En defensa propia

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Se le notaba en su rostro que ya no le quedaba nada porque luchar, su mirada estaba ida, su sonrisa detonante, sus palabras fuertes y claras ante todo lo que estaba diciéndole aquel juez, por tan aberrante suceso que días antes había pasado

"Me declaro culpable" la última frase que dijo antes de que de sus ojos empezaran a brotar algunas lágrimas, "sólo ya de mi sentencia" algo le pasaba en ese momento porque su actitud había cambiado radicalmente, tal vez estaba esperando su sentencia para ir a poner fin a su existencia, sólo él sabía lo que por su mente pasaba en esos momentos

"¿Culpable?" "¿No quiere llevar su juicio?" El juez ante lo que el victimario decía, se había sorprendido, tal vez sería el primero que sin comenzar su juicio ya se declaraba culpable sin siquiera permitir que alguien trate de defenderlo, tanto daño tenía aquella persona como para querer estar encerrado, no imaginaba lo que pudo pasar en su vida para preferir un encierro a la libertad

"Yo la maté señor juez, no hay nada que defender, la maté a sangre fría; no le arranqué el corazón porque no tenía, la maté señor juez; pero si de algo sirve, puedo decir que fue en defensa propia, ella mató primero mis ganas de amar, mató mis esperanzas de seguir adelante, mató todas esas ilusiones que tenía con ella, mató cada recuerdo lindo que estaba guardando, ella mató a éste cabrón que tiene enfrente, arrancó mi corazón con su traición y por si no me dolía, pisoteó...

Se burló de mis lágrimas, se burló de mí amor, se burló de mis ruegos, se burló de todo lo que llegué a hacer por ella, todo se lo di, pensé que sería el amor de mi vida, pensé que con ella si podría ser feliz, ja ja ja ja, soy culpable de su muerte señor pero sabe algo ella ya no podrá hacer sufrir a nadie más, ya no le romperá el corazón a nadie, ya nadie derramará lágrimas por ella cuando los traicione

Soy culpable de ese crimen, soy culpable de haberle entregado mi corazón, soy culpable de llenarle sus días de detalles pensando que sería lo mejor, soy culpable de esas sonrisas que un día me ofreció, soy culpable de todo no lo voy a negar, yo pagaré en vida lo que hice y eso lo acepto con gusto porque..."

Se quedó todo en silencio y todos esperamos que dijera algo, nadie dijo absolutamente nada, aquel juez que era su corazón entendió todo lo que estaba pasando y decidió declarar culpable a aquel hombre que aún lloraba por quién le había hecho tanto daño, su único delito fue amar con tanta pureza a quien le pagó mal...

Hoy ese hombre sonríe, su corazón que fue juez de aquel delito ha cerrado el caso sobre ese mal amor y en libertad condicional sigue su vida esperando tal vez encontrar a quien en verdad los llegué a valorar...

¿La muerte de la mujer? Su muerte... Es que ella fue borrada para siempre del corazón de ese culpable quien en defensa propia, tuvo que matar su amor...

LETRAS DE UN SOLITARIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora