volvemos a la fiesta, mi padre nos ve regresar y se acerca a nosotros con una sonrisa maliciosa en el rostro.

-Ya veo que te curaron- dice sonriendo.

-Si, tuve una buena doctora- la observo y veo como se sonroja un poco.

-Permiso- dice y trata de irse pero la agarro del brazo deteniéndola.

-Bailamos?- le pregunto y ella asiente con la cabeza mientras se muerde el labio inferior.

Caminamos hasta la pista y en ese momento empieza a sonar una pieza de Ed Sheeran, ella se vuelve a verme y me doy cuenta de que estamos muy cerca el uno del otro

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Caminamos hasta la pista y en ese momento empieza a sonar una pieza de Ed Sheeran, ella se vuelve a verme y me doy cuenta de que estamos muy cerca el uno del otro. Mientras bailamos siento como si solo estuviéramos ella y yo, no puedo apartar mis ojos de ella, me siento hipnotizado.

-Me dejaras pedirte disculpas algún día?- le pregunto.

-Quizás algún día- dice con una sonrisa tímida.

-Que tal mañana?- la observo directamente a los ojos.- Te invitó a cenar.- le ofrezco.

-Esta bien- acepta separándose de mi y es cuando me doy cuenta de que la canción a terminado.

La veo dirigirse hacia mi madre y hermana, las veo hablar cómodamente, mientras la observo fascinado siento que alguien se para justo a mi lado.

-Es bellísima- escucho decir a Marcus Snow- solo quiero que sepas que luchare por que ella este a mi lado.

-Suerte con eso- redigo alejando de el antes de que le parta la cara.

Ariel

Salgo a trotar un poco, mientras que recuerdo lo que paso la noche anterior, el anuncio de las acciones, el reencuentro con Marcus, la sensación que sentí al ver la mano de César con sangre, nuestra conversación, el baile, las miradas y la invitación que me hizo. Son un monto de sensaciones que mi mente no puede procesarlas todas.

Cuando vuelvo a casa después de trotar dos horas, entro a casa con cuidado de no despertar a Brenda, hoy es sábado pero necesito hablar con el señor Williams.

Voy a mi cuatro de baño, me doy una ducha rápida, salgo y voy a mi armario a ver que me puedo poner para ir a su casa. Me decido por un pantalón largo de color crema con un cinturón negro y un top parecido al color del pantalón con un sombrero y unos tacones negros a juego con el cinturón. Decido no maquillarme y dejarme el cabello suelto, salgo del departamento, me subo en mi auto con rumbo a la mansión de los Williams.

 Decido no maquillarme y dejarme el cabello suelto, salgo del departamento, me subo en mi auto con rumbo a la mansión de los Williams

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Al llegar a la mansión me recibe la señora Emma.

-Como estas cariño?- dice abrazándome.

-Bien- le contesto amable.

-Que te trae por mi hogar?- pregunta con una hermosa sonrisa mientras caminamos hacia el salón.

-La verdad es que venia a hablar con el señor Alexander- le digo antes de entrar al salón donde se encuentra el señor Williams- Buenas tardes.

-Hola- dicen César, Natalia y el señor Alexander.

-Señor Alexander me gustaría hablar con usted un momento- le digo.

-Por supuesto vamos a mi estudio para hablar con calma- dice levantándose del sillón donde se encontraba.

Nos dirigimos hacia su estudio, mientras en el camino siento como una mirada en mi espalda pero no me giro para ver quien es.

-Te escucho- me dice.

-Sere directa- le digo firme- no quiero las acciones.

-Por que?- pregunta.

-Porque creo que no me pertenecen, ademas eso le pertenece a su familia.- le contesto.

-Mi esposa y yo tenemos dinero suficiente para el resto de nuestra vida. César tiene su propia compañía y ese 30% no es nada comparado a la fortuna que tiene. Natalia es una modelo famosa una de las tres mejores pagadas en todo el mundo, ese 10% no es nada comparado a la fortuna que tenemos.- me explica tratando de convénceme.

-Pero aun así no las quiero- digo- usted ya hizo mas que suficiente por mi, me salvo de morir, me dio una casa donde vivir...

-La cual dejaste hace poco- me recuerda.

-Me dio un trabajo, ropa nueva y lo mas importante, me dio su cariño y amor y con eso me basta- le digo con cariño.

-Tu heres como una hija para mi- me dice.

-Y con eso me basta- le digo acercándome hasta quedar frente de él, me agacho y le sostengo una de sus manos- por favor- le pido.

Él me observa y puedo ver que esta teniendo una batalla interna, veo que me sonríe y asiente con la cabeza.

-Esta bien, si es lo que quieres, pero te aumentare el sueldo- me dice con una sonrisa.

-Con todo respeto y cariño usted ya no es mi jefe- digo divertida- quiero que sepa que no necesito mas de lo que tengo, porque nunca llegue a pensar que tuviera todo lo que tengo ahora, la que usted me dio. Pero lo que mas valoro es el cariño y aprecio que usted y su familia me tiene.

Me levanto y lo abrazo y él a mi.

-Pero que sepas que lo del aumento sigue en pie- dice divertido- espero que en un futuro seas parte de esta familia oficialmente- dice.

Me quedo un poco confundida con lo que dijo pero no le presto mucha atención.

Lo eres todo para miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora