El silencio atormentaba demasiado, sólo se escuchaban algunos pasos al ir entrando a lo que sería mi nuevo hogar, a lo lejos miraba aquella silueta de la mujer que no quería soltar mi mano porque se le iba un pedazo de corazón junto a aquel que le había fallado cruelmente
Una lágrima rodó por mi mejilla y sin poder secarla porque mis manos estaban esposadas, pedí permiso para voltear una vez más y ver por última vez aquellos ojos tan lindos que se habían opacado por la tristeza que en ese momento sentían, pero más que tristeza sentí esa mirada llena de desilusión; y no era para menos si le había fallado cruelmente
La mirada de mi madre, aquella mujer que luchó ante todo para sacarme adelante, aquella mujer que en sus desvelos llevaba mi nombre en una oración para que me estuviera yendo bien en la vida, aquella mujer que me cuidó y guió en todo momento, aquella mujer que simplemente le había fallado cruelmente y al ver sus ojos bañados en llantos comprendí que sería la única que estaría a mi lado en todo momento y que no merecía ese sufrimiento por mi culpa
Ingresé a lo que sería mi nuevo hogar y al escuchar que cerraban la puerta mi corazón se hizo pedazos y mi llanto brotó de inmediato al saber que todo lo que tenía, todo lo que me habían brindado, todo lo había dejado ir y había destrozado el corazón de aquella mujer que no lo merecía, en mi mente se proyectaba una y otra vez la mirada de mi madre, esa mirada que me dijo más que mil palabras, le había fallado cruelmente
Hoy después de tanto tiempo he visto como sus pasos se hacen lentos, por momentos se nota que ya no tiene ganas de seguir, jamás me abandonó, así fueran unos minutos que para mí eran eternos al tenerla ahí a mi lado aunque en esa situación ella no merecía vivir esa cruel experiencia que yo por haberle fallado estaba viviendo, ella se merece alegría, sus ojos deben brillar más que nunca, pero no lo hace porque ese día junto a mí, dejó un pedazo de su corazón para darme fuerzas, unas fuerzas que prefiero mil veces que ella tenga para que siga adelante
Toqué fondo, caí en lo más bajo de la vida; muchos me dieron la espalda y no se los reclamo porque me pongo en su lugar y tal vez tengan razón, y aquí estoy en éste que es mi nuevo hogar y el cuál me hace entender que lo mucho o poco que tenía afuera era lo más valioso del mundo, aún se viene a mi mente la mirada de mi madre llena de llanto, tristeza, dolor, desilusión y todo porque yo le había fallado cruelmente...
Cuanta soledad se siente a pesar de tener el apoyo más noble del mundo...